PINAR DEL RÍO.–Aunque su inauguración oficial está prevista en las
próximas semanas, en saludo al 26 de Julio, un novedoso centro para el
procesamiento de la capa y el resto de la materia prima que utilizarán
las fábricas de tabaco de esta provincia, funciona en fase de prueba
desde hace varios días.
Ubicada en lo que fuera un gran almacén en desuso, a la entrada de Las Ovas, la instalación tiene la misión de preparar y clasificar la totalidad de las hojas que se emplearán aquí en el torcido destinado a la exportación.
Francisco González Pino, director de la Empresa de Tabaco Torcido de Pinar del Río, explica que su creación responde a una estrategia que se debe extender al resto de las provincias donde existen fábricas, con el objetivo de concentrar labores que antes se realizaban por separado en cada una de las industrias.
«Así, cuando la materia prima llegue a ellas, estará lista para ser utilizada», señala el directivo, y añade que «de esta manera, las fábricas podrán dedicarse solamente al torcido y el terminado de la producción».
Acondicionado durante un proceso inversionista en el que participaron fuerzas de la entidad, y de otras estructuras del sistema de la agricultura, el nuevo centro permitirá una mayor productividad, un uso más eficiente de las materias primas, y además un mayor control, considera González Pino.
Aun cuando a primera vista pudiera parecer algo sencillo, advierte que antes de poderse utilizar en el torcido, el tabaco procedente de las escogidas se debe zafar, despegar, humedecer, orear, despalillar (quitarle la vena central) y clasificar en salones climatizados, de acuerdo con el tamaño, color y textura de las hojas, en un riguroso proceso que asegura la calidad del producto final.
«Anteriormente esto se hacía en cada fábrica, de forma independiente, pero de esta manera es mejor, se humaniza el trabajo, y aumenta el control interno, porque se hace todo en un solo lugar».
Unido a esto, explicó que en el nuevo centro también se abrirá un salón de torcido con 42 puestos de trabajo en el mes de septiembre.
Ubicada en lo que fuera un gran almacén en desuso, a la entrada de Las Ovas, la instalación tiene la misión de preparar y clasificar la totalidad de las hojas que se emplearán aquí en el torcido destinado a la exportación.
Francisco González Pino, director de la Empresa de Tabaco Torcido de Pinar del Río, explica que su creación responde a una estrategia que se debe extender al resto de las provincias donde existen fábricas, con el objetivo de concentrar labores que antes se realizaban por separado en cada una de las industrias.
«Así, cuando la materia prima llegue a ellas, estará lista para ser utilizada», señala el directivo, y añade que «de esta manera, las fábricas podrán dedicarse solamente al torcido y el terminado de la producción».
Acondicionado durante un proceso inversionista en el que participaron fuerzas de la entidad, y de otras estructuras del sistema de la agricultura, el nuevo centro permitirá una mayor productividad, un uso más eficiente de las materias primas, y además un mayor control, considera González Pino.
Aun cuando a primera vista pudiera parecer algo sencillo, advierte que antes de poderse utilizar en el torcido, el tabaco procedente de las escogidas se debe zafar, despegar, humedecer, orear, despalillar (quitarle la vena central) y clasificar en salones climatizados, de acuerdo con el tamaño, color y textura de las hojas, en un riguroso proceso que asegura la calidad del producto final.
«Anteriormente esto se hacía en cada fábrica, de forma independiente, pero de esta manera es mejor, se humaniza el trabajo, y aumenta el control interno, porque se hace todo en un solo lugar».
Unido a esto, explicó que en el nuevo centro también se abrirá un salón de torcido con 42 puestos de trabajo en el mes de septiembre.
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