Edmundo García

El viernes 14 de agosto, cuando el reloj no hizo más que marcar la una de la tarde, el dúo formado por la congresista Ileana Ros-Lehtinen
y la negociante Remedios Díaz-Oliver llamó al programa de Ninoska
Lucrecia Pérez Castellón en Radio Mambí, donde de pronto se formó la
tertulia de los lamentos y el fracaso. Las tres señoras, en preocupante
negación de la realidad, decían que lo que pasó en La Habana no podía
estar pasando, que era un espejismo que ellas y su amigo Jeb Bush lo
iban a borrar.
Ileana y Remedios llamaron desde un mismo
teléfono; caminaban o manejaban juntas, cuando literalmente sollozaron
ante los radioescuchas de Miami. Un espectáculo lamentable e inesperado a
la vez. La otrora influyente congresista, ex jefa del Comité de
Relaciones Exteriores de la Cámara, haciendo pucheros en público junto a
la acaudalada presidenta del US Cuba Democracy PAC, que mantiene a un
grupo de vanidosos haraganes en Washington DC para que Estados Unidos
arrecie las sanciones económicas que castigan al pueblo cubano; y para
que, de ser posible, se reduzcan los viajes y el envío de remesas a Cuba hasta los estrechos límites donde los llevó el gobierno del guerrerista George W. Bush.
Pero ni en medio del llanto nos podemos
confiar de estas señoras, que aprovecharon para hacer campaña política a
favor del partido Republicano. Sin que el histerismo les nublara las
malas ideas, dijeron que existía una conspiración contra los intereses
de la derecha extremista cubanoamericana, y manipularon como prueba una
investigación realizada por los prestigiosos académicos Peter Kornbluh y
William Leogrande, que con el título de “Inside the crazy backchannel
negotiations that revolutionized our relationship with Cuba” apareció el
jueves 13 de agosto en la publicación del Archivo Nacional de Seguridad
de la George Washington University.
Pero Ros-Lehtinen y Díaz-Oliver no le
hablaron a los oyentes de Miami del contenido general del trabajo, solo
les interesó, y no para bien, una parte de la publicación; la que señala
la llamada de atención que le hizo la entonces Secretaria de Estado
Hillary Clinton al Presidente Obama tras celebrarse la Sexta Cumbre de
las Américas, acerca de que Estados Unidos había perdido prestigio en
América Latina por su obsoleta posición ante Cuba; por lo que había
llegado el momento de levantar las sanciones y reconsiderar el bloqueo.
Después de remarcar esta información
revelada por Kornbluh y Leogrande, aquellas tres señoras empezaron a
lanzar vituperios contra Hillary Clinton
como si estuvieran en las salas de sus casas; le llamaban traidora de
una forma bastante descompuesta y soliviantaban a los radioyentes para
que votaran Republicano. Aquello se convirtió en el primer programa de
campaña electoral, gratis, que Univisión Radio le regala a la derecha
cubanoamericana de Miami para las generales del 2016.
Dice el colega Eddie Levy que llamar a
Ileana “loba” le da un poco de pena por lo elegante que es esa especie
animal; por lo que él prefiere decirle “hiena”. Lo cierto es que aquella
camada rabiosa siguió enfureciéndose, y calificaron la visita de John
Kerry a La Habana como “la segunda Bahía de Cochinos”, que es como la
derecha miamense llama a la derrota sufrida por los mercenarios en Playa
Girón, que en su delirio histórico dicen que se debió a que fueron
traicionados por los norteamericanos, porque el presidente Kennedy no
envió la aviación a apoyarlos.
Remedios Díaz-Oliver deliró al afirmar
que había sido algo providencial que de pronto el viento cesara de
correr en La Habana, por lo que la bandera norteamericana izada en la
embajada no se movía; cuando hay muchas fotos subidas a internet que
muestran lo contrario. Una prueba más de que el fanatismo ciega a esta
gente.
Luego Ninoska arremetió contra Carlos
Gutiérrez, el ex Secretario de Comercio de George W. Bush, que como
ejecutivo de grandes empresas norteamericanas ha entendido que el
bloqueo contra Cuba es algo inoperante. Gutiérrez era uno de sus
antiguos aliados y es denigrado ahora porque no dice lo que le gusta
escuchar a los extremistas. El héroe de la tarde del pasado viernes 14
para estas señoras fue James Cason, ex jefe de la otrora Oficina de
Intereses de Estados Unidos en Cuba y actual alcalde de Coral Gables,
que por ganar votos para su reelección le dice a los derechitas lo que
quieren oír.
Además de montar su pasajera alharaca, a
ese grupo no le queda mucho por hacer. Su candidato Jeb Bush se ha caído
en las encuestas, para no hablar del desastre del muñequito Rubio. La
verdad que no les queda otra opción que ponerse a llorar; pero eso es
algo que no deben hacer en la radio, sino en el parque. (www.latardesemueve.com)
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