Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

lunes, 26 de junio de 2023

El ajusticiamiento del coronel Antonio Blanco Rico , jefe del SIM de Batista


Desde su llegada a La Habana José Antonio movilizó a sus compañeros de lucha. Informó de los resultados de su viaje como dirigente de la FEU y de las conversaciones con el doctor Fidel Castro y el significado de la Carta de México.

Los hombres del Directorio no se hicieron esperar. Apenas arribó Juan Pedro Garbo se le asignó la tarea de integrar un comando para ajusticiar a uno de los jefes de los cuerpos represivos de la tiranía. Se reunió información y se decidió actuar en el Cabaret Montmartre. El operativo se planificó con lujo de detalles.

El 27 de Octubre de 1956, cerca de la medianoche, un Comando justiciero de los hombres del Directorio en La Habana integrado por Juan Pedro Carbó Servia, Rolando Cúbela Secades(traidor), Miguel Ángel Domínguez y José Fernández Cossío, «Pepé», llegaron a las inmediaciones del lujoso recinto donde se asentaban las instalaciones del famoso Cabaret Montmartre, y también casino de juegos, en 23 y P en La Rampa, en el Vedado.

Pepe, quien era el chofer, parqueó el auto al fondo del Cabaret, en la calle Humbolt, y permaneció al timón del mismo. Los otros tres integrantes del comando entraron por la puerta principal situada en la calle P y subieron en el ascensor hasta la segunda planta, lugar donde estaban el Cabaret y el Casino. Carbó y Cúbela se sentaron en la barra del bar, mientras Domínguez se dirigía al fondo hacia una salita de juegos. Cúbela iba armado de una pistola Star de Ráfagas de 9 mm y Carbó con una pistola calibre 45. Domínguez llevaba escondida en sus ropas una granada.

El ascensor quedaba situado a la espalda de donde se sentaron Cúbela y Carbó en la barra del bar y frente a ellos, sobre la pared, había un espejo grande que les permitía ver a todo el que subía, o iba a bajar de la segunda planta, por el ascensor. Los dos revolucionarios esperaron pacientemente, pues sabían que el asesino estaba en el Cabaret.

 

Ya entrada la madrugada del 28 de octubre de 1956, cuando el coronel Antonio Blanco Rico jefe del Servicio de Inteligencia Militar, SIM, con sus guardaespaldas y otros acompañantes, llegó frente al elevador con la intención de abandonar el local, fue divisado a través del espejo por Carbó y Cúbela quienes, sin pérdida de tiempo, se viraron en sus asientos quedando frente a ellos el odiado y temido coronel Blanco Rico, contra el cual dispararon, a corta distancia, las balas de sus pistolas, mientras Domínguez sacaba una granada y amenazaba a los estupefactos espectadores del Cabaret y la sala de juegos con hacerla estallar si se movían de sus asientos.

De inmediato los tres miembros del comando bajaban por una escalera situada al fondo de la sala de juegos con acceso hasta la calle Humbolt, montaron en el auto manejado por Pepé y salieron en veloz carrera, alejándose del lugar, después de haber realizado aquella audaz y arriesgada acción que estremecería al régimen batistiano en sus mismos cimientos.

El golpe a la tiranía fue aun mucho más contundente cuando al otro día, 29 de octubre, cayó mortalmente herido el Brigadier Rafael Salas Cañizares, Jefe de la Policía Nacional del régimen y amigo íntimo de El General Batista, cuando él en unión de otros miembros de los cuerpos represivos asaltó la Embajada de Haití situada en el reparto Miramar, en la ciudad de La Habana, supuestamente en busca de los revolucionarios que horas antes habían realizado el atentado al coronel Blanco Rico.

 

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