Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

miércoles, 10 de junio de 2015

Para el pueblo,la consigna es Venceremos

CUBA 1960

Así expresó Fidel en la noche del 7 de junio de 1960, y desde entonces esa consigna ha estado acompañando la decisión de Patria o Muerte de nuestro pueblo
Por PEDRO ANTONIO GARCÍA
Fotos: Archivo de BOHEMIA
6 de junio de 2015
“Si tratan de invadirnos, serán derrotados”, vaticinó Fidel en aquel discurso
“Si tratan de invadirnos, serán
derrotados”, vaticinó Fidel en
aquel discurso
Muchos de nuestros compatriotas que nacieron después de 1959, es decir, la abrumadora mayoría de la actual población de la Isla, desde que han tenido uso de razón han escuchado a Fidel y a otros dirigentes del país terminar sus discursos con la frase: ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
Tal vez algunos de  los más jóvenes ignoren que esa consigna, que resume  la disposición de lucha de nuestro pueblo, fue fruto de la conjunción de dos momentos históricos: la primera exclamación nació cuando el Comandante en Jefe, al intervenir en la despedida de duelo de las víctimas del sabotaje al vapor La Coubre, proclamó la decisión del pueblo de defender la soberanía nacional hasta las últimas consecuencias. La segunda, complemento de aquella, cuando meses más tarde, en medio de la agudización del diferendo entre Cuba y los Estados Unidos, se avecinaba una serie de agresiones económicas imperialistas, en represalia por la cada vez más notoria radicalización del proceso revolucionario.
Desde los primeros días del triunfo, en 1959, Fidel ya había alertado a nuestro pueblo de que, con la Revolución en el poder iba a empezar una etapa mucho más difícil que la de la insurrección contra la tiranía. Las leyes adoptadas por el Gobierno Revolucionario, sobre todo la promulgación de la Reforma Agraria el 17 de mayo de 1959, atrajo la ira del imperialismo norteamericano, que desde entonces comenzó a preparar planes para el derrocamiento del  gobierno.
El difícil segundo año de la Revolución
En los primeros meses de 1960, con la complicidad de los monopolios yanquis, Washington pretendía asfixiar a Cuba al cesar arbitrariamente la importación y el suministro de combustibles a la Isla. A pesar de las advertencias de las autoridades cubanas, las transnacionales persistían en su actitud, entre otras cosas porque sabían del respaldo con que contaban en la administración estadounidense de turno. El Gobierno Revolucionario comenzó entonces a hacer gestiones para la compra de petróleo en otras latitudes. La Unión Soviética ofreció precios razonables, mucho más bajos que los que usualmente cobraban las compañías yanquis. Al comunicársele a estas la posibilidad de refinar el crudo soviético en sus empresas, se negaron rotundamente.
El Gobierno Revolucionario les recordó que, de acuerdo con lo establecido en el artículo 44 de la Ley de Minerales y Combustibles (en vigor desde el 9 de mayo de 1938), se estipulaba la obligación de procesar todo el petróleo crudo que fuese suministrado por el Estado cubano a dichas compañías. Rápidamente, en Estados Unidos se oyeron voces de congresistas y periodistas tarifados que clamaron por fuertes represalias si al Estado cubano se le ocurría aplicarle las leyes vigentes a las firmas yanquis.
Fue entonces, en los primeros días del junio de 1960, que al Departamento de Estado se le ocurrió enviar una nota agresiva e insultante al Gobierno Revolucionario Cubano, donde, además de veladas amenazas, se calumniaba la Reforma Agraria. De ahí que, cuando se enunció la presencia de Fidel en la jornada de clausura del Congreso Nacional de la Federación de Barberos y Peluqueros, todos esperaran la contundente respuesta del líder de la Revolución a la prepotencia de los vecinos norteños.
El evento sindical
Desde 1960 el pueblo enarbola una consigna que se hizo patente en Playa Girón
En Girón, en la lucha contra bandidos, en las misiones
internacionalistas, el pueblo, siempre  victorioso,
ha enarbolado muy en alto esa consigna
Durante sus sesiones de trabajo, el Congreso de Barberos y Peluqueros había ratificado plenamente el fervor patriótico de los trabajadores del giro, al lograrse la elección de un comité ejecutivo nacional que reflejaba y respondía al criterio abrumadoramente unitario del sector. En las intervenciones de los delegados resaltaban los llamados a la unidad de la clase obrera cubana y se convocaba a “pensar en revolucionario más que como dirigente laboral”.
En el teatro de la CTC, en la noche de clausura (7 de junio de 1960), se impuso un imponente silencio, solo se oía la voz de Fidel, quien al iniciar su intervención, expuso la gran importancia que, desde el punto de vista revolucionario, tenía el sector. “Sé que en las peluquerías las compañeras tienen grandes discusiones defendiendo a la Revolución”, expresó.
“La Revolución tiene entre ustedes los más constantes defensores, es por lo cual contamos con este sector”, añadió. Y al referirse a la nota soez de Washington, comentó: ““Tal vez creen todavía que pueden asustar a los cubanos… ¿Pretenden que la Revolución retroceda, que le devolvamos a las compañías yanquis las tierras que el pueblo ha recuperado, que volvamos a elevar las tarifas eléctricas, que nuestra economía siga siendo colonial y de país subdesarrollado al servicio de los trusts norteamericanos?”.
“Lo sentimos mucho pero no podemos complacerlos”, dijo y una ovación cerrada se oyó en la sala. “Si tratan de invadirnos, serán derrotados”, vaticinó. Tras puntualizar que Cuba es ejemplo y a la vez primera trinchera contra el imperialismo en nuestra América, reiteró: “¡Esa trinchera no la tomarán jamás los enemigos de nuestras nacionalidades y de nuestros hermanos de América Latina!... Los que tenemos el privilegio de estar en esa trinchera, no la perderemos; los que tenemos el privilegio de jugar este rol que Cuba está jugando en la historia de este continente, sabremos estar a la altura de las circunstancias, con la seguridad de que venceremos, vencerá nuestro pueblo”.
“Seremos vencedores en cualquier circunstancia, lo mismo frente a la agresión económica que frente a la agresión militar… Con nuestra victoria puede ser que los pueblos hermanos de América Latina también despierten… Y esos pueblos, tarde o temprano, seguirán el camino de Cuba”.
Una vez más el líder expresaba su confianza en que el pueblo cubano está decidido hasta las últimas consecuencias  a defender las conquistas de la Revolución, porque  tiene “el valor, el patriotismo y la unión que en una hora como esta se necesita, porque sus hijos han dicho: ¡Patria o Muerte!”. Los asistentes prorrumpieron en una cerrada ovación. El líder de la Revolución no esperó a que los aplausos amainaran y su voz se escuchó por encima de ellos: “Y han dicho ¡Patria o Muerte!, porque esa es la consigna de cada cubano… Para cada uno de nosotros, individualmente, la consigna es: ¡Patria o Muerte!, pero para el pueblo, que a la larga saldrá victorioso, la consigna es: ¡Venceremos!”.
Desde aquella noche esa consigna ha estado acompañando la decisión de ¡Patria o Muerte! de nuestro pueblo en estos años de luchas y victorias.

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