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Alina
Sánchez no es mujer de medias tintas. Su verbo es crítico, a veces
mordaz. Sus verdades, dichas sin miramientos y sin vacilaciones –como
deben ser dichas todas las verdades- remueven las entrañas y llaman a la
reflexión a quien las escucha.Tiene un timbre agudo y a sus (casi) seis décadas de vida no le interesa controlarlo. Por eso, donde quiera que se encuentra su voz retumba y casi es imposible que pase inadvertida, siendo muchas veces, centro de atención.
Sabe desdoblarse como pocos en Radio Reloj: con la misma pasión con que tararea un viejo bolero, arremete contra los precios de los productos indispensables para vivir, se desvive en elogios para quien lo merezca y dispara ráfagas de palabras no muy elogiosas para aquel que intente mancillar a la Revolución o a Fidel.
Porque Alina no entiende de derecha, de centro y mucho menos de centro izquierda; “cuando se trata de Cuba, se es, o no se es”. Y ella ama a la Revolución cubana como aman los hijos a los padre: incondicionalmente
En esta emisora lleva poco tiempo, sobre todo porque ocho años pueden perderse entre 70 con cierta facilidad. Sin embargo, a ella ese periodo le ha sido suficiente para dejar huella, y aqui ya acumula una que otra pena y muchas glorias que nadie le puede arrebatar.
Llegó un día cualquiera al piso 8 del Instituto Cubano de Radio y Televisión en búsqueda de nuevos aires, después de una larga y fructífera experiencia en Radio Habana Cuba, y el canal de información más antiguo del mundo la atrapó, como le ha sucedido a no pocos.
“Fue un reto. El estilo sui géneris de Radio Reloj al principio parece indomable, pero luego uno le toma la medida, te va gustando, y un día te das cuenta que necesitas poco para decir mucho”, revela inquieta, al punto de que, quien no la conociera, pudiera pensar que está nerviosa.
Pero no. En estos años de trabajo son pocos los que han visto a Alina nerviosa. Porque ella es de las mujeres fuertes, de las que resiste, de las que no se deja vencer, de las que sabe que la vida es una constante superación de obstáculos y por eso decide hacerle frente a cada uno de ellos todos los días.
Quizás por eso aceptó ser Subdirectora de la Emisora y durante ese periodo dio todo lo que podía dar: intentó que los periodistas fueran ambiciosos y osados y siempre tuvo tiempo para transmitirle sus conocimientos a las nuevas generaciones. Porque Alina es graduada del Instituto Superior Pedagógico, y aunque casi toda su vida ha estado vinculada a los medios de comunicación, no ha dejado de ser maestra.
Hoy, después de haber transitado por todos los espacios de Radio Reloj y escribir para cada uno de ellos, asume la nueva función que le fue asignada con la misma pasión de siempre. Y aunque se le ve poco en los pasillos de la emisora o en la Redacción Central sigue siendo, Alina Sánchez del Collado, una periodista sin pelos en la lengua.
Y, una de las tantas a las que, el llanto de emoción ha dejado sin palabras cuando se habla de familia, de Fidel, de Cuba y de Radio Reloj, su segunda casa, a la que augura vida eterna.
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