PARÍS.— El viernes la capital francesa vivió un día de horror. Los actos terroristas coordinados fueron el peor ataque que se registra en territorio europeo desde los atentados con bombas en Madrid en el 2004. Según el último reporte oficial, 129 personas perdieron su vida en el lapso de minutos.
Una vez superada la primera impresión de espanto, vienen los esfuerzos por entender lo que pasó. Las autoridades francesas aseguraron que en total se produjeron seis ataques: dos explosiones cerca del Estadio de Francia, tiroteos en dos restaurantes, en un bar, en un centro comercial y la toma de rehenes en una sala de conciertos.
La mayoría de las víctimas son de nacionalidad francesa, aunque estos datos aún no están completos y las autoridades han dicho que poco a poco entregarán más información sobre los hechos.
También se conoció que uno de los atacantes suicidas tenía una entrada para asistir al partido entre Francia y Alemania, donde se concentraban 80 000 espectadores. Los guardias del Stade de France detectaron que vestía un cinturón con explosivos, por lo que el terrorista huyó e hizo detonar su carga muy cerca del recinto.
Según estimaciones el objetivo podría haber sido causar una explosión en el interior del estadio, donde se encontraba el presidente francés François Hollande.
El propio mandatario declaró tres días de duelo nacional, y dijo que los ataques habían sido planeados y organizados desde el exterior con ayuda de personas dentro de Francia.
Desde el viernes, Hollande anunció el estado de emergencia en todo el país y el cierre de las fronteras. Este mecanismo excepcional solo ha sido usado por las autoridades francesas en cuatro ocasiones desde la Segunda Guerra Mundial.
Según el fiscal parisino François Molins, se sabe que al menos siete personas participaron en el ataque y murieron en atentados suicidas. La policía logró identificar a uno de los terroristas, del grupo que atacó al teatro Bataclán, y detuvo a seis personas vinculadas con él. Además según fuentes médicas, la edad de otros dos atacantes en esa sala, sería de entre 15 y 18 años.
El gobierno señaló que un dedo hallado en Bataclán, lugar donde ocurrió la peor masacre, permitió a las autoridades francesas identificar a un ciudadano francés de 29 años, Omar Ismail Mostefai, como uno de los que participó en el ataque contra la sala de conciertos. Siete familiares de Mostefai fueron detenidos y están siendo interrogados por la policía.
Cerca de Bruselas, las autoridades belgas detuvieron a cinco personas, una de las cuales se sospecha que estuvo el viernes en la noche en París.
Francia sostiene que el grupo radical autodenominado como Estado Islámico (EI) está detrás de la masacre. Precisamente horas más tarde el EI se atribuyó la autoría de los ataques en un comunicado distribuido, por escrito y en audio, a través de canales online.
HISTORIAS DE SOBREVIVIENTES
Isobel Bowdery, una de los asistentes al concierto de Eagles of Death Metal en Bataclán, compartió en su cuenta de la red social Facebook la experiencia que vivió en la sala de conciertos durante el ataque terrorista.
La joven permaneció inmóvil durante una hora para parecer muerta y poder sobrevivir. “Conmocionada y sola, me hice la muerta. Contuve la respiración, traté de no moverme, de no llorar, de no mostrar a aquellos hombres el miedo que deseaban ver”.
Massimiliano Natalucci también se encontraba en la sala de conciertos cuando los terroristas entraron. “Estuvieron disparando durante unos 20 minutos seguidos”. Para salir él también tuvo que fingir estar muerto. “Antes uno de ellos me miró a los ojos pero inexplicablemente me perdonó la vida”, agrega.
El psicoterapeuta británico-danés Mark Colclough, de 43 años de edad, estaba con un compañero de trabajo en la Rue de la Fontaine cuando vio que un hombre armado atacó una cafetería.
“Estábamos a unos 20 metros del lugar cuando oímos un petardo; miré a mi alrededor y vi a un hombre, quizá de unos 185 centímetros de altura, y su postura dejaba claro que estaba disparando”, recuerda Colclough.
Cuando cesó el tiroteo, mi compañero y yo salimos del escondite, corrimos unos 150 metros y vimos llegar todos los coches de la Policía, ambulancias y camiones de bomberos.
También se conoció la historia de un niño chileno-francés de cinco años de edad que estaba en Bataclán en compañía de su madre y su abuela. El menor se escondió al escuchar los disparos y luego escapó. Su madre y abuela no corrieron la misma suerte y están entre las más de 80 víctimas de las masacre dentro del teatro.
Otro chileno, David Fritz Goettinger de 23 años, se sumó a la lista de los afortunados sobrevivientes en medio de una larga y traumática pesadilla. “Ellos no pensaron en dejarme vivo sino que no tuvieron tiempo de matarme porque los policías llegaron”, comentó Goettinger.
HÉROES INESPERADOS
Después de estas horas de horror que ha vivido París, historias que demuestran la sensibilidad humana han salido a la luz.
Safer, un joven camarero francés musulmán, que trabajaba en el restaurante Le Carillon, salvó la vida de dos mujeres en mitad de los tiroteos.
Safer, un joven camarero francés musulmán, que trabajaba en el restaurante Le Carillon, salvó la vida de dos mujeres en mitad de los tiroteos.
En este bar donde los terroristas acabaron con la vida de 15 personas, Safer no dudó en jugarse la vida arrastrando a las dos chicas, heridas de bala, hasta el sótano del local mientras los terroristas seguían disparando a diestra y siniestra.
Como el resto de los parisinos, Safer tampoco alcanza a comprender lo que ha pasado y por qué, pero asegura que “eso no es el Islam, es otra cosa”.
Como el resto de los parisinos, Safer tampoco alcanza a comprender lo que ha pasado y por qué, pero asegura que “eso no es el Islam, es otra cosa”.
A pesar del toque de queda, los habitantes de París han abandonado la seguridad del hogar y acudieron a los centros médicos para donar sangre para las víctimas de la tragedia, formando colas multitudinarias y durante varias horas.
El servicio francés de transfusión de sangre ha recibido miles de ofertas, y actualmente muchos hospitales están pidiendo a los donantes que vuelvan más tarde, ya que están totalmente desbordados ante el gran número de ciudadanos que acuden a donar.
EL TERRORISMO NO TIENE RELIGIÓN
Musulmanes de todo el mundo también han salido a condenar la masacre de este viernes en París alegando que “el terrorismo no tiene religión”.
Musulmanes de todo el mundo también han salido a condenar la masacre de este viernes en París alegando que “el terrorismo no tiene religión”.
Jóvenes creyentes del Islam protestaron contra los atentados reivindicados por el EI. “Not in my name” (no en mi nombre), reclaman.
Integrantes de la comunidad musulmana internacional han colocado etiquetas como #ISISisnotIslam (Estado Islámico no es Islam) y #MuslimsArentTerrorist (los musulmanes no son terroristas) en varias redes sociales, ante la nueva campaña antislámica desatada luego de los sucesos del viernes.
“El profeta Mahoma nos ordenó no hacer daño a nadie, y quien haga lo contrario no es musulmán”, reza un mensaje de un usuario de Egipto. Muchos citaron al Corán para condenar los ataques: “Quien mata a un inocente es como si matara a toda la humanidad”.
EL PELIGRO DE LA XENOFOBIA
Muchos se preguntan si los atentados en París marcan una nueva fase en la confrontación con el islamismo en Europa.
Akbar Ahmed, quien fue embajador de Pakistán en Reino Unido y en la actualidad es profesor de la Universidad American de Washington y el Instituto Brookings, declaró a la BBC que “los terribles eventos que tuvieron lugar en París son una continuación de una crisis de la que hemos visto amplia evidencia durante los últimos años”.
Muchos se preguntan si los atentados en París marcan una nueva fase en la confrontación con el islamismo en Europa.
Akbar Ahmed, quien fue embajador de Pakistán en Reino Unido y en la actualidad es profesor de la Universidad American de Washington y el Instituto Brookings, declaró a la BBC que “los terribles eventos que tuvieron lugar en París son una continuación de una crisis de la que hemos visto amplia evidencia durante los últimos años”.
La sustancial población musulmana de Francia, segunda más grande de la Unión Europea, que quiere ser francesa, que quiere integrarse y ser aceptada, no está realmente integrada a los actos terroristas, advirtió a la vez que explicó que los medios deberían bajarle el volumen a su constante asociación de los musulmanes con la palabra terrorismo.
Varios analistas internacionales consideran que luego de los ataques, las sociedades europeas, empezando por la francesa, se van a ver sacudidas por una nueva oleada de xenofobia antimusulmana.
En declaraciones centradas en los mortíferos atentados en París, los líderes de las principales formaciones opositoras de Francia, Marine Le Pen y Nicolás Sarkozy, hablaron de la falta de seguridad en el país y de una guerra contra el islamismo radical.
La líder del partido xenófobo Frente Nacional, Marine Le Pen reforzó su discurso contra la inmigración. “Francia debe prohibir las organizaciones islamistas, cerrar las mezquitas radicales y expulsar a los clandestinos”, declaró.
RESPUESTA FRANCESA
Ante todo esto la respuesta francesa no se ha hecho esperar. Aviones de combate galos golpearon este domingo por la noche Raqqa, la mayor ciudad que el Estado Islámico controla en Siria.
La operación de ataque, la primera lanzada por Francia desde la masacre de París, consistió en 12 aparatos —diez de ellos cazabombarderos— que dispararon 20 bombas sobre posiciones consideradas en manos de los terroristas.
La mayoría de los mensajes pronunciados en los primeros compases de la cumbre del G20, que empezó este domingo en Turquía, exigían una respuesta armada contra los yihadistas.
EL MUNDO CON PARÍS
Las expresiones de solidaridad con París y el tributo a las víctimas han sido constantes. Dentro del país, pese a la prohibición de realizar manifestaciones públicas, las personas han salido a la calle con una flor, una vela o simplemente carteles donde se lee Pray for Paris (Recen por París).
La Torre Eiffel, símbolo de la nación gala, se mantiene a oscuras en señal de duelo, mientras edificios emblemáticos del mundo como el de la Ópera de Sydney en Australia o el One World Trade Center en Nueva York se mantienen iluminados con los colores de la bandera de Francia.
En todo el orbe hay reportes de actos en solidaridad con las víctimas de los atentados en París. (Redacción Internacional)
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