En estos días se ha generado un debate
en las redes sociales a partir de la solicitud de la FEU en la
Universidad Central de Las Villas de expulsar de esta casa de altos
estudios a la estudiante de 1er año Karla Pérez González, por ser
miembro de la organización contrarrevolucionaria Somos+. La universidad y
el estudiantado tienen suficientes argumentos para adoptar una posición
revolucionaria.
La joven, que escribe desde el pasado
2016 en el blog de esa organización, ha reforzado su presencia en el
ciberespacio bajo el seudónimo de Oriana. El 7 de abril del 2016, siendo
aún estudiante del preuniversitario, publicó sobre el ingreso a la
Educación Superior y en torno a su aspiración por estudiar la carrera de
Periodismo.
«¿Y el engaño vendido a nosotros sobre la
falta que hacen periodistas en Cienfuegos?… Parece que prescinden de la
verdad. Parece que temen a lo novel de mi generación, a sus
inquietudes, a su rebelión sensata»
Desde ese entonces manifiesta su posición
al aludir a un periodismo enemigo de la Revolución, que escribe en
medios que abiertamente están al servicio de la contrarrevolución y que
son financiados desde el exterior.
Esta opinión se vio reforzada cuando el
19 de abril insultó el periodismo cubano al dudar de las competencias
profesionales de quienes lo hacen. «…me encuentro frente al órgano o la
repetidora oficial del Partido Comunista de Cuba…Busco algún periodista
que combine inteligencia y verdad, fiel a su trabajo y no a las
imposiciones del gobierno (…) entonces no somos ni tan maestros ni tan
periodistas».
En esas mismas líneas convoca a los
jóvenes a manifestarse en contra del proyecto social cubano, al
expresar: «Entristece el alma de los que soñamos con intensidad con un
futuro próspero de nuestra Patria, ver cómo las semillas más frescas y
valiosas de la Cuba actual, eligen quedarse atrapados en la “inacción” …
¿No es más hermosa la rebelión inteligente y moral, por la búsqueda de
un suelo y un cielo libres?
A esa misma juventud nos tilda de
dormida, ignorante, cobarde, carente de educación cívica y política, y
frustrada por «la mala gestión de una “Revolución” conservadora que
desmotiva y engaña» … ¡Qué poco nos conoce! Somos una juventud inquieta,
rebelde, defensora de los más altos valores humanos, con sus propios
sueños y proyectos, conscientes -y coincidimos con ella- de que la
felicidad está en Cuba, una Cuba perfectible pero inevitablemente
abrazada a los principios del socialismo, camino que hemos elegido.
Karla, incluso, en nombre de la
organización contrarrevolucionaria a la que pertenece, alentó e invitó
«a los “Pinos Nuevos” y nacientes a la persecución íntegra de sus metas y
objetivos, que solo puede iniciarse desde un cambio más profundo, más
de raíz, cuando se oigan todas las voces y nuestras ideas cuenten».
Propugnó así una posición abiertamente
reaccionaria ante la que no podemos quedarnos de brazos cruzados,
principalmente para demostrar que no estamos inactivos e impulsamos el
proceso revolucionario.
El 2 de agosto vuelve a atacar con más
fuerza a nuestros periodistas, tildándolos de representantes y siervos a
muerte del único partido existente en Cuba. ¿Acaso criticó la misma
formación que ella recibiría y que la dotaría de herramientas para
actuar de forma diferente a los profesionales que juzga?
Una semana después se refirió a un
supuesto Plan Nacional de Becas, que no existe, gracias al cual dijo
haber obtenido la carrera que tanto ha atacado. ¡Qué ignorancia muestra
cuando desconoce nuestro sistema de ingreso a la Educación Superior!
Plan de Becas es un término copiado de un modelo ajeno a nuestra
realidad, en la que todos nuestros bachilleres tienen la oportunidad de
obtener una carrera universitaria, siempre que demuestren su
preparación.
No culmina el material sin antes incitar a
sus coetáneos. «…rebélate desde la sensatez y reconoce que somos
nosotros los que podemos brindarle a la Patria una nueva oportunidad: la
de crecer»
El 30 de septiembre, ya desde su posición
como estudiante universitaria, se autodenominó representante de la
juventud dormida y temerosa de la que habló anteriormente. ¿Será ella la
única despierta y valiente entre tantos jóvenes? En ese texto sobre la
conceptualización del modelo económico y social cubano, al que ni
siquiera llama por su nombre, mostró desconocimiento en torno al tema.
Apuntó que es un documento
antidemocrático e inconsulto, cuando en realidad fue debatido en todos
los espacios de diálogo abierto a la participación popular, incluso, a
nivel de barrio; además, estudiantes de su propia institución académica
diseñaron y pusieron a disposición de todos los jóvenes cubanos una
aplicación para celulares que contiene de forma interactiva la
información de estos y otros documentos afines. Igualmente, desconoció
las más de 200 mil propuestas salidas de la consulta con el pueblo.
Por si fuera poco, ofendió a la juventud
cubana acusándonos de burlarnos del ideario martiano, hecho inconcebible
para los revolucionarios reales, que no son los mismos a los que ella
enarbola. Otra muestra de su desconocimiento de la obra del Apóstol es
la asociación que hace del pluripartidismo bajo la visión martiana,
cuando fue Martí quien creó el Partido Revolucionario Cubano (del cual
es heredero el Partido Comunista de Cuba) para unir voluntades, ideas y
principios en una misma organización que defendiera los objetivos de
lucha.
El 28 de enero de este año dedicó sus
equívocas líneas a José Martí, llamándolo «el culpable de mis ahoras» y
valorándolo a su conveniencia. Lo despoja de su condición de patriota
defensor de nuestra isla, atribuyéndole muchas patrias y a la vez
ninguna. «Sufro con el hoy, con ese miserable hoy donde te pierdes en
una humanidad cobarde y detenida, donde no te convertiste en millones
como quisiera y querías, donde tus armas- esas liberadoras- no se
utilizan, donde te alaban, pero pocos convierten tus lecciones en
acción…La culpa del ahora mío, es de usted».
Hoy, Karla u Oriana, como queramos
decirle, deberá mantenerse firme como declaró en su primer trabajo, pero
no para conseguir el tipo de cambio al que aspira utilizando muchas
veces su papel de víctima de un sistema supuestamente injusto y
excluyente, sino para aceptar que su estrategia seguirá fracasando
mientras existan jóvenes preocupados por el destino de nuestra sociedad
socialista. Ella no es ni será la heroína que planificó hace casi un
año, por lo menos no la de nuestros jóvenes verdaderamente
revolucionarios.
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