Por: Carlos Luis Sotolongo Puig
La salvaguarda de las tradiciones, sobre todos las asociadas a las labores de aguja, convierten a la tercera villa de Cuba en ejemplo de conservación del patrimonio inmaterial en la región iberoamericana.
A esta hora, quizás, Shanghái se parece un poco a Trinidad. La randa, el deshilado, el aro de bordar, la saeta enhebrada… hacen el milagro. Un expediente donde se resumen siglos de historia y tradición de la localidad sureña llega ahora a manos de los expertos del proyecto Ciudades, asociado al Consejo Mundial de Artesanías, quienes, nombraron a la tercera villa como candidata a la condición de Ciudad Artesanal.
La permanencia de las labores de aguja en el territorio, el enriquecimiento a través del tiempo de dichas manualidades, los esfuerzos institucionales por fomentar su práctica, difusión y preservación, así como el aporte a la identidad local constituyen algunos de los argumentos esgrimidos por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) de cara a la nominación; “tarea nada fácil —comenta a través del teléfono Cristina González Béquer, especialista en Artes Visuales de la dirección nacional de la ACAA, autora del documento—, pues hubo que balancear pasado y presente, y todo en apretada síntesis”.
El quehacer investigativo de varios trinitarios, la documentación y criterios de entidades afines junto a su trayectoria personal, permitieron a González Béquer exponer cómo las manualidades pasaron de refugio espiritual a medio de subsistencia y arista autóctona del patrimonio inmaterial del terruño.
“Los bordados y los tejidos de aguja se presentan allí en una diversidad inabarcable, siguen siendo parte de la vida y constituyen una fuente de ingresos apreciable para los moradores en los ámbitos rural y urbano (…). La randa se hace interesante por la variedad de dibujos y sus denominaciones, lo que provoca que se conserve en Trinidad una lexicografía local utilizada por las bordadoras desde tiempos remotos para conocer los bordados realizados sobre el deshilado”, refiere la experta.
Publicado además en el número 58 de El buen artesano, suplemento informativo de la ACAA, el artículo alude a la presencia de los trinitarios afiliados, inscritos todos en el Registro de Creadores del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, en la Feria Internacional de Artesanía, principal evento organizado por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), Arte para Mamá, Arte en la Rampa, entre otros espacios, para difundir su quehacer, así como cursos, proyectos comunitarios, talleres y otras formas de socialización del conocimiento de las técnicas artesanales efectuadas por las instituciones durante casi 30 años, bajo el patrocinio de organizaciones como la Unesco.
Otra de las potencialidades de Trinidad resultan los seis premios a la Maestría Artesanal, entregados en 2005 por el FCBC a bordadoras de la localidad y el Premio a la Excelencia Artesanal, concedido a la fallecida creadora Teresa Toscano, otorgado por la Unesco en Naciones Unidas.
A propósito del proceso de candidatura, la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios manifestó: “La larga historia de esta manifestación convierte a Trinidad en referencia a escala del país, y un ejemplo para muchos pueblos de nuestra América”.
Actualmente, la ACAA en Trinidad cuenta con 181 miembros. A su vez, el proyecto de desarrollo local Artes visuales de primer nivel en beneficio de la cultura, a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, acoge a más de 200 personas a la actividad cuentapropista de bordadores y tejedores. El sector rural, por su parte, exhibe 32 familias dedicadas a dichas labores en el antiguo ingenio Manaca Iznaga.
El veredicto final será emitido tras la visita a la Ciudad Museo de los expertos de Shanghái, designados por el Consejo Mundial de Artesanías, viaje que debe concretarse en meses venideros.
(Tomado de Escambray Digital)
La salvaguarda de las tradiciones, sobre todos las asociadas a las labores de aguja, convierten a la tercera villa de Cuba en ejemplo de conservación del patrimonio inmaterial en la región iberoamericana.
A esta hora, quizás, Shanghái se parece un poco a Trinidad. La randa, el deshilado, el aro de bordar, la saeta enhebrada… hacen el milagro. Un expediente donde se resumen siglos de historia y tradición de la localidad sureña llega ahora a manos de los expertos del proyecto Ciudades, asociado al Consejo Mundial de Artesanías, quienes, nombraron a la tercera villa como candidata a la condición de Ciudad Artesanal.
La permanencia de las labores de aguja en el territorio, el enriquecimiento a través del tiempo de dichas manualidades, los esfuerzos institucionales por fomentar su práctica, difusión y preservación, así como el aporte a la identidad local constituyen algunos de los argumentos esgrimidos por la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) de cara a la nominación; “tarea nada fácil —comenta a través del teléfono Cristina González Béquer, especialista en Artes Visuales de la dirección nacional de la ACAA, autora del documento—, pues hubo que balancear pasado y presente, y todo en apretada síntesis”.
El quehacer investigativo de varios trinitarios, la documentación y criterios de entidades afines junto a su trayectoria personal, permitieron a González Béquer exponer cómo las manualidades pasaron de refugio espiritual a medio de subsistencia y arista autóctona del patrimonio inmaterial del terruño.
“Los bordados y los tejidos de aguja se presentan allí en una diversidad inabarcable, siguen siendo parte de la vida y constituyen una fuente de ingresos apreciable para los moradores en los ámbitos rural y urbano (…). La randa se hace interesante por la variedad de dibujos y sus denominaciones, lo que provoca que se conserve en Trinidad una lexicografía local utilizada por las bordadoras desde tiempos remotos para conocer los bordados realizados sobre el deshilado”, refiere la experta.
Publicado además en el número 58 de El buen artesano, suplemento informativo de la ACAA, el artículo alude a la presencia de los trinitarios afiliados, inscritos todos en el Registro de Creadores del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, en la Feria Internacional de Artesanía, principal evento organizado por el Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC), Arte para Mamá, Arte en la Rampa, entre otros espacios, para difundir su quehacer, así como cursos, proyectos comunitarios, talleres y otras formas de socialización del conocimiento de las técnicas artesanales efectuadas por las instituciones durante casi 30 años, bajo el patrocinio de organizaciones como la Unesco.
Otra de las potencialidades de Trinidad resultan los seis premios a la Maestría Artesanal, entregados en 2005 por el FCBC a bordadoras de la localidad y el Premio a la Excelencia Artesanal, concedido a la fallecida creadora Teresa Toscano, otorgado por la Unesco en Naciones Unidas.
A propósito del proceso de candidatura, la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios manifestó: “La larga historia de esta manifestación convierte a Trinidad en referencia a escala del país, y un ejemplo para muchos pueblos de nuestra América”.
Actualmente, la ACAA en Trinidad cuenta con 181 miembros. A su vez, el proyecto de desarrollo local Artes visuales de primer nivel en beneficio de la cultura, a través del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, acoge a más de 200 personas a la actividad cuentapropista de bordadores y tejedores. El sector rural, por su parte, exhibe 32 familias dedicadas a dichas labores en el antiguo ingenio Manaca Iznaga.
El veredicto final será emitido tras la visita a la Ciudad Museo de los expertos de Shanghái, designados por el Consejo Mundial de Artesanías, viaje que debe concretarse en meses venideros.
(Tomado de Escambray Digital)
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