La Fundación Rescate
Jurídico (FRJ), en apariencia una organización sin fines de lucro y que aboga
por una sociedad civil democrática en Cuba, que funciona con donaciones recibidas
de bolsillos cubanos libres, es en realidad un grupúsculo dirigido por un
terrorista de larga data, Santiago Álvarez Fernández Magriñá, cuyos oscuros
objetivos es promover acciones violentas dentro de la Isla.
FRJ se ha dedicado en
estos últimos tiempos ha seleccionar aquellos candidatos dentro de la
contrarrevolución proclives a provocar un supuesto “pacifismo activo”, a los
que da entrenamiento en seminarios en la casa Bacardí del Instituto de Estudios
Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami, en Coral Gables. Uno
de ellos tuvo lugar en el 2016. El más actual se ha estado desarrollando en
este mes de abril del 2017 bajo la denominación de “Encuentro Fraternal por la
Democracia en Cuba” y en el que participan alrededor de 30
contrarrevolucionarios captados dentro de la Isla.
La flor y nata de los
enemigos de Cuba como Pedro Roy, Ángel de Fana, Ángel Cuadra, Carlos Alberto Montaner y Rosa María Payá,
participaron como ponentes en los seminarios, conferencias y clases magistrales.
Ha sido, sin lugar a
dudas un foro de especulación sobre los destinos políticos de Cuba, aunque en
su trasfondo ha servido para evaluar a cada uno de los integrantes de la
contrarrevolución interna que participan en el mismo y sus potencialidades para
asumir las tareas subversivas futuras dentro de nuestra Patria.
Dentro de los
contrarrevolucionarios participantes se encuentran Egberto Escobedo Morales,
Marta Sánchez Solís, Juan René Torres, César Iván Mendoza Regal, Freddy Junnier,
Tania Echeverría Menéndez, Roberto Jiménez Gutiérrez Ramírez, Isabel María
Marrero y Sissie Abascal Zamora, entre otros. En su mayoría son jóvenes que
fungen como voceros de grupúsculos y auto titulados “periodistas independientes”
Es lamentable que
estos jóvenes cubanos se vinculen a connotados terroristas para participar en
actividades de entrenamiento para desarrollar actividades subversivas dentro de
Cuba. No creo que su imprudencia o aparente inocencia les lleve a desconocer la
catadura de estas personas que, como Santiago Álvarez, han estado involucrados directamente
en actos terroristas contra su propio pueblo. Es todo una cuestión de
conveniencia particular y de ansias de protagonismo y vida fácil. Participar en
estos eventos les permite viajar, asegurarse fuentes de provecho financiero
personal y buscar espacios de dudoso protagonismo.
Desconocer que
Santiago Álvarez, promotor de estos eventos, sea un criminal, evidencia no solo
ceguera política sino una detestable alianza que no les depara nada bueno o
provechoso. Bastaría recordarles un breve historial de este sujeto que hoy los
arenga a luchar “por la libertad de Cuba y que expongo en varios de mis
artículos.
La vinculación de Santiago Álvarez Fernández-Magriñá con planes
terroristas como la intención de volar el cabaret Tropicana en el 2001,
intentos de introducir saboteadores en Cuba para propiciar acciones criminales
durante la pasada visita a Cuba del Papa Benedicto XVI, así como en la Feria
Internacional del Libro de la Habana, la reciente detención en mayo pasado de
cuatro terroristas en Cuba, entre otros, así como su detención en noviembre del
2005 por posesión de considerables alijos de armas, presuponen que el uso del
dinero de la venta del Santrina
sea usado para financiar este tipo de acciones. Álvarez ha sido sospechoso de
varios planes terroristas cuyos objetivos serían la colocación de una bomba contra
la embajada de Venezuela en Guatemala, atentar contra la refinería de Alba
Petróleos en El Salvador y realizar un ataque magnicida contra presidentes de
Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela, en la Cumbre de la CELAC en
Costa Rica.
En un artículo
titulado “Santiago Álvarez y
los otros protegidos del FBI en Miami” expongo este largo historial de
quien ahora se erige como promotor de jóvenes disidentes dentro de Cuba.
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