Las ansias por desestabilizar Venezuela y acabar con el mandato constitucional del presidente Nicolás Maduro suben de tono continuamente, y con ello las agresiones que enfrenta el país bolivariano.
No se trata solamente de una oposición interna, que cuenta con varios intentos fallidos de golpe de Estado llamando a guarimbas y boicots económicos, sino que más allá de sus fronteras, diariamente se gestan las provocaciones.
En sus ansias de acabar con el Gobierno de Maduro, EE.UU. ha aplicado sanciones financieras contra la nación bolivariana y ha tratado de buscar aliados en América Latina, donde se ha producido en los últimos dos años un debilitamiento de la izquierda y el regreso al poder de administraciones neoliberales.
El asesor de Seguridad Nacional americano, H. R. McMaster, se refirió a ello hace algunos meses cuando afirmó que las futuras decisiones que tomen desde la Casa Blanca serán «en consenso con la región».
En ese sentido, hace apenas unos días, el secretario de Estado Rex Tillerson realizó una gira por la región y en una de sus paradas sugirió un golpe militar contra el Gobierno constitucional de Maduro.
Tras su gira, Tillerson agradeció la posición contra Venezuela del llamado Grupo de Lima, conformado por países de la región que realizan abiertamente continuas críticas contra la gestión de Maduro y su Gobierno.
Precisamente el Grupo de Lima fue un factor clave en la decisión de Perú de reconsiderar la participación de Venezuela en la Cumbre de las Américas que sesionará en ese país en el mes de abril. Sin embargo, Maduro dijo este jueves que asistirá de cualquier manera a la cita para llevar y defender la verdad de su nación.
Por otra parte, el mandatario venezolano también se pronunció respecto a la existencia de un plan dirigido a incitar a una confrontación y atentar contra la paz entre este país y la vecina Colombia.
El Jefe de Estado informó de la existencia de pruebas físicas de una maquinación para crear un falso positivo en la frontera, desencadenar un conflicto y así hallar la justificación perfecta para la tan anhelada (por Estados Unidos) intervención extranjera.
Durante las últimas semanas, efectivos colombianos y también de las fuerzas armadas brasileñas se han apostado en las fronteras con Colombia como parte de un supuesto operativo para garantizar la seguridad en la zona.
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