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Agencia de Seguridad Nacional, Congreso de Estados Unidos, Edward Snowden, Espionaje
El debate del Congreso estadounidense sobre las acciones de espionaje masivo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) apenas impondrá cambios cosméticos en la forma en que se realizan esas operaciones, estiman expertos.
El Senado puede aprobar este martes un proyecto de ley que reduciría las amplias facultades de esa entidad de inteligencia para monitorear los registros de las llamadas telefónicas de millones de ciudadanos estadounidenses, programa denunciado en 2013 por el excontratista Edward Snowden.
Están en juego acápites importantes de la Ley Patriota, avalada por el Capitolio en octubre de 2001 tras los atentados del 11 de septiembre, pero el nuevo pensamiento en el Congreso es apenas un repudio a esas políticas instauradas en momentos de tensión.
En aquella ocasión, solo un senador votó en contra de la pieza legislativa, pero este domingo, 77 de los 100 integrantes de la Cámara alta estuvieron de acuerdo con la llamada Ley de la Libertad Estadounidense (USA Freedom Act) destinada a recortar las prerrogativas de vigilancia doméstica de la NSA.
Para Peter Baker, periodista del diario The New York Times esto significa una evolución en el pensamiento acerca de los riesgos del terrorismo y quizás la percepción de que el país fue demasiado lejos al aprobar la Ley Patriota, pero los conservadores aseguran que esta transformación es una amenaza para la seguridad nacional del país.
La USA Freedom Act, que tiene amplio apoyo bipartidista, restauraría los aspectos legales que prohiben al gobierno recolectar de forma masiva los registros telefónicos y los datos sobre Internet, y dejarían esa información en manos de las compañías que ofrecen los servicios.
Sin embargo, el Gobierno aún podría ganar acceso de forma sistemática a los datos sin grandes restricciones, con el fin de analizar los posibles vínculos indirectos entre las personas que realizan las llamadas, de la misma forma que lo hacía bajo el sistema anteriormente en vigor que expiró en la medianoche del domingo.
De acuerdo con The New York Times, muchos de los programas de vigilancia revelados por el excontratista Edward J. Snowden en 2013, seguirían vigentes de la misma forma que continuará en funciones “el enorme aparato construído en los últimos 14 años en nombre de la defensa de Estados Unidos contra los ataques terroristas”.
Es por ello que son pocos los cambios que habrá si el Senado apruebe hoy —tal y como se espera— estas nuevas provisiones legales, vistas con cierto sentido de cautela como un paso de avance pero a la vez con frustración por parte de organizaciones y activistas de derechos civiles, porque en esencia el programa continúa.
Queremos y necesitamos estar seguros, pero ahora estamos en una posición mejor para analizar cuidadosamente la mejor forma de equilibrar los intereses de seguridad nacional y las libertades individuales”, estima el profesor de leyes de la Universidad de Chicago Geoffrey Stone, experto en el tema.
El senador republicano Rand Paul, precandidato del partido rojo a las presidenciales de 2016 y uno de los más fervientes detractores de la vigilancia masiva de la NSA, señaló al respecto: “poco a poco hemos permitido que nuestras libertades se esfumen”.
(Con información de Prensa Latina)
El Senado puede aprobar este martes un proyecto de ley que reduciría las amplias facultades de esa entidad de inteligencia para monitorear los registros de las llamadas telefónicas de millones de ciudadanos estadounidenses, programa denunciado en 2013 por el excontratista Edward Snowden.
Están en juego acápites importantes de la Ley Patriota, avalada por el Capitolio en octubre de 2001 tras los atentados del 11 de septiembre, pero el nuevo pensamiento en el Congreso es apenas un repudio a esas políticas instauradas en momentos de tensión.
En aquella ocasión, solo un senador votó en contra de la pieza legislativa, pero este domingo, 77 de los 100 integrantes de la Cámara alta estuvieron de acuerdo con la llamada Ley de la Libertad Estadounidense (USA Freedom Act) destinada a recortar las prerrogativas de vigilancia doméstica de la NSA.
Para Peter Baker, periodista del diario The New York Times esto significa una evolución en el pensamiento acerca de los riesgos del terrorismo y quizás la percepción de que el país fue demasiado lejos al aprobar la Ley Patriota, pero los conservadores aseguran que esta transformación es una amenaza para la seguridad nacional del país.
La USA Freedom Act, que tiene amplio apoyo bipartidista, restauraría los aspectos legales que prohiben al gobierno recolectar de forma masiva los registros telefónicos y los datos sobre Internet, y dejarían esa información en manos de las compañías que ofrecen los servicios.
Sin embargo, el Gobierno aún podría ganar acceso de forma sistemática a los datos sin grandes restricciones, con el fin de analizar los posibles vínculos indirectos entre las personas que realizan las llamadas, de la misma forma que lo hacía bajo el sistema anteriormente en vigor que expiró en la medianoche del domingo.
De acuerdo con The New York Times, muchos de los programas de vigilancia revelados por el excontratista Edward J. Snowden en 2013, seguirían vigentes de la misma forma que continuará en funciones “el enorme aparato construído en los últimos 14 años en nombre de la defensa de Estados Unidos contra los ataques terroristas”.
Es por ello que son pocos los cambios que habrá si el Senado apruebe hoy —tal y como se espera— estas nuevas provisiones legales, vistas con cierto sentido de cautela como un paso de avance pero a la vez con frustración por parte de organizaciones y activistas de derechos civiles, porque en esencia el programa continúa.
Queremos y necesitamos estar seguros, pero ahora estamos en una posición mejor para analizar cuidadosamente la mejor forma de equilibrar los intereses de seguridad nacional y las libertades individuales”, estima el profesor de leyes de la Universidad de Chicago Geoffrey Stone, experto en el tema.
El senador republicano Rand Paul, precandidato del partido rojo a las presidenciales de 2016 y uno de los más fervientes detractores de la vigilancia masiva de la NSA, señaló al respecto: “poco a poco hemos permitido que nuestras libertades se esfumen”.
(Con información de Prensa Latina)
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