«Que monstruos, no saben la inteligencia, el carácter, la integridad, que han asesinado». Así definió el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz el atroz crimen en el que perdió la vida Frank País García.
El joven maestro fue el jefe de la heroica sublevación de Santiago de Cuba el 30 de noviembre de 1956, en apoyo al desembarco del yate Granma, cuyos 82 tripulantes bajo el mando de Fidel venían decididos a conquistar la independencia definitiva de la Patria. Ese día la Revolución se vistió por primera vez de verde olivo. Los hombres y mujeres dirigidos por Frank se enfundaron en el glorioso uniforme para el combate.
Cayeron Pepito Tey, Otto Parellada, y Tony Alomá, pero se inmortalizaron en el martirologio de la nación. La ciudad se vistió de heroísmo. Santiago de Cuba y sus santiagueros fueron también protagonistas. Escondieron y protegieron a los combatientes, atendieron y cuidaron de los heridos, ofrecieron sus viviendas y, alertas, comunicaban cualquier movimiento enemigo.
El Granma llegó el 2 de diciembre del propio año, cual prólogo del Ejército Rebelde, y con justicia fue elegida la fecha como Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Por Frank y sus compañeros, por las FAR, por Fidel, guía e inspirador de la unidad y el sentimiento patrio marcharemos este 2 de enero en la Plaza de la Revolución José Martí. Y por la juventud, heredera de aquellos veinteañeros que con su vida levantaron la soberanía e independencia de la Patria. El 30 de julio del 2007, a 50 años del asesinato de Frank, el General de Ejército Raúl Castro Ruz encendió una llama eterna en homenaje a él y a los que como él han caído, y expresó: «Frank País es paradigma de la estirpe indoblegable de la juventud». Dijo que la actual generación de revolucionarios la encendía como nueva muestra del compromiso sagrado con nuestros muertos, «ante quienes juramos, una vez más, que seremos fieles a su memoria y a su ejemplo». Por ellos, por nuestra Cuba, también marchamos.
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