La demora del vuelo EA3172, de Eastern Airlines, que cubriría la ruta Holguín-Miami aquel 27 de noviembre de 2016, le jugó una mala pasada. Cuando pensaba que todo saldría bien, se le acercó Ernesto Hernández Columbié, representante de Havanatur en el Aeropuerto, para notificarle que la Visa que le permitiría entrar a Estados Unidos, había sido revocada por el gobierno de ese país.
Su reacción ante la comunicación enviada desde Miami por Alex Remedios (coordinador de la Agencia Havana Air, encargada de los vuelos chárter de la Compañía Eastern Airlines), terminó acusando al gobierno cubano por impedirle viajar al norte.
De esto no hemos leído nada en los artículos que hoy circulan para denunciar las “arbitrariedades” con las que las autoridades cubanas la atienden a ella, su gemela Adairis Miranda Leyva y su hermano Fidel Batista Leyva, todos declarados en huelga de hambre, en evidente seguimiento a las múltiples lecciones impartidas por Guillermo (Coco) Fariñas, el huelguista mayor de la contrarrevolución.
Lo que realmente le interesa a los “medios democráticos” es esa condición huelguística y su “firme disposición de no regresar a prisión”, y agregarle un poco de sazón con la “injusticia” cometida al mandarlos a prisión sin causa justificada.
Los hechos
Los hermanos, y su madre Maidolis Leyva (sus datos personales son absolutamente públicos en varios sitios de internet) protagonizaron el 27 de noviembre de 2016 (poco después de regresar Anairis del Aeropuerto) un desorden público en los alrededores de su vivienda, de la que fueron testigos varias personas que se aglomeraron en el lugar, como respuesta a sus ofensas.Cumpliendo la promesa hecha en el Aeropuerto de que ese día “sabrían quién era ella”, profirieron consignas contrarrevolucionarias y frases ofensivas en contra de la figura del Comandante en Jefe, coincidiendo con el luto decretado por el Consejo de Estado de la República de Cuba por el fallecimiento del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, apenas 48 horas antes.
Por esa actitud, violatoria de la ley, fueron instruidos de cargos por los delitos de Desorden Público y Difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires. Mientras permanecieron en prisión provisional orquestaron las dos primeras huelgas como recurso para manifestar su inconformidad con el delito por el que se les acusaba. En ambas ocasiones, aceptaron la asistencia médica de forma irregular.
A principios de marzo, al ratificarse la sanción por el tribunal provincial las hermanas fueron trasladadas a celdas de aislamiento, y ya para ese momento se habían declarado (por tercera vez) en huelga de hambre por desacuerdo con la sanción impuesta por el Tribunal Municipal y ratificada por el Provincial.
Actualmente los tres hermanos terminaron la huelga de hambre, aunque permanecen ingresados en hospitales de la ciudad de Holguín. Todos reciben el tratamiento que este tipo de casos requiere y accedieron a realizarse exámenes complementarios. La comisión médica informó que, en sentido general, mantienen buen estado de salud, aunque se mantendrán unos días más hospitalizados para su completa recuperación.
El mismo recurso, con diferente escenario. Solo que esta vez, alentados por los que ponen el valor del dinero por delante de la vida humana, estuvieron muy cerca de provocar daños irreparables en todos ellos.
Las lecciones del huelguista maratónico (y los cantos de sirena desde Miami) parecen haber tenido efectos en esta familia, de claro historial en la “mal llamada oposición”. Lo cierto es que esa actitud irresponsable tampoco le ha dado frutos al Coco Fariñas, cuyo “ejemplo” puso en peligro la vida de estas personas.
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