Foto: Tomada de Internet
Al calor de las alas bienhechoras de Playa Girón, y cuando se cumplían 57 años de estos sucesos, el 19 de abril de 2018 celebraba Cuba, desde la voz de sus diputados, la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En tal escenario el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, pronunció un discurso en el que, junto a otros temas, detalló los valores políticos y éticos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien entonces resultaba electo Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y en la jornada de ayer 10 de Octubre, en la Cuarta Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, fue elegido Presidente de la República de Cuba.
Tras agradecer en la citada ocasión el pronunciamiento de las palabras finales de la Asamblea y recordar al Comandante en Jefe Fidel Castro, protagonista de la primera victoria sobre el imperialismo en América, Raúl se refirió a la trayectoria laboral de casi 35 años transitada por Díaz-Canel, una figura querida y respetada por el pueblo que lo ha sentido muy de cerca en cada uno de los momentos cruciales de la vida de la Isla.
El General de Ejército recordó que Díaz-Canel, «tras alcanzar el título de ingeniero electrónico en la Universidad Central de Las Villas, trabajó en esa profesión» y cumplió su servicio militar en unidades coheteriles antiaéreas de las far para ser después, profesor en la Facultad de Ingeniería Eléctrica del propio centro estudiantil desde donde se desempeñó como cuadro profesional de la Unión de Jóvenes Comunistas, hasta merecer otros cargos de dirección y ser promovido al trabajo profesional del Partido.
El Primer Secretario del Partido destacó que, en los primeros años del periodo especial, en sus más difíciles momentos, Díaz-Canel «fue Primer Secretario del Comité Provincial de Villa Clara durante nueve años y desempeñó igual responsabilidad en la provincia de Holguín durante otros seis, en ambos casos con resultados satisfactorios».
De la elección que acababa de hacerse en su honor, como Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, dijo Raúl que no era una casualidad. Al respecto declaró que «se previó, dentro de un conjunto, que el mejor, según nuestra modesta opinión, y del Partido, ha sido el compañero Díaz-Canel y que no dudamos que, por las virtudes, por su experiencia y por la dedicación al trabajo que ha desarrollado, tendrá éxito absoluto en la tarea que le ha encomendado nuestro órgano supremo del poder del Estado».
Su condición de miembro del Comité Central del Partido desde 1991, su posterior promoción al Buró Político, su cumplimiento de misión internacionalista en la República de Nicaragua y sus conocimientos como graduado del Colegio de Defensa Nacional fueron otros elementos validados por Raúl, quien además remarcó la designación que se le hiciera en 2009 como Ministro de Educación Superior y en el 2012 como Vicepresidente del Consejo de Ministros para la atención de los organismos vinculados a la educación, la ciencia, el deporte y la cultura.
Su trayectoria durante cinco años como Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, que simultaneó con la atención de la esfera ideológica del Comité Central del Partido, fue señalada por el General de Ejército, quien además aseguró que, dadas todas estas experiencias, bien podrá asumir posteriormente la condición de Primer Secretario del Partido Comunista.
«Cuando él cumpla sus dos mandatos, –dijo Raúl– si trabaja bien, y así lo aprueban el Comité Central de nuestro Partido y el órgano supremo del poder del Estado, que es esta Asamblea de la que formamos parte, él debe mantenerse. Lo mismo que estamos haciendo ahora, él tiene que mantenerlo con su sustituto». (…) Naturalmente, los órganos superiores del Partido y del Estado serán los que decidirán», explicó.
«El compañero Díaz-Canel no es un improvisado, a lo largo de los años ha demostrado madurez, capacidad de trabajo, solidez ideológica, sensibilidad política, compromiso y fidelidad hacia la Revolución», apuntó, y avaló que «su ascenso a la máxima responsabilidad estatal y gubernamental de la nación no ha sido fruto del azar ni de apresuramientos», de modo que con toda intención se previó su tránsito por diferentes responsabilidades partidistas y gubernamentales, con el objetivo de que adquiriera un nivel de preparación integral que, junto a sus cualidades personales, «le permitirán asumir con éxito la jefatura de nuestro Estado y Gobierno, y más adelante la máxima responsabilidad en el Partido».
(Granma)
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