Ética periodística cubana vs. negocio mediático yanqui

 

Por Yamylé Fernández Rodríguez

Para quienes ejercemos el periodismo la ética profesional resulta la principal garantía de prestigio y de credibilidad ante los receptores. 

Sin embargo, todo indica que ese principio básico no formó parte de muchos de los reporteros que en el 2001 divulgaron en medios norteamericanos de comunicación el juicio contra los cinco antiterroristas cubanos acusados de conspiración para cometer espionaje y otros absurdos cargos. 

Tal afirmación se sustenta en el hecho de que representantes de la prensa de Miami recibieron el pago de la agencia del gobierno federal que dirige las operaciones de Radio y Tele Martí, para que impulsaran una encarnizada ola mediática contra René González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González. 

Entre las ideas manejadas durante aquella avalancha de calumnias estuvo la de “espías peligrosos para la seguridad nacional de Estados Unidos”, lo que todavía mantienen al referir el tema, con el propósito de desacreditar al gobierno revolucionario de la Isla y, por supuesto de evitar en el pueblo estadounidense expresiones de solidaridad hacia Los Cinco. 

La inmoralidad de aquellos “papagayos vendidos” llegó al extremo de atreverse a filmar hasta el número de matrícula de los vehículos de los integrantes del jurado y publicar propaganda hostil aun cuando se había prohibido su transmisión, como amenazadores mensajes en caso de contradecirse los intereses de la mafia anticubana. 

¿Qué otra cosa podía esperarse de falsos profesionales de la prensa capaces de difundir informaciones sin comprobar su veracidad y de fabricar las más burdas mentiras, tal y como denunció recientemente Carlos Serpa Maceira, el agente Emilio de los Seguridad Cubana de Estado? 

Definitivamente se trata de personas sin escrúpulos incapaces de sentir remordimiento alguno por haber contribuido a que hombres inocentes recibieran exageradas condenas, en tanto se oculta la realidad en torno a asesinos confesos como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch. 

A partir de que la información de la “compra de los periodistas” no se tuvo en cuenta hace diez años en el juicio contra Los Cinco, ese detalle se convierte en uno de los argumentos válidos para un extraordinario proceso de apelación sobre el cual ya presentaron sus declaraciones juradas Gerardo y Antonio. 

“Es esta la única opción que queda luego de acudir  a varias instancias judiciales”, puntualizó al respecto este martes el presidente del Parlamento Cubano Ricardo Alarcón de Quesada, en el espacio radiotelevisivo de la Mesa Redonda, quien resaltó la labor en tal sentido del recién fallecido abogado norteamericano Leonard Weinglass. 

Se ratifica de ese modo la evidente politización del caso de los cinco prisioneros del imperio sobre el que tres administraciones yanquis –desde el 2001 hasta la fecha- han vertido su más histérica saña como expresión del odio visceral hacia todo lo relacionado con Fidel y la Revolución

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No queda otra alternativa que seguir desenmascarando la caricaturesca lucha de la potencia yanqui contra el terrorismo, a través de mensajes apegados a la verdad y sobre la base de una ética que no está a la venta, como la de los verdaderos periodistas cubanos.

(Fuente: Radio Cadena Agramonte)