Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

lunes, 15 de febrero de 2016

Un Cimarrón Honoris Causa con el Premio Nacional de Literatura

Martínez Furé recibió ayer el Premio Nacional de Literatura. Foto: Yander Zamora
Hombre de cultura universal, al que le debemos una magna obra oral y escrita, Rogelio Mar­tínez Furé recibió en la tarde de ayer el agasajo de intelectuales y amigos al recibir, oficialmente, el Premio Nacional de Literatura 2015, en la sala Guillén de La Cabaña.
En la ceremonia, a la que asistieron Julián Gon­­zález Toledo, ministro de Cultura; Zuleica Romay, presidenta del Instituto Cubano del Libro (ICL); y Miguel Barnet, presidente de la Uneac, Furé re­cibió las palabras de elogio de la escritora So­leida Ríos, integrante del jurado que le otorgó el galardón.
Ríos se refirió a la extensa obra del etnólogo y folclorista y aseguró que “ha trazado una marca sustancial en la cultura cubana”.
Por su parte, Eduardo Heras León, presidente del jurado e igualmente merecedor del Premio Na­cional, leyó el acta en donde se ma­nifiesta que la obra de Furé es sólida y de importancia capital. “Ha perseguido y logrado que los cubanos en­tiendan que somos herederos de to­das las culturas del mundo y no de una sola, así como la riqueza civilizatoria de la cultura africana”.
Al recibir el Premio, el escritor —quien también es merecedor del Premio Nacional de Danza 2002 y de Investigación Cultural 2001—dio las gracias al pueblo de Cuba “por tener el privilegio de ser parte de él”.
El Premio Nacional de Literatura es el más im­portante galardón que otorga cada año el ICL co­mo reconocimiento a la obra de aquellos escritores con un aporte literario trascendente para la cultura cubana.
Furé, a quien además se le dedica la 25 edición de la Feria, fue protagonista de un coloquio dedicado a su vida y obra en la misma sala de La Cabaña, el pasado sábado 13 de febrero.
Como un Cimarrón Honoris Cau­sa fue definido en el coloquio por la ensayista Carmen María Gon­ce, una de las integrantes del panel conducido por Katia Gu­tiérrez.
Para continuar con las valoraciones que de este sabio multifacético refiriera Gonce se hace necesario aludir al convencimiento que, según dijo, es de los más acendrados en el agasajado, y es el que defiende que la historia es la madre del camino para llegar a la verdad.
Un lúdicro texto en el que el Apo­rín dialoga a camisa quitada con la palabra fue el homenaje de la poeta Carmen González a su maestro. En él remarcó que aquel nos ha enseñado “a dudar de los ropajes impuestos por páginas encadenantes. A disfrutar, cuando desnuda y sin afeites —la palabra— se entrega, letra a le­tra, en el goce total del hecho literario.”
El joven investigador Yoandri Uli­ses Padrón se refirió a la presencia insoslayable en la cultura cubana de Furé, cuya obra literaria y en­sa­yística es poseedora de “particularidades que han nutrido un enjundioso contrapunteo crítico sobre las si­mientes de la nacionalidad cubana”.
Por ser, por estar, por toda su entrega que es ya decir constancia y dedicación, agradeció Gerardo Fu­lleda León. Reconoció en este pilar de la fundación y desarrollo del Con­­junto Folclórico Nacional un dia­pasón que va desde aquellos artículos iniciales, antológicos, de an­tro­po­logía hasta las antologías de poesía yo­ruba y africana publicadas en nues­tro país gracias a su rescate y valiosas traducciones.
Para cerrar el coloquio expresó sus consideraciones Nancy Mo­re­jón, presidenta de la Aca­de­mia Cu­bana de la Lengua, quien agradeció a la vi­da haber podido compartir su labor intelectual con Rogelio Mar­tínez Furé, allá por los 60, cuando pu­blicó sus primeras traducciones.
Cerró sus palabras aceptando que somos contemporáneos de al­guien con una sabiduría extraordinaria. “Mu­­cho de lo que aprendí no lo aprendí en la universidad ni en la academia, sino teniendo al lado a un hombre como Rogelio Martínez Furé”.
La presentación de seis títulos de su autoría y la actuación del grupo de Teatro Cimarrón, dirigido por Al­berto Curbelo, en un sentido ho­me­naje al autor, fueron el colofón de la velada.

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