- Escrito por Adelfa Hernández Hernández
En este artículo:
Holguín
Cuba
Fidel Castro Ruz
Era el 23
de septiembre del 2003, centenario del natalicio de Lina Ruz González,
la madre de los Castro Ruz. Fidel llegó a Birán temprano, vestido con su
traje verde olivo, junto a sus hermanos Ángela, Ramón y Agustina se
dirigió a la tumba que guarda los restos de su madre, su padre y los
abuelos maternos.
Ese día se presentó el libro de Katiuska Blanco: Todo el tiempo de los Cedros, que recoge la historia familiar de los Castro Ruz y tiene como protagonista principal al batey de Birán.
A la sombra del algarrobo abrazado a la palma real Fidel abrió su corazón ante la interrogante del niño Lazarito quien le preguntó sobre su madre a lo que el Comandante respondió: "Un corazón cerrado a las cosas más íntimas", y allí evocó cada recuerdo con una ternura infinita.
Ese día se presentó el libro de Katiuska Blanco: Todo el tiempo de los Cedros, que recoge la historia familiar de los Castro Ruz y tiene como protagonista principal al batey de Birán.
A la sombra del algarrobo abrazado a la palma real Fidel abrió su corazón ante la interrogante del niño Lazarito quien le preguntó sobre su madre a lo que el Comandante respondió: "Un corazón cerrado a las cosas más íntimas", y allí evocó cada recuerdo con una ternura infinita.
Narró anécdotas de su niñez en la escuela de Birán, recordó el
nacimiento de Raúl y los dolores de parto de su madre atendida por la
partera Isidra Tamayo, reconoció el tesón de su madre para que sus hijos
estudiaran y se reprochó el "no haber estudiado mucho más de lo que lo
hice a lo largo de mi vida".
Al terminar Fidel caminó unos pasos y de la multitud de invitados salió una mujer hacia él, parecía ser su prima Ana Rosa, y le dijo: déjeme darle un abrazo, y Fidel le respondió: y por qué no me lo das, entonces se agarró de él y lo abrazó y lo besó.
Al terminar se dirigió al seminternado, hoy centro mixto 6 de agosto, de Birán, y dialogó allí con pioneros y trabajadores.
Leonardo todas las noches sueña con esa visita
Al terminar Fidel caminó unos pasos y de la multitud de invitados salió una mujer hacia él, parecía ser su prima Ana Rosa, y le dijo: déjeme darle un abrazo, y Fidel le respondió: y por qué no me lo das, entonces se agarró de él y lo abrazó y lo besó.
Al terminar se dirigió al seminternado, hoy centro mixto 6 de agosto, de Birán, y dialogó allí con pioneros y trabajadores.
Leonardo todas las noches sueña con esa visita
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