Cienfuegos, Cuba.- “Me siento como uno de los patriotas más grandes que puede tener nuestro país porque no hay quien me haga separarme de esta tierra, y abandonar el suelo que piso todos los días” confiesa el joven estudiante cubano Elián González Brotons.
“Uno tiene que enfrentar el compromiso. Todo un pueblo, los niños y los pioneros se paraban en las tribunas a reclamar que yo volviera” enfatiza el joven de mediana estatura, quien se viste de forma sencillo y con reflexiones sólidas.
“Los niños no me conocían, agrega, y el compromiso es muy grande. Toda una vida hay que ser consecuente con eso. Y siempre que me necesite el pueblo cubano y sobre todo la Revolución, yo tengo que estar ahí y darle mi apoyo”.
Puede hacer la vida como cualquier otro joven. Varias veces ha visitado la ciudad de Cienfuegos, donde tiene muchos amigos, y pasa desapercibido entre las personas. Lo que más le gusta. El pueblo lo recuerda, pero puede también caminar libremente.
Elián González Brotons, agradece a todos los que lo apoyaron para que regresara a Cuba, incluyendo al pueblo norteamericano cuando tenía apenas seis años de edad, en 1999 y fue secuestrado por contrarrevolucionarios en Miami, con el apoyo de familiares lejanos.
Desea que los jóvenes de hoy sean sensatos, como lo requieren la Revolución y el país. Al que se forma desde hace años para ser una persona honrada, modesta, digna y llena de moral. Así fueron los asaltantes del Moncada, los que combatieron en Angola, los 5 Héroes, los agentes de Las razones de Cuba y los médicos que arriesgan la vida para salvar otras.
“Cuando un joven realiza una guardia en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR), precisa, no está haciendo otra cosa que velar por la seguridad y la familia sobre todo”.
González, quien participó en el abanderamiento por Cuba, de los destacamentos juveniles Aniversario 55 de los Comités de Defensa de la Revolución opina que “en cada uno de los jóvenes tenemos el futuro y el relevo de la organización. Lo que se está creando es un grupo de choque, de enfrentamiento”.
Jóvenes que son el porvenir de cualquier organización y del país. Como afirma Elián: “En cada uno de ellos tenemos el futuro y el relevo, porque aunque no nos demos cuenta, la subversión enemiga golpea a diario en los CDR”.
“Muy sencilla es la cuestión, asegura, los enemigos apuestan a que desaparezca la Revolución y el Socialismo construido en Cuba utilizando a los jóvenes, incluso ellos dicen: Vamos a cambiar sus ideales. Vamos a ridiculizar al Socialista, al revolucionario y a sus líderes”.
“Y eso a veces creemos que está lejos de suceder, considera, y lo logran cada vez que un joven piensa que por delatar un hecho delictivo, un hecho de vandalismo, que esa persona que lo denuncia es un chismoso pero lo que está haciendo es lo correcto”.
La juventud no está perdida
“A
veces se dice, la juventud está perdida. Es una frase muy errónea,
plantea, que siempre se ha dicho. Cuando Fidel Castro salió a tomar el
Cuartel Moncada era un joven y estaba al frente de otros muchos jóvenes.
Eso no ha cambiado, los cubanos siguen teniendo el mismo ímpetu”. “Que dos o tres, que los toman como la Sociedad Civil Cubana estén descarrilados, o no se les ha hecho el trabajo que llevan, refiere, no significa que esa sea la generalidad de los jóvenes cubanos”.
“También es lo que uno ve en Cuba y lo que uno pudo ver en los Estados Unidos, remarca, que te hace reflexionar y decir: Lo que estamos haciendo es lo correcto. Mi papá rechazó millones de dólares por simplemente querer vivir con su hijo en la Patria, refiere, en lo que él considera correcto, sin ningunos millones a cambio de este lado. El amor de un pueblo, son cuestiones morales, de honradez. Y a la vez eso es ser revolucionario. Es el camino correcto”.
“Si en parte se ganó la lucha fue por el apoyo del pueblo norteamericano, reitera, y estoy aquí por el respaldo de muchos de ellos. Agradezco que me hayan devuelto, de que hoy yo esté en Cuba junto con mi padre”.
Rememora un dato curioso: “Cuando llegué al aeropuerto de La Habana, lo primero que le dije a papá fue que yo quería estar en Cuba porque para mí Cuba era mi ciudad de Cárdenas, en Matanzas. No entendía lo que sucedía. Yo quería estar en mi casa, con las personas que estaba acostumbrado a ver todos los días y con mis amigos”.
El rescate
Elián (Cárdenas, 1993) fue rescatado por pescadores norteamericanos, después del naufragio en que pereció la madre y otros tripulantes del barco que quería ingresar de forma ilegal a Estados Unidos, estimulados por la Ley de Ajuste Cubano.
Su padre, Juan Miguel solicitó la repatriación, y fue respaldado por el gobierno de Cuba y el pueblo. Las abuelas viajaron a Estados Unidos a buscar al nieto y regresaron solas.
Una ola de manifestaciones multitudinarias, entre marchas de cientos de miles de personas y combativas tribunas abiertas en distintas ciudades del país inició la Batalla de Ideas.
El Tribunal Supremo de los Estados Unidos solucionó un caso que duraba más de 7 meses y negó todos los recursos legales a los secuestradores. El niño y su padre regresaron a Cuba en el año 2000.
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