Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart obsesionados en perjudicar a #Cuba
Edmundo García
El 24 de enero del 2012 escribí un artículo sobre una “sorpresiva revelación”
de Lincoln Díaz-Balart acerca de unos personajes que habían hecho una
gestión para que se liberara al terrorista Eduardo Arocena (http://latardesemueve.com/archives/772); en ese artículo decía: “A veces pienso que en verdad no hay demasiada sorpresa en las palabras de Lincoln Díaz-Balart. El, junto a Ileana Ros-Lehtinen y Mario Díaz-Balart pidieron a la ex Presidenta Mireya Moscoso
el indulto de los terroristas condenados por la justicia panameña,
ahora sabemos que también pidieron a Bush el indulto de Eduardo
Arocena.”
Es
vergonzoso que Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, legisladores en
activo (porque Lincoln Díaz-Balart se aconsejó y se retiró de una forma
muy poco clara) sigan basando su política en hacer declaraciones y
leyes para perjudicar a Cuba.
Llevan años con esa obsesión, apoyando a terroristas que han ejercido
la violencia, tratando de restringir los viajes a la isla y el
intercambio cultural, alentando la deserción de colaboradores de la
salud y deportistas. Siguen empantanados en la política de la guerra
fría contra Cuba, sin que les quede alguna justificación creíble para su
obsoleta postura. Ellos mismos presentan su obcecación más como un
legado familiar de sus padres Enrique Ros y Rafael Díaz-Balart, que como
parte del interés real del electorado del sur de la Florida al que
representan y se deben en el Congreso de los Estados Unidos.
Por
eso es que creo que a los dos, a Mario Díaz-Balart e Ileana
Ros-Lehtinen, les ha llegado el momento de pasar a retiro. Ya hay
índices de que al menos Ileana Ros-Lehtinen lo ha estado considerando;
por eso hoy quiero concentrarme más en el otro representante.
Algo
hay que envejece más la posición de estos legisladores. Su política de
guerra fría es vieja con respecto a la línea actual de los dirigentes y
el pueblo cubano, y es también obsoleta respecto a la actual política
norteamericana hacia Cuba del Presidente de los Estados Unidos, de no
pocos legisladores y de la mayoría de los cubanoamericanos. Mario
Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen están totalmente desfasados de época.
Es un proceso que vengo siguiendo sistemáticamente. El 19 de diciembre del 2012, en un artículo titulado “¿Podrán nuevos funcionarios de Obama conseguir un cambio de política hacia Cuba?”,
escribí sobre la situación decadente de estos políticos: “la influencia
de Ileana está por el piso al tener que dejar la jefatura de la
comisión de relaciones exteriores del congreso, mientras en algunos
círculos, incluyendo el más cercano a ella misma, se comenta que pudiera
no aspirar a reelegirse más temprano que tarde. El sucesor de Ileana en
la comisión de relaciones exteriores del congreso es Ed Royce,
Republicano por California, un estado que tiene una política de
relaciones con Cuba más racional que otros estados norteamericanos,
incluyendo por supuesto a la Florida, donde se acostumbra pasar por
politiquería las legislaciones anticubanas más absurdas. Ante esta
situación Mario Díaz-Balart sabe que debe andarse con cuidado, de
momento está ocupado en ganarse el voto hispano para próximas
contiendas”. El artículo completo lo pueden leer en la página de La
Tarde se Mueve. (http://latardesemueve.com/archives/886)
A la altura del 2015 poca cosa ha hecho Mario Díaz-Balart. Como miembro del Comité de Asignaciones y del Comité de Presupuesto ha
intentado volver a pasar legislación anticubana insertada en otros
proyectos, pero ni siquiera han sido consideradas seriamente sus
propuestas, que se han quedado al nivel de declaraciones y montajes para
la prensa.
En este año 2015 el Representante del Distrito 25 de
Florida ha copatrocinado la H.R. 1748 (Safe Building Code Incentive Act
of 2015), una enmienda para facilitar y ampliar las contribuciones del
gobierno central en caso de algún desastre en los estados. En el mes de
mayo Díaz-Balart ha participado en al menos cinco votaciones, ninguna de
ellas relacionada con el tema cubano, como trata de hacer creer a la
opinión pública de Miami.
Por cierto, desde el año 2003 al año 2015 Mario Díaz-Balart se ha
perdido 422 votaciones de un total de 8991 que le correspondían, lo que
le da un record de 4.7%, que es el doble de la media de ausencias de los
demás congresistas (2.1%).
Como
dije, a nivel de politiquería Díaz-Balart es más “trabajador” y si
descontamos una iniciativa legislativa por la naturaleza vegetal de la
Florida, solo encontramos en su haber críticas a la política de
normalización de relaciones con Cuba, demagogia sobre los derechos
humanos, declaraciones a favor de la llamada “sociedad civil”, no la
verdaderamente cubana sino esa que fue pagada y entrenada (con respaldo
de su hermano y ex Congresista Lincoln Díaz-Balart en el propio país
centroamericano) para provocar a la delegación que asistió a la Cumbre de Panamá, y otros desatinos por el estilo.
Respecto a ese evento una fuente de todo crédito, cercana a la oficina de Ileana Ros-Lehtinen, aseguró que el viaje a Panamá de los mercenarios y el asesino del Ché, Félix Ismael Rodríguez, fue financiado por la congresista.
Uno
de los últimos ataques de Mario Díaz-Balart, junto a otros legisladores
cubanoamericanos, tiene que ver con la apertura de una embajada
norteamericana en La Habana. Los humos se les han ido bajando. Primero
prometieron que lo iban a impedir; luego que a demorar, y ahora han
tenido que reconocer que ni siquiera han logrado interesar a su propio
partido (el Republicano) para que los ayude a desafiar al presidente
Obama. Ya solo se dedican a resentirse, porque la historia ha tomado un
rumbo distinto, mejor diría opuesto, al de su gusto.
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