Casi nunca un cumpleaños es noticia, a menos que ese cumpleaños, como es el caso, sintetice la celebración de un aniversario importante para todo un país.
Este 6 de enero la pequeña Gema, hija mayor del héroe antiterrorista cubano Gerardo Hernández Nordelo y su esposa Adriana Pérez O Connor, cumple cinco años.
Su cumpleaños remite la memoria colectiva del pueblo de Cuba a las circunstancias especiales de su gestación, en medio de la batalla porque Gerardo pudiera regresar a la Isla tras ser condenado a dos cadenas perpetuas y a 15 años de prisión.
¿Cómo se logró el embarazo de Adriana?
Las negociaciones entabladas durante 2013 y 2014 entre Washington y La Habana incluyeron el tratamiento de reproducción asistida de Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández, confirmaron fuentes norteamericanas citadas por Cubadebate en 2014.
"La emoción es muy grande y todo el mundo está preguntando, nosotros nos divertimos mucho con todos los comentarios y las especulaciones, la realidad es que en silencio ha tenido que ser, esta parte también", había dicho Gerardo en declaraciones a la televisión cubana.
Hernández subrayó que no quería "dar muchos detalles" pero sí reveló que "hubo que hacerlo por control remoto". "Dentro de 15 días, más o menos, nacerá una niña que se va a llamar Gema", relató.
Dos fuentes implicadas en las negociaciones citadas por CNN han explicado este "control remoto". Según estas fuentes, Pérez se sometió a una inseminación artificial.
Un portavoz del Departamento de Justicia norteamericano, Brian Fallon, también confirmó este tratamiento: "Estados Unidos accedió a la petición de la señora Hernández de tener un hijo con su marido".
Un asesor del senador estadounidense Patrick Leahy dijo que el legislador ayudó a organizar la inseminación artificial, uno de los capítulos más sorprendentes de los 18 meses de negociaciones secretas que culminaron con el anuncio conjunto de Washington y La Habana de que reanudarán las relaciones diplomáticas bilaterales después de más de 50 años.
Tim Rieser, asesor de política exterior para Leahy, dijo a The Associated Press que todo comenzó con un viaje que hizo el senador a Cuba en febrero de 2013. En esa ocasión Leahy, que ha visitado la isla en múltiples ocasiones desde la década de 1990 y se opone al bloqueo estadounidense contra la isla, se reunió con el ex presidente Fidel Castro y con su hermano Raúl, por entonces presidente del país.
Leahy y su esposa, Marcelle Pomerleau, enfermera de profesión, se entrevistaron con Adriana. En esa época, Gerardo seguía en una prisión federal en Victorville, California, donde cumplía dos cadenas perpetuas. Cuba se había quejado en repetidas ocasiones de que Estados Unidos le estaba negando a la mujer una visa que solicitaba para visitar a su marido.
"Ella le hizo una petición personal a Marcelle. Tenía miedo de que nunca tendría la oportunidad de tener un bebé", afirmó en un comunicado Leahy, demócrata de Vermont que también ejerce como presidente de la Subcomisión del Senado para Asignaciones Presupuestarias al Departamento de Estado y Operaciones Extranjeras. "Como padres y abuelos ambos queríamos tratar de ayudarla".
En Estados Unidos, la oficina de Leahy comenzó a trabajar al respecto con funcionarios del gobierno. El sistema penitenciario federal no permite visitas conyugales, pero los funcionarios identificaron un precedente en el que se había autorizado que un reo pudiera efectuar inseminación artificial.
A principios de 2014 se hizo un primer intento de realizar dicha inseminación con Pérez, pero fracasó. Un par de meses después un segundo intento sí prosperó. El procedimiento fue efectuado en Panamá y el gobierno cubano pagó todo, según Rieser.
"Al igual que otras cosas que hicimos y que hicieron los cubanos, (esto contribuyó) a un mejor ambiente para las conversaciones, que eran necesarias para lograr la liberación de Alan y un cambio en la política estadounidense (hacia la isla)", señaló Rieser.
Leahy dijo que él y su esposa estaban sumamente felices por la noticia del embarazo de Adriana. En un comunicado, el Departamento de Justicia confirmó que funcionarios estadounidenses facilitaron la solicitud de ella.
El nacimiento
A las 8 y 30 del seis de enero del 2015, Año 57 de la Revolución, nació en La Habana Gema Hernández Pérez, hija de Gerardo Hernández Nordelo y Adriana Pérez O Connor, la mujer que esperó más que Penélope por el héroe de la Patria y de su vida; se publicó en varios medios cubanos.
Gema nació por cesárea y pesó 7,7 libras que según Gerardo es muy hermosa y que él personalmente tomó las primeras imágenes.
Según declaraciones que ofrecieron después Adriana y Gerardo, Vilma Espín, la Heroína de la Sierra y el Llano, fue quien más la inspiró a no desistir en la idea de ser madre. Haberlo logrado, en opinión de estos padres agradecidos, también se lo deben a ella.
Fragmentos del texto La novia eterna, publicado en la revista digital Cubahora: (año 2013)
Cuando le informaron lo ocurrido con su esposo todo se le nubló, dejó de respirar. Entonces se quedó sola consigo misma para decidir lo que quería hacer, y se dio cuenta de que, además de querer acompañarlo, él necesitaba de su comprensión y llegó a esa conclusión “por las bases sólidas que tenía su matrimonio de diez años.
“La primera vez que oí a Gerardo después de tres años hablamos con mucha ecuanimidad, sin que ninguno llorara. Era el mismo hombre que había dejado de escuchar años atrás”, cuenta ella y resulta difícil de creer, porque ese tiempo sin saber de alguien que dejó de dar señales sin aviso pudiera ser una razón para olvidarlo.
Pero estos años no lograron apagar en Adriana unos ojos llenos de amor y esperanza. La esposa de Gerardo Hernández, uno de esos hombres sencillos devenidos héroes, sabe dar lecciones si se trata de resistencia, verdad y lealtad.
“Comencé a desencadenar todos los recursos que no sabía que tenía para llegar al final. Esa siempre ha sido mi meta. Llegar lo más saludable posible y con un matrimonio sólido. Él me dice que llevar 26 años en las condiciones que lo hemos hecho, ya es un mérito.
“Gerardo me comenta que muchos no llegan a la mitad pudiendo resolver sus problemas todos los días. Y aunque algunos crean que hemos durado porque no convivimos, nuestro éxito está en tener la comunicación necesaria.
“Ha hecho que esto no sea una fase de estancamiento, de costumbre, de rutina. Siempre está en la motivación para cambiar. Tiene un gran por ciento de éxito en esta relación por sus valores, sus cualidades, su nivel de entrega, no solo a lo que ha hecho, sino a mí.
“A pesar de la incertidumbre, de no saber cuándo regresará, vivo orgullosa de haberlo elegido y sobrepasar los momentos más difíciles. Lo quiero con todos sus valores aunque no idealizo a mi hombre”.
HUMOR QUE HACE VIVIR
“Gerardo tiene cierto sentido del humor que sabe utilizar con mucho respeto y críticamente. Es optimista, no solo por esta situación, sino desde antes, lo que le ha servido para llegar hasta aquí.
“Aprovecha ese humor y no falta un momento para enlazarlo con la cotidianidad. Eso te hace más llevadera la situación matrimonial. Ayuda saber que hay un hombre que está ahí para cuando lo necesites”.
Y ese sentido del humor la acompaña siempre, aunque muchas veces, Gerardo dice que ella “mata su musa” y no lo deja “acabar de madurar”. Solo que él no la ha visto reír a carcajadas en la soledad de la noche leyendo sus ocurrencias.
“Me da pena por la gente que me escuche riendo sola. Pero es que siempre está al tanto de todo. Yo digo: ¿cómo sabe que esto está ocurriendo?
“Lo admiro muchísimo como patriota por su rigor, disciplina, fidelidad con todo. Lo admiro por todas las cosas buenas que ha sabido mantener”, expresa, y pensamos en que ese cariño mutuo es el secreto para trascender al tiempo.
“Somos dos personas diferentes. Él aparentemente es un hombre relajado, que no le da importancia a las cosas, que siempre está riendo… Yo soy más directa, me gusta todo en su lugar y soy más seria a la hora de enfrentar la vida. A cada rato le pregunto si no piensa madurar y me dice que no”, recuerda entre risas.
UN NIVEL SUPERIOR PARA EL AMOR
“A nosotros nos cambió la vida de hoy para mañana. Tener que hablar bajo la presión de que te escuchan; él con un cronómetro en la mano para calcular el tiempo que le queda de llamada. Que te dice ¡“te dejo, te dejo”!, y te quedas con la palabra en la boca. O cuando sientes detrás del teléfono la voz de un guardia llamándolo”, afirma y recuerda que ya tienen correo electrónico —que se lo aprobaron hacía poco—, y la comunicación fluye mejor, aunque está monitoreada y se la dilatan bastante.
“¿Cuántas cosas ustedes hablan con sus novios?, ¿cuando su mamá o su papá tienen un problema, para quién se viran? Para la pareja. Es lo mismo de nosotros y no lo tenemos. Siempre discutimos los asuntos y tratamos de saber qué es lo queremos y cómo.
“La comunicación ha sido muy importante y el enemigo lo sabe. Quizá por eso la ha evitado tanto y mantenido bajo control, incluso la interrumpe cada vez que puede. Pero siempre buscamos un nivel superior, siempre decimos que no pueden acabar con ella. El amor da todo esto”, alega.
Un amor que pudiera parecer tan imposible e inmaterial, sabe alimentarse bien de ciertos detalles. “Cuando tengo la posibilidad le compro un regalito. Y lo pongo a adivinar. Esa es la forma de que se mantenga dentro de la convivencia.
“No sé hacer postales, no tengo facilidad para hacer dibujitos ni para adornar lo que le mando. Él sí. Yo tengo otro tipo de detalles. Él se muere porque le haga un poema. Yo le digo: “¡Ay, mijo si yo te hago un poema tú te divorcias!” Como no tengo esa creatividad le copio los poemas, las canciones...
“No sé cantar, no me acuerdo de una letra de canción. Él me canta canciones para que las siga y lo que se arma es… Como él dice: “¡Tú, el Himno Nacional y corre!”. Pero así te diviertes y vas haciendo las cosas...
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