Más que palabras, los cubanos verdaderos, dedicamos el silencio. Ese primer minuto de zozobra, cuando la noticia nos golpeó. Lágrimas, flores, vítores y el homenaje eterno. Pasaron las horas, algunos días y no me lo creo; sé que no estoy solo en este pensamiento.
Es que Fidel no está muerto, ¿cómo puede morir la vida?, la oportunidad de elegir, de amar la verdad que nos dejó. Fidel está vivo en la historia, va escrito en las primeras letras de los niños que aprenden su nombre, en la vacuna de mi brazo izquierdo, en cada paso que demos, desde hoy, hasta que muera la memoria humana.
Desdichados los que le odian. Es imposible no amar una presencia tan inmensa que todo lo opaca, que salta a centímetros del alma cubana.
Ahora que su luz se unió a la de Martí en el oriente, promesa cumplida, buenos como los buenos, quien necesite de su fuerza y excelsa guía, los encontrará de cara al sol.
Los que heredamos su obra juramos mantenerla, revolucionarla, todo lo que él espera de nosotros. No hay chance para la muerte cuando la meta es la Patria. Fidel es Cuba, Cuba es libertad, libertad es victoria.
Hasta la victoria siempre.
Tomado de  Tribuna de la Habana
Foto Cubadebat
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