El senador republicano Marco Rubio se convirtió en un fantasma que aparece y desaparece a conveniencia en el Senado estadounidense, estiman medios políticos y de prensa.
La falta de acción en el legislativo del joven político floridano desató en la última semana fuertes críticas de algunos colegas de partido y de opositores demócratas que demandan su renuncia de la Cámara alta del Congreso, ya que no está sirviendo a sus electores.
El diario Sun-Sentinel del Sur de la Florida a principios de esta semana le pidió que abandonara el cargo. Su trabajo es representar a la Florida en el Senado, indicó la publicación y añadió que Rubio está “estafando” a sus electores, por lo que debería dimitir para que otro haga el trabajo.
El jueves último el senador Harry Reid (D-Nevada) hizo igual apelación debido a la asistencia irregular del político a las votaciones.
El jefe de la minoría demócrata en el Senado se preguntó por qué deberían los contribuyentes del país y el pueblo de la Florida aguantar a tener sólo un senador, no parece justo para mí, subrayó.
Igual llamado realizó el exgobernador de Florida y aspirante a la nominación republicana Jeb Bush durante el debate de ese partido en Boulder, Colorado, aunque Rubio, evidentemente preparado, salió ileso del ataque y puso en crisis a su anterior mentor.
Ante las críticas el parlamentario regresó al Capitolio en la madrugada del viernes para depositar su voto en contra del acuerdo sobre el presupuesto que fue aprobado por la mayoría de los demócratas y un número necesario de republicanos.
Según dijo el portavoz de su campaña por la Casa Blanca Alex Conant “no hay nada inusual acerca de la decisión de programación del candidato quien presuntamente siempre estuvo en las grandes votaciones del legislativo como el intento de desfinanciar la Ley de Salud o rechazar el acuerdo nuclear con Irán.
En el debate del miércoles el exgobernador de Florida Jeb Bush, su antiguo mentor en el Estado del Sol, le recordó que el trabajo en el Senado es un mandato por seis años. Se puede hacer campaña, o simplemente renunciar y dejar que otra persona tome el trabajo, subrayó el menor de esa dinastía política enfrascado en una dura puja por el apoyo de la maquinaria partidista.
El político es visto ahora como una posible opción número uno entre los 15 aspirantes que tratan de obtener la boleta partidista y sustituir a Bush en la preferencia del establecimiento republicano, pese a sus faltas legislativas.
En el tope entre estos dos republicanos la recaudación de fondos parece ser el obstáculo más serio de la campaña del joven parlamentario para vencer a Bush, según expresan medios de prensa estadounidenses.
En su contra actúan los pocos logros en el cargo y algunos políticos bromean sobre qué sería de Estados Unidos, si trabaja de esa forma, si llegara a la presidencia del país, algo posible luego que algunos republicanos piensan que pudiera sustituir a Bush entre los donantes y la cúpula partidista.
En el caso de los fondos, su mayor debilidad, el inversor multimillonario Paul Singer anunció que recauda para Rubio y este viernes envió una carta a otros donantes republicanos describiendo al joven senador como el único republicano que puede estar en condiciones de derrotar al principal candidato demócrata, Hillary Clinton.
Rubio contrarresta sus escasos resultados en el Congreso, con un tercer lugar en la carrera del Partido Republicano, con el apoyo del 9,3 por ciento, según un promedio de encuestas nacionales del sitio digital RealClearPolitics. Por otra parte, algunas fuentes estiman que su camino será escabroso, a lo que contribuye su estrecha relación con la vieja maquinaria cubanoamericana de Miami cuyas posiciones se oponen a una nueva generación tanto de republicanos como demócratas que aboga por mejores relaciones con Cuba, en consonancia con el amplio respaldo del tema entre la población del país.
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