Dentro
de los artistas que conforman la expo colateral Detrás del muro, en la
duodécima edición de la Bienal de La Habana, se encuentran Alejandro
Piñero, Roberto Fabelo Hung y José Capaz, el grupo Stainless desde
diciembre del 2010
Desde el pasado domingo, en este lado del muro, el
público ha decidido dejarse seducir por el arte. La gente que llega al
malecón habanero —desde La Punta hasta el parque Maceo—, se mezcla con
un puñado de obras destinadas a provocarlos y a interactuar con ellas.
Dentro de los artistas que conforman la expo colateral Detrás del muro, en la duodécima edición de la Bienal de La Habana, se encuentran Alejandro Piñero, Roberto Fabelo Hung y José Capaz, el grupo Stainless desde diciembre del 2010.
Su pieza Occidente con esteroides llama la atención desde lejos. Unos treinta cakes que se descomponen y son devorados a la vez por decenas de lenguas que emergen de ellos.
“Posiblemente sea la consumación de una serie de diferentes piezas que hemos estado desarrollando, porque empezamos a hacer unos cakes en el año 2010, después hicimos unas lenguas, con toda esa connotación sexual y tal vez de la palabrería, el chisme; y esta obra conecta todo el trabajo de los últimos cuatro años en esas series de Sweet Constructions (Construcciones dulces o La pasión se vuelve loca)”, explicó Alejandro Piñeiro en entrevista con Granma.
“Occidente con esteroides nace de su propia forma, se pudre y las lenguas se lo vuelven a comer todo de nuevo. Es todo muy sensual, pero al mismo tiempo colorido y grotesco, y las dimensiones de la escultura se calcularon especialmente para el malecón, que es tan horizontal, por lo que entonces dijimos, vamos a hacer una pieza un poco más vertical, y que rompa con el gris y el azul del mar”, añadió.
—¿Es la primera vez que Stainless sale de la galería?
—Esta es la primera vez que salimos de una galería, con esta pieza, que es nueva y la canal grande con forma de lengua que tenemos emplazada en Zona Franca, en La Cabaña. Realmente esas piezas se merecen estar en espacios públicos, por el tamaño, ubicarlas en una galería sería un crimen, está pensada e instalada para eso.
—Y precisamente en el malecón…
—Es una gran oportunidad trabajar en el malecón, posiblemente el espacio público más grande que tiene La Habana, el más transitado, donde se sienta mucha gente por la noche… Era súper interesante ayer cuando estábamos instalando la pieza y venía todo el mundo a preguntar y los niños querían comerse la resina, muy gracioso.
“Realmente la curaduría de Detrás del muro es bastante interesante, porque es muy diversa, hay obras sobre la acera, y sobre la acera del frente. La exposición recoge artistas de todas las edades, de todos los géneros y de varios países. Lo bueno es que hay un espacio bastante grande entre pieza y pieza, pero aunque haya una separación entre las obras, visualmente el malecón lo funde todo”.
—Cuando Detrás... se organizaba como proyecto, me comentabas que no tenías realmente ninguna expectativa sobre la reacción del público. Sin embargo, estás aquí, al lado de la pieza, midiendo de alguna manera esas reacciones…
—Lo que estoy midiendo es que la gente se lleva bien con la obra, les gusta, la está consumiendo, como la obra misma se consume. Te dije eso de la expectativa, pero sabía que esto posiblemente iba a suceder, porque es una pieza muy visual, muy colorida, y tal vez los cubanos estén adaptados a este tipo de visualidad porque toda la vida hemos comido ese tipo de cake.
—¿Nuevos proyectos de Stainless?
—Ahora estamos súper entusiasmados porque estamos haciendo algunos proyectos para Nueva York, con tres instalaciones posiblemente más grandes que esta, una de ellas con esta visualidad más o menos y otras dos con nuevas ideas. Vamos a explorar la gran escala, que la hemos hecho en la pintura, en esculturas anteriores, pero no a escala pública, esta es la primera vez
Dentro de los artistas que conforman la expo colateral Detrás del muro, en la duodécima edición de la Bienal de La Habana, se encuentran Alejandro Piñero, Roberto Fabelo Hung y José Capaz, el grupo Stainless desde diciembre del 2010.
Su pieza Occidente con esteroides llama la atención desde lejos. Unos treinta cakes que se descomponen y son devorados a la vez por decenas de lenguas que emergen de ellos.
“Posiblemente sea la consumación de una serie de diferentes piezas que hemos estado desarrollando, porque empezamos a hacer unos cakes en el año 2010, después hicimos unas lenguas, con toda esa connotación sexual y tal vez de la palabrería, el chisme; y esta obra conecta todo el trabajo de los últimos cuatro años en esas series de Sweet Constructions (Construcciones dulces o La pasión se vuelve loca)”, explicó Alejandro Piñeiro en entrevista con Granma.
“Occidente con esteroides nace de su propia forma, se pudre y las lenguas se lo vuelven a comer todo de nuevo. Es todo muy sensual, pero al mismo tiempo colorido y grotesco, y las dimensiones de la escultura se calcularon especialmente para el malecón, que es tan horizontal, por lo que entonces dijimos, vamos a hacer una pieza un poco más vertical, y que rompa con el gris y el azul del mar”, añadió.
—¿Es la primera vez que Stainless sale de la galería?
—Esta es la primera vez que salimos de una galería, con esta pieza, que es nueva y la canal grande con forma de lengua que tenemos emplazada en Zona Franca, en La Cabaña. Realmente esas piezas se merecen estar en espacios públicos, por el tamaño, ubicarlas en una galería sería un crimen, está pensada e instalada para eso.
—Y precisamente en el malecón…
—Es una gran oportunidad trabajar en el malecón, posiblemente el espacio público más grande que tiene La Habana, el más transitado, donde se sienta mucha gente por la noche… Era súper interesante ayer cuando estábamos instalando la pieza y venía todo el mundo a preguntar y los niños querían comerse la resina, muy gracioso.
“Realmente la curaduría de Detrás del muro es bastante interesante, porque es muy diversa, hay obras sobre la acera, y sobre la acera del frente. La exposición recoge artistas de todas las edades, de todos los géneros y de varios países. Lo bueno es que hay un espacio bastante grande entre pieza y pieza, pero aunque haya una separación entre las obras, visualmente el malecón lo funde todo”.
—Cuando Detrás... se organizaba como proyecto, me comentabas que no tenías realmente ninguna expectativa sobre la reacción del público. Sin embargo, estás aquí, al lado de la pieza, midiendo de alguna manera esas reacciones…
—Lo que estoy midiendo es que la gente se lleva bien con la obra, les gusta, la está consumiendo, como la obra misma se consume. Te dije eso de la expectativa, pero sabía que esto posiblemente iba a suceder, porque es una pieza muy visual, muy colorida, y tal vez los cubanos estén adaptados a este tipo de visualidad porque toda la vida hemos comido ese tipo de cake.
—¿Nuevos proyectos de Stainless?
—Ahora estamos súper entusiasmados porque estamos haciendo algunos proyectos para Nueva York, con tres instalaciones posiblemente más grandes que esta, una de ellas con esta visualidad más o menos y otras dos con nuevas ideas. Vamos a explorar la gran escala, que la hemos hecho en la pintura, en esculturas anteriores, pero no a escala pública, esta es la primera vez
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