Como parte de las actividades que se incluyen la XII Bienal de La
Habana, el coreógrafo estadounidense Pedro Ruiz estrena este domingo un
ballet con música del laureado pianista cubano Frank Fernández.
Una grupo de estudiantes de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba
Fernando Alonso junto a dos integrantes del Ballet Contemporáneo
Endedans interpretarán la pieza que lleva el nombre de un libro de la
estudiosa estadounidense de arte Madeleine Plonsker, The light in Cuban
eyes.
La la puesta en escena también se presentará en el Teatro Martí de la capital cubana y antes del baile, el reconocido pianista-concertista tocará las dos más célebres composiciones del Ave María, la de Charles Gounod y Juan Sebastián Bach, y la de Franz Schubert, piezas que habitualmente introduce en sus conciertos.
Como anteriores creaciones del coreógrafo Pedro Ruiz, The light in Cuban eyes presenta momentos que constituyen auténticos cuadros e imbrica la plasticidad de la danza con los ritmos afrocubanos.
El creador no renunció a la técnica clásica ni en los pasajes musicales que evocan el sincretismo racial propio de América, casi siempre asociado a un estilo de danza más folclórica, pero su mérito radica en haberlo defendido con éxito pues la coreografía llena cada compás.
Ruiz concatenó pasos complejos y partneos fuera de eje y con desplazamientos a una velocidad poco usual en las obras clásicas, que son las más comunes en el repertorio del ballet cubano.
La dinámica de la pieza exige una forma diferente de respirar y de usar la técnica clásica sobre una música muy cubana, comentó el coreógrafo a Prensa Latina y de esta manera expuso la mayor novedad del espectáculo dividido en tres movimientos.
Summer place (Lugar de verano), Lasting embrace (Abrazo perdurable) y Tres estados del alma apelan a emociones distintas según la expresividad planteada por Fernández desde la música.
El coreógrafo conecta las artes mediante el movimiento y por eso compara su obra con el nacimiento de una flor.
La la puesta en escena también se presentará en el Teatro Martí de la capital cubana y antes del baile, el reconocido pianista-concertista tocará las dos más célebres composiciones del Ave María, la de Charles Gounod y Juan Sebastián Bach, y la de Franz Schubert, piezas que habitualmente introduce en sus conciertos.
Como anteriores creaciones del coreógrafo Pedro Ruiz, The light in Cuban eyes presenta momentos que constituyen auténticos cuadros e imbrica la plasticidad de la danza con los ritmos afrocubanos.
El creador no renunció a la técnica clásica ni en los pasajes musicales que evocan el sincretismo racial propio de América, casi siempre asociado a un estilo de danza más folclórica, pero su mérito radica en haberlo defendido con éxito pues la coreografía llena cada compás.
Ruiz concatenó pasos complejos y partneos fuera de eje y con desplazamientos a una velocidad poco usual en las obras clásicas, que son las más comunes en el repertorio del ballet cubano.
La dinámica de la pieza exige una forma diferente de respirar y de usar la técnica clásica sobre una música muy cubana, comentó el coreógrafo a Prensa Latina y de esta manera expuso la mayor novedad del espectáculo dividido en tres movimientos.
Summer place (Lugar de verano), Lasting embrace (Abrazo perdurable) y Tres estados del alma apelan a emociones distintas según la expresividad planteada por Fernández desde la música.
El coreógrafo conecta las artes mediante el movimiento y por eso compara su obra con el nacimiento de una flor.
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