lunes, 11 de abril de 2016

Trabajadores pasan hambre en Estados Unidos

NEW YORK, NY - DECEMBER 05: Brooklyn residents receive free food as part of a Bowery Mission outreach program on December 5, 2013 in the Brooklyn borough of New York City. The Christan ministry says it have seen a spike in need since food stamps to low-income families were reduced in November with cuts to the federal Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP). (Photo by John Moore/Getty Images)
Foto: Colas en EEUU en los comedores públicos / Agencias
Muchos incautos anhelan vivir en el que hacen creer es el país más rico del mundo, Estados Unidos, esa ilusión es fomentada por el mercadeo mundial, pero la realidad que no se muestra es la necesidad de los trabajadores quienes tienen más de un empleo y aun así deben saltar comidas y aguantar el hambre para pagar alquileres o servicios básicos.
En Estados Unidos, quienes dependen de los cupones de comida reciben solo 100 dólares mensuales por persona, este sistema empezó a ser repartidos durante la Segunda Guerra Mundial y hoy el gobierno ya no reparte cupones impresos, sino en forma de tarjetas electrónicas.
La directora de Food Research and Action Center (FRAC por sus siglas en inglés), Ellen Vollinger una organización que lucha contra el hambre en Washington, afirmó, que 31 millones de personas veían su alimentación sujeta a los bonos, “Son las mayores cifras de todos los tiempos (…) Nunca hubo tantos estadounidenses que dependan de este tipo de cupones. Y la tendencia va en aumento”, agregó.
Mucha gente tiene más de un empleo, pero los ingresos no alcanzan. “Muchas familias se saltan comidas para poder pagar el alquiler. Los padres dejan de comer para poder dar algo a sus hijos y a veces hasta los niños pasan hambre en Estados Unidos. Es una vergüenza”, dijo Vollinger.
La lista de alimentos se asemeja a la de una dieta: Una porción de cereales, una banana, una taza de té y esperar cuadro horas hasta el almuerzo. El crédito mensual suele consumirse en las primeras dos o tres semanas. “Muchas familias van entonces a los comedores”, dice Vollinger.
Desde 2008, el Ministerio de Agricultura evita usar el término cupón de comida. Su título oficial es “Programa de ayuda para complementar la nutrición”.
En carne propia
En un experimento que realizó un periodista de EE.UU., quien se propuso probar en carne propia, cómo se puede vivir de los cupones de comida plasmando sus experiencias en un blog, “Muchos estadounidenses ya no saben de dónde sacarán su próxima comida, cada vez son más los que, a pesar de tener un empleo, dependen de las food stamps (cupones de alimentos)”.
“Quien hace uso de los cupones se ve ante ciertas dificultades en el supermercado. Los necesitados cuentan con un promedio de tres dólares por día para hacer compras. Por esa razón se ven obligados muchas veces a hacer recortes en su alimentación”, expresó el periodista.
“La gente sólo compra lo que es barato, se puede conservar bien y llena”
Annie Moncada (63) confiesa que compraba muchas cosas. Pero su tarjeta de crédito queda guardada. “Ahora en la olla suele haber más a menudo carne picada en vez de bistec y también ahorro energía”, dice. Como ella, miles de familias recortan sus gastos y restringen salidas a restaurantes o visitas a la peluquería.
ELABRELATA

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