Por Arthur González
Nadie se llame a engaño, desde que triunfó Hugo Rafael Chávez Frías,
mediante el voto popular, Estados Unidos inició planes
desestabilizadores contra su gobierno, por tener ideas socialistas que
beneficiaban a su pueblo.
Se conoce de los cientos de millones de dólares gastados por el
Departamento de Estado con el propósito de derrocarlo, el trabajo de
subversión ejecutado por la USAID en las universidades para fabricar un
movimiento estudiantil contrario a Chávez, a pesar que todas las medidas
aprobadas iban encaminadas a disminuir la pobreza que durante años
sembró el capitalismo en Venezuela.
Las Misiones fomentadas por el chavismo a favor de los desposeídos no
han sido vistas con buenos ojos en Washington, considerándolas un mal
ejemplo para otros países de la región, y al igual que hicieron contra
Cuba, se dieron a la tarea, con la CIA y otras agencias de inteligencia
yanqui, de diseñar planes de acción encubierta para derrocar a Chávez,
en total similitud con que los llevados a cabo contra Fidel Castro.
Mientras Carlos Andrés Pérez robaba a las dos manos y les reía las
gracias a los yanquis, el Departamento de Estado y la OEA callaban en
plena complicidad con sus desmanes, por eso al final fue a refugiarse en
Miami sin ser sometido a un juicio por sus actos delictivos.
Cuando la embajada estadounidense organizó el golpe de estado, con el
secuestro del Presidente constitucional incluido, la OEA no se
pronunció y mucho menos habló de aplicar la Carta Democrática, todo lo
contempló en silencio cómplice y con el aplauso del gobierno español
encabezado por el agente José María Aznar.
Lo mismo sucedió cuando el golpe de estado en Honduras, igualmente
con el secuestro del Presidente Manuel Celaya, electo democráticamente,
algo inaudito que no fue condenado por la OEA, pero sí apoyado
plenamente desde Washington por los congresistas mafiosos de origen
cubano, Ileana Ros-Lehtinen y los hermanos Díaz–Balart.
Ahora que el gobierno venezolano toma medidas para impedir los planes
que desarrolla la oposición financiada y orientada por Estados Unidos,
el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, habla de “ruptura de
las normas democráticas y constitucionales que dañan en gran medida las
instituciones democráticas de Venezuela y niegan al pueblo venezolano
el derecho de moldear el futuro”
Pero la historia no miente y los planes que diseñaron y ejecutaron
contra la Revolución cubana, están desclasificados y demuestran que
están siendo aplicados casi idénticamente contra el gobierno de Nicolás
Maduro.
En 1961 el presidente J.F. Kennedy organizó un Grupo Especial
Ampliado dentro del Consejo de Seguridad Nacional, para crear las
condiciones necesarias que justificaran una invasión a Cuba por parte
del ejército norteamericano. Al frente del mismo fue designado el
General de Brigada Edward Lansdale.
Si se analiza con detenimiento que pretendía alcanzar Estados Unidos
con ese plan, podremos entender mejor lo que le aplican a Venezuela y
comprobar la similitud de sus objetivos y tareas.
El nombre de aquel plan fue Proyecto Cuba y su objetivo era el mismo
que hoy desean para Venezuela. Planteaba en detalles cómo acabar con el
Gobierno revolucionario que quería el pueblo cubano, pero había que
introducir acciones para restarle apoyo y finalmente el rechazo total de
las masas.
Entre las ideas diseñadas estaban:
“El objetivo de EE.UU. es ayudar a los cubanos a derrocar al régimen
comunista en Cuba, e instaurar un nuevo gobierno con el cual Estados
Unidos pueda vivir en paz”.
“Concepto de la Operación: Básicamente, la Operación está dirigida a
provocar una rebelión del pueblo cubano. Esta sublevación derrocará al
régimen comunista e instaurará un nuevo gobierno con el cual Estados
Unidos pueda vivir en paz”.
“La sublevación necesita un movimiento de acción política fuertemente
motivado y arraigado en Cuba, capaz de generar la rebelión, de
dirigirla hacia el objetivo perseguido y de aprovecharse de su momento
clímax”.
“La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca
al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las
necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el
resentimiento de la población contra el régimen, y las de tipo militar
darán al movimiento popular un arma de acción para el sabotaje y la
resistencia armada en apoyo a los objetivos políticos”.
“El clímax del levantamiento saldrá de la reacción airada del pueblo
ante un hecho gubernamental (producido por un incidente), o de un
resquebrajamiento en la dirección política del régimen o de ambos
incluso”. (Desencadenar esto debe constituir un objetivo primordial del
proyecto)
“El movimiento popular aprovechará el momento del clímax para iniciar
un levantamiento abierto. Se tomarán y se mantendrán ocupadas las
áreas”.
“En caso de ser necesario el movimiento popular pediría ayuda a los
países libres del Hemisferio Occidental. De ser posible, Estados Unidos,
en concierto con otras naciones del Hemisferio Occidental, brindaría
apoyo abierto a la sublevación del pueblo cubano. Tal apoyo incluiría
una fuerza militar, si fuera necesario”.
Si alguien aún tiene dudas de que la actual situación creada en
Venezuela no es idéntica a la que Estados Unidos intentó por todos los
medios fabricar en Cuba, deberá estudiar con detenimiento este documento
publicado en el Volumen X, 1961-63, Foreign Relations, State
Department, páginas 745-747, y otros planes más para comprenderlo,
porque todo está escrito y publicado.
Solo la unidad del pueblo le dará la victoria a Venezuela, como pasó con los cubanos, porque José Martí nos enseñó que:
“Alzar la frente es mucho más hermoso que bajarla; golpear la vida es
más hermoso que abatirse y tenderse en la tierra por sus golpes”.
Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.
domingo, 2 de abril de 2017
Los verdaderos planes de Estados Unidos contra Venezuela
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