Por Arthur González
La mafia terrorista anticubana radicada en Estados Unidos está convencida que a su vieja y reaccionaria política le queda poco tiempo de vida, pues la CIA y los demás miembros del Consejo de Seguridad Nacional decidieron darle un vuelco de 180 grados a la estrategia política hacia Cuba, porque la aplicada durante 56 años no arrojó los resultados deseados.
Aquellos que se alimentaron todos estos años a costa de los cientos de millones aprobados para ejecutar una desgastada línea de acción anticubana, andan desesperados para influir en los integrantes del Congreso estadounidense, en un último esfuerzo por convencerlos de que no aprueben el levantamiento del Bloqueo Económico, a pesar no haber podido destruir el socialismo y menos aún conformar una verdadera y autónoma oposición.
Gastando miles de dólares, llevaron al asalariado Antonio Enrique González-Rodiles a Miami, con el fin de que declarara ante el subcomité para asuntos del Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, en una audiencia celebrada en la sede del gobierno de esa ciudad, junto a algunos mafiosos anticubanos para influir negativamente en ellos.
La situación les resultó bien difícil, en primer lugar, porque el Consejo de Seguridad Nacional está comprometido con la nueva táctica y obvió escuchar a la denominada “disidencia” asalariada, convencidos de que solo buscan dinero para mantener su bienestar personal, no tienen planes para un eventual cambio político en Cuba, ni seguidores en el pueblo.
Por otra parte, con el restablecimiento de relaciones diplomáticas muchos congresistas visitan la isla y se percatan del engaño al que son sometidos por los mafiosos, que encadenaron la política exterior de Estados Unidos haciendo del tema Cuba un asunto de política interna, manipulándola de acuerdo a sus intereses personales.
Lo que expuso González-Rodiles no aportó un solo argumento que pudiera contraponerse a los nuevos planes yanquis de derrocar al socialismo cubano desde adentro, como exitosamente hicieron contra la URSS y los demás países del bloque socialista Este-europeo.
Entre sus explicaciones señaló:
“…Cuba continúa siendo una dictadura militarizada y lejos de pretender abrir caminos al libre comercio, pretende aprovecharse del aperturismo para enriquecer al propio régimen”.
“…el plan del gobierno es garantizar la continuidad del autoritarismo con la conveniencia de la comunidad internacional y procurar un futuro dictatorial a la próxima generación de Castros…”, palabras que resultaron risibles entre los que tienen bien definido el diseño de la nueva política hacia Cuba.
Otro de los que fueron llevados a declarar, fue el pastor de la Iglesia Bautista, reverendo Mario Félix Lleonart Barroso, quien aseguró que: “…tanto el presidente ruso, Vladímir Putin, como el General Raúl Castro, se están riendo de Estados Unidos, ante el paso aperturista de Washington hacia La Habana…”, palabras más parecidas a un bocadillo del artista mexicano Mario Moreno en su papel de Cantinflas, que a un razonamiento sensato y serio.
Sin dudas, lo mejor del show estuvo a cargo de la mafiosa Sylvia Iriondo, auto titulada presidenta de la asociación “Madres y Mujeres contra la Represión en Cuba”, quien reiteró la vieja y desgastada retórica de que “a los ciudadanos cubanos se les siguen negando los derechos humanos fundamentales y la nueva política estadounidense hacia la isla está equivocada”.
Su intervención provocó un tenso debate con el congresista demócrata Alan Grayson, quien le preguntó, si a su parecer, el bloqueo estadounidense hacia Cuba durante los últimos 50 años, había tenido un efecto positivo a favor de los derechos de sus ciudadanos y en su búsqueda de la democracia.
La respuesta de la señora Iriondo no necesita comentarios, dejó al descubierto los verdaderos sentimientos de la mafia anticubana cuando afirmó: “el embargo es una política solidaria de Estados Unidos hacia el pueblo cubano”.
Al parecer ella no conoce que hace solo pocos días, 191 países del mundo votaron en la ONU favor de su levantamiento, contra solo dos votos, el de Estados Unidos e Israel.
Al parecer ella no conoce que hace solo pocos días, 191 países del mundo votaron en la ONU favor de su levantamiento, contra solo dos votos, el de Estados Unidos e Israel.
Como parte de las acciones desesperadas de la mafia anticubana, días antes, un grupito de sus integrantes también se reunió en Miami junto con la corrupta, grosera e inculta Berta Soler, para pedir lo que en 56 años no lograron, “unidad dentro y fuera de la Isla para acabar con el régimen de los hermanos Castro”.
Según expresó Orlando Gutiérrez, secretario general del Directorio Democrático Cubano, “en los últimos 25 años se ha visto resurgir una nueva generación de cubanos para unir a la nación cubana, con la esperanza de poder refundar la República”, lenguaje similar al empleado por los politiqueros del régimen del dictador Fulgencio Batista, sin basamentos objetivos, algo que los diplomáticos y oficiales de la CIA asentados en su embajada en la Habana, saben muy bien.
En ese encuentro, la corrupta Berta Soler dijo que “…en este momento no hay libertad en Cuba, se ha agudizado aún más la violencia policial contra las personas que alzan sus voces por defender la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, aunque no pudo demostrarlo con elementos sólidos.
De la auditoría practicada a las finanzas del grupúsculo “Damas de Blanco” y el defalco detectado, no hizo mención alguna, pero sigue dándose la gran vida viajando y comprando artículos suntuosos con el dinero supuestamente entregado para financiar a sus subordinadas.
Los integrantes de la mafia terrorista anti cubana están en contra del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, al percatarse que ese es el camino y fin del etiquetado como “exilio” cubano.
Sabio fue José Martí cuando afirmó:
Sabio fue José Martí cuando afirmó:
“La infamia alimenta a los hombres y las causas de quienes pretenden herir”.