Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

jueves, 2 de junio de 2011

Con el agente Emilio

                                        Carlos Serpa, Miembro de Honor de la UPEC. 

Diez años de pruebas fehacientes de la vinculación de la Oficina de Intereses de EE.UU. (SINA) con los grupúsculos anticubanos. 

Por Donarys Cruz Cruz   

04/03/2011

Tomado de Escambray digital 
 
Ahí entra el hombre. La humildad es su rostro. Tal parece no sentirse grande entre los aplausos y abrazos de tantos periodistas, los mismos que muchas veces lo ofendieron sin saber el infinito Emilio escondido en el corazón de Carlos Serpa Maceira.

¿Cómo será lograr que brillen los ojos entre tanta escoria delante y escupir las palabras sucias que la mente no alberga?, me pregunto mientras lo observo. Cuán difícil debe ser cargar con el enemigo a cuestas todos los días durante más de diez años sin poder soltarlo, desprenderlo, matarlo, porque Emilio sin Carlos no es nadie y Carlos sin Emilio se pierde allí donde el dinero compra almas y la disidencia apesta.


“La fe mueve montañas, yo siempre fui de Patria o Muerte”, dice como queriendo explicar  tanta valentía,  tanta razón de cubano digno ante el llamado de su Isla, la cual muchas veces odió mientras seguro hervía su sangre con ganas de gritar Viva Fidel y mandar al mismo infierno tanta gente inescrupulosa a la cual había que sonreír.

Por ello, cantó nuestro Himno Nacional con la energía de quien descubre nuevamente la esperanza, el ciudadano que abraza las letras tanto tiempo ausentes de su garganta. Ese hombre huele Revolución y ahora quiere sentirse como tal para no dar margen a la duda ni aquí ni allá, adonde ahora mismo se revuelven furiosos los que quieren cegar la luz de nuestra Cuba.

Ahora exhibe con gusto su convicción comunista, atrás la fachada mercenaria, vocero de las Damas de Blanco y Presidente de la Unión de Periodistas Libres de Cuba.

“Lograste confundir a todos… gracias por haberte odiado tanto”, dijeron algunos colegas y la risa inundó la sala de la casa sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) mientras él brindaba su mirada cómplice entre los flashazos de las cámaras.

Trataba de captarnos, y nosotros, con los ojos regalando admiración, ofrecíamos las preguntas como ráfagas después de que el infiltrado, ya público, recibiera el carnet de afiliado de Miembro de Honor de la UPEC y próximamente la distinción Félix Elmuza, la más alta condecoración concedida por dicha organización en el país.

Entonces solo por estos minutos y el resto de su vida Carlos Serpa Maceira vivirá y dormirá tranquilo como él mismo afirma. Que sufra la gusanera, el pueblo recibe al puente que obró en nombre de nosotros, de Fidel y de Raúl en aras de desarticular los planes de subversión interna de Estados Unidos.

“Pienso escribir un libro de testimonios, tengo muchas anécdotas para contar”, adelanta quien ya no debe esconderse para leer nuestra prensa, el Emilio que continúa en combate quizás porque las ganas de servir no se aguantan en esta tierra que anda con el enemigo encima y nos teme “por las ideas que defendemos”.

Así se habla Emilio, así se habla Carlos. Gracias. Gracias por el ejemplo y la dicha de seguir multiplicando victorias en esta larga batalla.

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