Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Protesta de la Universidad ante la masacre de Humboldt 7

Por Ruslan Olivares 
Un niño con la mirada fija en la escalera del edificio de Humboldt 7 por donde corre la sangre de cuatro jóvenes asesinados por la policía: Para mí la imagen más representativa de la barbarie que representó para Cuba la dictadura de Fulgencio Batista.
Dos días después de la masacre, la Universidad, con su magnífico rector Clemente Inclán (1) al frente, alzó su voz para condenar el crimen. El mensaje que dirigió al pueblo de Cuba no pudo ser silenciado por la censura y fue publicado por diversos medios a pesar de esta. Constituye un ejemplo de civismo y vergüenza de la alta casa y es una pena que no sea conocido más allá de un pequeño círculo de historiadores e intelectuales:
El Consejo Universitario, reunido bajo la presidencia del Rector, doctor Clemente Inclán, acuerda formular, por el voto unánime de sus miembros, las siguientes declaraciones:
1 – El Consejo Universitario reafirma, una vez más, los altos principios que forma la actitud cívica adoptada por la Universidad de La Habana, como corporación, ante la profunda crisis constitucional en que, desde hace cinco años, se debate la República. Si bien le está radicalmente vedado a esta casa bicentenaria, sin mixtificar su naturaleza y torcer su ministerio, convertirse en partido político, en instrumento de intereses sectarios o en reducto de violencia, sin embargo, en virtud de compromisos contraídos, históricamente con la nación, ha considerado y considera deber insoslayable oponerse, serena y firmemente, con su prédica y conducta, a cuanto subvierta los fundamentos democráticos de la sociedad cubana, menoscabe la soberanía nacional, interfiera el libre desarrollo de la cultura o afrente contra los derechos humanos, asiento y garantía de la convivencia civilizada.




En consecuencia con esos principios, el Consejo Universitario ha manifestado, en numerosas ocasiones, su pareja condena al terror como sistema de gobierno y al terrorismo como método para dirimir los conflictos políticos, y su plena adhesión a las normas establecidas en la Constitución y en las leyes, por entender que sólo mediante su acatamiento y respeto podrá devolverse la seguridad y el sosiego a una ciudadanía cada vez más conturbada por la ignorancia y el menosprecio de que son continuadamente objeto por quienes están obligados a cumplirlas y hacerlas cumplir. El estado de derecho es la base inconmovible de la paz pública.
2 – Consignar a tenor de lo expuesto, su más severa protesta por la muerte violenta del Sr. Fructuoso Rodríguez, presidente que era de la FEU,  de los jóvenes José Machado Rodríguez y José Westbrook Rosales, que cursaban estudios en el Instituto de Administración Pública de esta Universidad, del doctor Juan Pedro Carbó Serviá. El hecho de que alguna víctimas estuviera acusada por los cuerpos de represión de la comisión de determinados delitos, no explica, ni mucho menos justifica, por graves que fuesen dichas imputaciones, la forma en que fueron ejecutados con manifiesta transgresión de la ley, ostensible desconocimiento de los tribunales de justicia y absoluto olvido de la piedad cristiana. Según el Artículo 26 de la Constitución, todo inculpado es inocente mientras no se dicte sentencia firme contra él; y nadie está autorizado, en consecuencia,  para prejuzgar y sancionar por cuenta propia, sin que automáticamente contravenga el orden jurídico y vulnere el régimen de protección y defensa a que tiene derecho todo ciudadano por taxativo mandato de la carta fundamental. Parece obligado recordar, en suma, que la pena de muerte fue proscrita por los convencionales en 1940.
Si estos trágicos sucesos han venido a ensombrecer aún más el enconado panorama nacional, en lo que a la Universidad de La Habana particularmente concierne constituye un hondo motivo de duelo y angustia. No han escatimado desvelos y fatigas los que les ha tocado conducirla en estos tiempos difíciles para preservar la preciosa existencia existencia de la juventud que acude a sus aulas. Cada vida prematuramente rota ha sido como una raíz cortada de cuajo del corazón de la gran familia universitaria. Pero el más terrible desgarrón hasta ahora sufrido, lo representa la pérdida, en el término de breves días, de dos presidentes de su máximo organismo estudiantil, inmolado uno en defensa de sus ideales y víctima el otro de esta implacable vendimia de vidas útiles, dignas y valiosas, que precisa detener a toda costa, so pena de que el odio, el resentimiento y la venganza, en frenético desborde, suman al país en la noche interminable de la barbarie.
3 – El Consejo Universitario, en nombre y representación del más genuino órgano de expresión de la conciencia nacional, que es gloria de Cuba y honra de América por sus fecundos aportes a la cultura y su ejemplar comportamiento, formula los más fervientes votos porque hechos de esta naturaleza no vuelvan a repetirse y reitera de nuevo su limpio apoyo a las instituciones religiosas, cívicas y fraternales que se hallan noblemente empeñadas en arbitrar una solución nacional, pacífica y democrática a la dramática situación que afrontamos.
La Habana. 22 de abril de 1957.
(1) – Clemente Inclán Costa (1879-1965). Médico y Rector de la Universidad de La Habana en varias etapas entre 1930 y 1965. Fue uno de los 23 profesores de Medicina que no abandonaron el país tras el triunfo de la Revolución Cubana.

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