- Escrito por Rolando Sarmiento Ricart/Adelante
- Categoría: Personalidades
- Publicado: 23 Octubre 2014
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Foto:Tomada de Juventud Rebelde. cu
Camagüey.- Camilo Cienfuegos Gorriarán, no es llanamente esa repetida imagen sobre los espejos de agua en la que se miran los niños y adultos de tantas generaciones de cubanos cada 28 de octubre, cuando lanzan flores al hombre de la sonrisa limpia, la espesa barba negra bajo el sombrero alón. Es, además, lealtad y valentía infinitas que lo inmortalizaron en carne y hueso tal cual su pueblo.
Un noche de ciclón en 1958 pasó por el sur cenagoso de Camagüey con los mosquitos, el hambre aguijoneándoles la tropa y un enjambre de soldados del dictador Fulgencio Batista emboscados en todo el trayecto, y pocos citadinos se enteraron de que llevaban en sus mochilas y los fusiles la victoria de la Revolución hacia Occidente, por orden de Fidel y él: "primero dejaré de respirar que dejar de ser fiel a su confianza", había jurado al recibir los grados de Comandante otorgados por el líder del Ejército Rebelde.
Regresó a Camagüey el Primero de Mayo de 1959 y en el Casino Campestre, compartió con sus trabajadores la fiesta de todo un pueblo, su único y último Primero de Mayo libre ¿Quién lo iba a saber?
¿Y si lo hubiera sabido? "Camilo, no medía el peligro, lo utilizaba como una diversión, jugaba con él, lo toreaba, lo atraía y lo manejaba; en su mentalidad de guerrillero no podía una nube detener o torcer una línea trazada ". Afirmó otro de los grandes comandantes de la Revolución, el Che Guevara.
En la toma de Yaguajay, peleó como un barbudo más de la vanguardia para asombro del enemigo y admiración de esa población que lo declaró Héroe.
¿Por qué iba a cambiar, si en la Batalla de Pino del Agua, cuando un proyectil le atravesó el abdomen, otra bala le traspasó un muslo y los fragmentos de metralla hirieron su frente y mano derecha, pidió que atendieran primero a un soldado rebelde que cayó herido a su lado?" ¡O lo cargan ustedes o lo cargo yo!".
Pero la traición no, y volvió a Camagüey, donde el jefe del Regimiento 2, Huber Matos Benítez, tramó un complot anticomunista en aquel octubre glorioso y aciago, cuando Camilo, entró desarmado al cuartel Ignacio Agramonte, hoy ciudad escolar, y abortó la conjura del caudillo militar, quien se opuso a los reclamos sindicales de los trabajadores de Las Maboas, de los obreros del antiguo central Jaronú, frenó todo lo que pudo los avances de la Reforma Agraria en el territorio más ganaderos de Cuba y practicó el nepotismo con hacendados ganaderos y familiares.
Matos Benítez cumplió 20 años de prisión y al salir viajó a Costa Rica y vivió definitivamente en Miami, donde se convirtió en uno de los contrarrevolucionarios más extremistas del "exilio" cubano. Hasta su muerte, apoyó la Ley Helms Burton y el bloqueo estadounidense contra Cuba y pidió con insistencia la intervención militar norteamericana.
Después de cumplir con la misión encomendada por Fidel, Camilo abrió las puertas de la entonces fortaleza militar de Camagüey y el pueblo secundó al líder de la Revolución, para hacer realidad su histórica afirmación: "¡Y hombres puede haber traidores, pero no pueblos!...".
Camilo, trató de retornar a La Habana en el avión Cesna, aquel octubre de cielo encapotado y días de zozobras, de lágrimas de pueblo y de espera infinita, más no se fue, se quedó para siempre en el corazón de su gente, porque Gerardo, Antonio, Ramón, René y Fernando, pueden ser Camilo y viceversa.
"Habrá muchos Camilos, dijo Fidel; y hubo Camilos, -sentenció el Che-. Camilo y los otros Camilos (los que no llegaron y los que vendrán), son el índice de las fuerzas del pueblo, son la expresión más alta de lo que puede llegar a dar una nación, en pie de guerra para la defensa de sus ideales más puros y con la fe puesta en la consecución de sus metas más nobles".
Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.
viernes, 23 de octubre de 2015
La traición ni la muerte pudieron con Camilo
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