La pequeña Noemí Bernárdez se le extrajo un tumor cerebral a principios de septiembre, y pronto será sometida a la quimioterapia a base de temozolomida, un tratamiento producido por un laboratorio estadounidense. Para obtener este y otros medicamentos con licencia en los Estados Unidos, Cuba se ve obligada a pasar por alto el bloqueo a través de terceros países, que incrementaron los precios … y plazos.
La historia de esta niña cubana resonó este martes en la sala de la Asamblea General de la ONU, cuando el representante de Bolivia mencionó su caso para mostrar el enorme daño humano que provoca el bloqueo norteamericano contra el país caribeño.
“En este momento mi hija está en radioterapia, son 27 (sesiones). Luego tendrá que descansar durante 10 o 15 días y después comenzar la quimioterapia con este medicamento”, dijo Elizabeth Navarro, madre de la menor que se encuentra en el hospital oncológico de La Habana.
Sentada en una esquina de la cama de Noemí, la madre de 28 años limpia discretamente una lágrima. Todavía no se sabe si el valioso tratamiento llegue a tiempo.
A su lado, la niña cuyo cabello estaba afeitado para la cirugía, miraba unos dibujos animados en la televisión instalada en un rincón de la habitación. Acurrucada en una silla, trata de olvidar el dolor de un suero atrapado bajo la piel de su muñeca.
“Para nosotros es fundamental para Noemí y otros pacientes con la misma histología (el tumor) de ser tratados con un medicamento que aumente las oportunidades de sobrevivir, y es el caso de La temozolomida “, dice la Dra. Migdalia Pérez, quien trabaja hace 15 años para los jóvenes afectados por el cáncer.
El tratamiento es gratuito, pero algunos medicamentos están en falta.
Cada año, alrededor de 300 niños son atendidos en seis centros especializados, en una isla donde los cuidados corren por cuenta del gobierno. Con la temozolomida, administrada por vía oral, las posibilidades de supervivencia de los pacientes jóvenes pueden aumentar de 20% a 70%, dice la doctora Pérez.
Sin embargo, “es muy difícil tratar una enfermedad con las manos prácticamente atadas”, explica el médico refiriéndose a la necesidad de adquirir algunos medicamentos y equipos en mercados distantes de Cuba a través de intermediarios que elevan las tarifas.
Hoy Cuba produce el 65% de los medicamentos consumidos por sus habitantes, pero todavía tiene que importar los de la diabetes, el VIH-SIDA o cáncer.
(Con información de AFP)
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