Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

sábado, 29 de agosto de 2015

La CIA fue la que creo en Cuba el Buro Represivo de Actividades Comunistas BRAC aparato represivo de la dictadura de Batista

Buró Represivo de Actividades Comunistas. BRAC
Luego de los sucesos ocurridos el 26 de julio de 1953 en las ciudades de Santiago de Cuba y Bayamo y en el contexto de la convulsa situación nacional que vivía el país, el 27 de noviembre de 1953 fue dictado el decreto No. 1170, el cual establecía ilegal al Partido Socialista y anunciaba la creación del Buró Represivo de Actividades Comunistas (BRAC). Pero no aparece oficialmente en algunos documentos emitidos por el Estado Mayor del Ejército y otras fuentes hasta el 3 de mayo de 1955.
Los antecedentes de este servicio hay que buscarlo en el año 1942 -el 21 de Marzo, en plena guerra mundial-, cuando se creó el Servicio de Investigación de las Actividades Enemigas, que fue organizado para cooperar en la defensa continental y para prevenir actividades contrarias a los regímenes democráticos por nacionales o extranjeros.
Este órgano represivo y de inteligencia fue ubicado dentro del Ministerio de Gobernación, con carácter permanente, asesorado por dicho ministerio en las labores oficiales de investigación y represión del comunismo internacional.
Se especializó en formas, métodos y procedimientos sutiles y mezquinos que introdujeron en las instituciones o dependencias del estado, en las provincias o municipios; en organismos autónomos, en las corporaciones económicas o instituciones de créditos públicos y privados, organizaciones obreras y empresas cuyas actividades por su importancia, trascendían al interés público, tales como radio, televisión, publicaciones y propaganda.
Los miembros de este servicio tenían la facultad de proponer a los funcionarios las medidas a adoptar como resultado de las investigaciones practicadas. Una de las direcciones del trabajo estuvo dirigida a que las autoridades civiles, los cuerpos de seguridad y fuerzas armadas, en general estaban obligados a poner en conocimiento del BRAC todo hecho, actuación o antecedentes del cual tuvieran noticias en relación con actividades comunistas.
En todas las provincias se crearon agencias del BRAC que a la vez tenían agentes en los distintos regimientos de la Guardia Rural, con la finalidad de trasmitir toda la información al Órgano Central.
En el trabajo desplegado establecieron niveles de prioridad dentro de la oposición: primero los comunistas, contra quienes dictaron miles de investigaciones e hicieron recaer la responsabilidad de cualquier movimiento huelguístico o manifestación de protesta; en segundo lugar los auténticos, ya fueran insurreccionalistas o abstencionistas y por último, los ortodoxos.
Un lugar fundamental, y muy cercano al de los comunistas ocupaban estudiantes y moncadistas, en lo referente a la prioridad contra estos últimos y con más saña luego de la amnistía, desataron una feroz persecución y trataron de involucrarlos con o sin elementos, en toda actividad oposicionistas, constituyendo en resumen, el objetivo prioridad de las fuerzas represivas y los servicios de inteligencia.
Son realmente impresionantes los datos encontrados en los archivos del BRAC y del SIM relacionados con estas organizaciones, de quienes aparecen inventarios por provincias, municipios, barrios y en ocasiones hasta de las cuadras donde residían y de sus actividades laborales, relaciones, características de la familia y planes de trabajo a cumplir por orientación de la máxima dirección del partido. El BRAC con ayuda del BI llegó a confeccionar una ficha de cada militante y procesó, estudió y divulgó, en el mayor secreto, entre todos los mandos militares, sus documentos y directivas.
Conocían cuando se reunía el Comité Nacional y las organizaciones provinciales, que trataban y lo que se proponían realizar, así como informaciones referidas a la actividad del partido con los trabajadores no afiliados, la CTC oficialista y hasta en que lugares promovían paros, protestas o huelgas.
De esta sistemática y constante actividad del BRAC, frecuentemente realizaban detenciones, decretaban el estado de alerta para las fuerzas del orden público y de la Guardia Rural y seleccionaban soldados con algún conocimiento en actividades relacionadas con los ferrocarriles y el transporte urbano para utilizarlos como rompehuelgas.
Infiltró a sus delatores e informantes entre las filas del estudiantado y en cuanta organización existía, trató de sobornar a sus dirigentes sobre todo a los de la Universidad de La Habana, quienes recibieron constantes allanamientos, detenciones y torturas.
De estos años de tiranía batistiana bastaba que una persona tuviera relaciones de amistad o familiares con cualquier individuo que militara o simpatizara con organizaciones, partidos o movimientos opositores para que fuera investigada, detenida y hasta torturada; además de ser fichada para el resto de su vida.
En los casos que pudo, encarceló, torturó y asesinó valiéndose de la Policía Nacional y del SIM, entre cuyos cuerpos desarrolló un gran intercambio de información.
Entre los Vicepresidentes del BRAC Martín Díaz Tamayo, Aquilino Guerra González y Leopoldo Pérez Coujil, se consolidó una maldad insostenible; se desató una de las más despiadadas represiones contra el pueblo cubano, ejercida a través de algunos agentes como los coroneles Lutgardo Martín Peréz, Conrrado Carratalá y el general Rafael Salas Cañizares.
Uno de los hombres más siniestros del BRAC fue el Jefe de Operaciones Castaño, a quien se le radicó causa por asesinato, maltrato, torturas, violación y robo, y fue condenado a muerte en la Causa No. 75 en el año 1959. Declaró cínicamente en el juicio: “Yo no servía al régimen del dictador Batista, sólo perseguía la infiltración soviética en mi país.”
Para la preparación de los miembros del BRAC, el gobierno recibió apoyo de EE.UU. El Director de la CIA, Allan Dulles, envió al máximo jefe militar una carta con fecha 15 de julio de 1955, en la que expresaba su complacencia por la creación de dicha organización y la autorización para que la CIA prestara asistencia en el adiestramiento de algunos oficiales.
La creación por el Gobierno cubano del “Buró de Represión de Actividades Comunistas” es un gran paso adelante en la causa de la Libertad. Me siento honrado que su gobierno haya acordado el permitir a esta Agencia, la asistencia en el adiestramiento de algunos de los oficiales de esta importante organización.
Tengo entendido que el general Martín Díaz Tamayo dirigirá las actividades del BRAC y será responsable de su organización. En este caso me gustaría sugerir que pudiera ser conveniente al General Díaz Tamayo venir a Washington en un futuro cercano, de tal manera, que nosotros pudiéramos discutir con él algunas de las técnicas usadas para combatir las actividades del Comunismo Internacional. Estoy seguro que sería útil intercambiar opiniones con el General Díaz Tamayo, como un adelanto al grupo de sus subordinados, que vendrán aquí para entrenarse. El material que ofreceremos al General puede ser una considerable ayuda en su tarea de organizar el BRAC, y para indicarle el tipo de oficial que el debe seleccionar para el entrenamiento.
…yo le sugeriré, si le es aceptable a Ud. y a su gobierno, que extienda una invitación en mi nombre, al General Díaz Tamayo para venir a Washington por aproximadamente dos semanas, preferiblemente comenzando el lro.de agosto.

L

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