Este es un espacio de intercambio y reflexión, para demostrar la valía de un pueblo que se enfrenta al Imperio más poderoso del planeta con la seguridad absoluta en la Victoria porque le asiste la razón. Esas son las Razones de Cuba
Guayacánes el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.
martes, 20 de septiembre de 2016
#TodosMarchamos El asesinato de Letelier pudo haberse impedido
El
asesinato del excanciller chileno Orlando Letelier del Solar y su
asistente Ronni Karpen Moffit, constituye una de las mayores atrocidades
de la Operación Cóndor
Un bombero retira el cuerpo de Letelier tras el atentado en Washington en 1976. Foto:AP
El asesinato del excanciller chileno Orlando
Letelier del Solar y su asistente Ronni Karpen Moffit, constituye una de
las mayores atrocidades de la Operación Cóndor, hecho en el que
tuvieron una participación directa miembros de la Dirección Nacional de
Inteligencia (DINA) de Chile, y connotados terroristas de origen cubano
residentes en Miami.
Desde 1961 la CIA seguía los pasos de Orlando Letelier cuando
asistió junto con Salvador Allende a las actividades por el Primero de
Mayo en La Habana. Durante los años 60 este control se extendió cuando
Letelier ocupó altos cargos en el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) en Washington, y continuó en 1970 al ser nombrado embajador del
Gobierno de la Unidad Popular en los Estados Unidos.
Tras el golpe fascista del 11 de septiembre de 1973 encabezado por el
general Augusto Pinochet, varios terroristas cubanos entrenados por la
CIA ofrecieron sus servicios a los golpistas chilenos para asesinar a
sus opositores dentro o fuera del país.
En 1974 Letelier partió hacia Washington junto con su esposa y sus
hijos en calidad de exiliado político. Durante su exilio participó en
numerosas actividades internacionales contra el régimen de Pinochet,
periodo en que llegó a ser uno de los miembros más destacados de la
oposición chilena en el extranjero. Mientras la CIA observaba sus
movimientos, fue documentando el Expediente No.0881118 que contenía
reseñas biográficas, perfiles sicológicos, estilos de vida, y detallados
informes sobre sus relaciones políticas y sociales.
Según documentos desclasificados, en 1975 el Buró Federal de
Investigaciones (FBI) tenía conocimiento de las decisiones que se
tomaban en los encuentros clandestinos que sostenía el agregado cultural
chileno en Miami Héctor Durán, con los cabecillas de los principales
grupos terroristas de origen cubano, para planificar agresiones contra
intereses cubanos en los Estados Unidos, y atentados contra enemigos de
la Junta Militar chilena.
En enero de 1976 el FBI conoció que varios cabecillas, entre los que
se encontraba Orlando Bosch Ávila, habían celebrado una reunión con
funcionarios del gobierno chileno. Un documento desclasificado de la
CIA del 8 de junio 1976, tres meses antes del asesinato, revelaba que
Pinochet se quejó ante el Secretario de Estado Henry Kissinger debido al
acceso alcanzado por Letelier ante el Congreso estadounidense.
El 15 de junio, en Bonao, República Dominicana, varios agentes
encubiertos de la CIA y el FBI estuvieron presentes en la constitución
de la agrupación terrorista Coordinación de Organizaciones
Revolucionarias Unidas (CORU), donde fue planificado el acto de terror
contra un avión civil cubano y el asesinato de Orlando Letelier, como
parte de un compromiso con la Junta Militar chilena, lo que permite
establecer que estos hechos hubiesen podido evitarse.
El 9 de septiembre varios oficiales de la llamada DINA exterior se
encontraban en Washington, ocupándose de la vigilancia de Letelier,
mientras que el norteamericano Michael Vernon Townley, un agente de la
CIA que actuaba al servicio de la DINA, junto con terroristas del
Movimiento Nacionalista Cubano (MNC), tendrían la misión de preparar la
bomba y hacerla estallar. Resulta inexplicable que los servicios de
inteligencia norteamericanos, que mantenían a Letelier bajo un estrecho
control, no hayan detectado el seguimiento de que era objeto.
Townley sostenía relaciones con los terroristas cubanos desde hacía
mucho tiempo. Estos vínculos continuaron cuando integró la banda
fascista chilena Patria y Libertad, para conspirar contra el gobierno
de Salvador Allende.
El 10 de septiembre de 1976 Townley contactó con Guillermo Novo
Sampoll y Dionisio Suárez Esquivel en el restaurante Cuatro Estrellas,
un lugar frecuentado por los cubanos en Union City, Nueva Jersey, donde
les explicó la tarea a cumplir.
Después que los militares chilenos le entregaron toda la información
necesaria sobre Letelier para realizar la acción, Townley sostuvo una
entrevista con el terrorista de origen cubano Virgilio Paz Romero, del
MNC, con quien había realizado varias operaciones contra «objetivos» de
la DINA en Europa.
El sábado 18 de septiembre, Suárez Esquivel viajó a Washington y
contactó con los terroristas mencionados en el restaurante McDonald de
la avenida Nueva York, donde acordaron distribuirse las misiones que
habían concebido. Paz Romero y Townley se hospedaron en el hotel Regency
Congress Inn. y Suárez Esquivel se instaló en un motel cercano para
evitar sospechas.
En memoria de Orlando Letelier en el lugar que fue asesinado el 21 de septiembre de 1976 en Washington.
Habían previsto preparar la bomba el domingo 19 y colocarla esa
misma noche, para hacerla estallar el lunes en horas de la mañana cuando
Letelier se dirigiera a su oficina. Sin embargo, Suárez Esquivel pidió
cambiar la fecha, porque había perdido el trabajo y en ese momento
debía estar en Nueva Jersey para comenzar en un nuevo empleo.
Después de cenar en el restaurante del Regency, los tres asesinos se
dirigieron hacia la habitación que compartían Paz Romero y Townley,
donde comenzaron a preparar la bomba. El artefacto contenía cuatro
libras de TNT y explosivo plástico, y después de colocar el detonante,
aseguraron el mecanismo de control remoto para hacerla estallar a
distancia. Acordaron que ejecutarían la operación el martes.
El sábado por la noche, mientras Paz Romero vigilaba, Townley saltó
la verja del jardín de la casa de Letelier y se deslizó cautelosamente
bajo su Chevrolet azul. Ajustó la bomba al chasis del auto de manera tal
que no se cayera y para garantizar que la onda expansiva se concentrara
hacia arriba, en dirección al asiento del chofer. Así aseguraba que la
explosión tuviera un mayor efecto letal. El mecanismo de control remoto
fue colocado en posición de encendido, y quedó lista para el día
siguiente.
Los sicarios Townley y Paz Romero dieron por cumplida su misión y
regresaron al hotel. Suárez Esquivel llevó al estadounidense hasta el
aeropuerto y este tomó el primer vuelo de la Eastern Air Lines con
destino a Nueva Jersey, donde Alvin Ross, otro miembro del MNC, lo
estaba esperando. Desde allí Townley transmitió un mensaje codificado a
sus jefes en la DINA, indicando que la bomba había sido colocada.
El lunes 20 por la noche Michael y Ronni cenaron con Letelier y se
retiraron a su apartamento en el mismo auto donde ya estaba colocada la
bomba. Al día siguiente, la pareja llegó a la casa de Letelier, quien
apareció en la puerta minutos después, le dio un beso de despedida a su
esposa Isabel, y partieron a las nueve y quince de la mañana.
Al llegar a la altura del restaurante Roy Rogers, un sedán gris se
les colocó detrás, y continuó tras ellos por la avenida River Road. Su
conductor insertó en el encendedor los terminales del control remoto
para detonar la bomba. Ambos automóviles tomaron a la izquierda desde la
calle 46 hacia la Avenida Massachusetts, entrando en la Avenida de
las Embajadas. El auto de Letelier se deslizaba lentamente, sobrepasó
la Embajada de Chile que estaba a la izquierda y cuando circulaba por la
rotonda Sheridan Circle, el terrorista oprimió el botón del control
remoto, e inmediatamente se produjo un ruido ensordecedor. La onda
expansiva impactó a Letelier contra el techo del auto, que se elevó unos
metros y cayó sobre el asfalto, desplazándose violentamente hasta
detenerse frente a la Embajada de Rumanía, totalmente destruido e
incendiado. El cuerpo de Letelier quedó desmembrado y Ronni cayó en el
césped manando sangre por la garganta, y murió al llegar al hospital.
Michael, quien viajaba en el asiento trasero quedó aturdido, sin atinar a
comprender lo que había sucedido.
Tres semanas después cuando Luis Posada Carriles fue detenido en
Caracas, por ser uno de los autores intelectuales de la explosión en
pleno vuelo del avión civil cubano en Barbados, en su poder fueron
encontrados varios documentos que mostraban los movimientos que hacía
Letelier para desplazarse hacia su trabajo, y un mapa con su recorrido
habitual.
El complot contra Letelier fue descubierto y parte de sus ejecutores
detenidos. En medio de un dilatado proceso jurídico el tribunal dictó
varios sobreseimientos y resoluciones. En 1979 Townley fue sancionado a
diez años de prisión, pero negoció con la Fiscalía y solamente cumplió
cuatro meses.
Después fue beneficiado por el programa de protección de testigos, y
vive actualmente en los Estados Unidos con una nueva identidad. En 1990 y
1991 Suárez Esquivel y Paz Romero fueron condenados a 12 años, pero
Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, Guillermo e Ignacio Novo Sampoll y
Alvin Ross quedaron en libertad. Estos hechos revelan la participación
en la Operación Cóndor de agentes de la CIA, militares chilenos y
terroristas de origen cubano residentes en Miami, los mismos que
durante más de 40 años han actuado contra Cuba con total impunidad, y
todavía hoy continúan al margen de la justicia.
* Investigadores del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado
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