Por Arthur González.
Cualquier persona en este mundo puede comprender que Estados Unidos siente un odio mordaz contra Cuba, solo porque desde el 1ro de enero de 1959 no se quiso someterse más a sus dictados, como hicieron los gobiernos de turno desde 1902 hasta 1958, algo que los yanquis jamás le perdonarán al pueblo cubano.
Nadie en su sano juicio aceptaría que un país extranjero le quisiese poner una bota sobre el cuello y eso hicieron los cubanos, pero el costo que han tenido que pagar por desafiar al imperialismo yanqui es cada día más alto.
Sin embargo, con dignidad e hidalguía Cuba acepta el desafío y resiste estoicamente sin rendirse, algo que pone aún más furiosos a los yanquis que no comprenden como pueden los cubanos soportar tantas sanciones de forma continuada, seguir alegres con su música contagiosa y firmes en mantener su independencia nacional.
Una prueba más de la locura imperial son las más recientes sanciones anunciadas el 14 de noviembre del 2018, por el Departamento de Estado, porque nadie con una adecuada salud mental, puede entender que una pequeña tienda de venta de abanicos o de muñecos, pueda hacerle daño a la seguridad de los Estados Unidos.
Los yanquis en su obsesión por destruir a la Revolución cubana han ejecutado miles de acciones, que solo mentes enfermas pueden diseñar. Ninguna les ha dado resultado en 60 años, pero son tan estúpidos y prepotentes que no perciben que cada sanción, para hacerla la vida más difícil al pueblo, incrementa el rechazo mundial a su política imperial.
El nuevo listado dado a conocer es una prueba de cómo pretenden ahogar la economía socialista, para luego con sus campañas de prensa, hacerle creer al pueblo cubano y al mundo que el sistema es un fracaso.
Estas medidas reiteradas en los últimos 60, son un ejemplo de la falta de humanismo que tienen los gobernantes de Estados Unidos, al actuar con la misma saña y odio con el que quiso matar al pueblo de Cuba, el General español Valeriano Weyler, uno de los precursores de los campos de concentración en el mundo.
Las actuales sanciones están dirigidas al sector del turismo, con el sueño de afectar el ingreso financiero en ese importante sector de la economía cubana, siguiendo con su guerra económica, comercial y financiera, a pesar del rechazo y condena mundial.
Por eso fue el invento de los falsos ruidos y las fabricadas enfermedades que divulgan, que tienen como único fin ahuyentar a los norteamericanos de la Isla e impedir que conocieran la verdad y no dejaran ingresos a la economía cubana, porque el diseño que llevó a cabo Barack Obama, para trasladar edulcoradamente sus valores y símbolos, no dio los resultados esperados.
Ninguna de esas medidas hará cambiar el curso que decidió tomar el pueblo cubano en enero de 1959, para ser independientes y soberanos.
Estados Unidos ya no puede engañar a nadie con sus políticas mentirosas, porque sus documentos oficiales los acusan, tal y como afirma un extenso memorando desclasificado de la CIA sobre la situación interna de Cuba, que afirma:
“El principal objetivo de los programas encubiertos contra Castro es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba respecto a América Latina y el mundo libre […] Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de Guerra Económica”.
Cada vez más los yanquis demuestran cuáles son sus derechos humanos, sus valores éticos y morales, teniendo como única respuesta la unidad de los cubanos para resistir y seguir venciéndolos, porque como afirmó José Martí:
“Venceremos porque tenemos de nuestro lado la justicia”
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