Arthur González
Un
pecador nato, condenado al infierno por colocar petacas incendiarias en
centros comerciales y cines de la capital cubana en los primeros años
de la década de los años 60, tiene la osadía de acusar al Sumo Pontífice
Francisco de ser un excéntrico.
El pecadorizo en cuestión es Carlos
Alberto Montaner, viejo agente de la CIA devenido en escritor y analista
político, agencia para la que trabaja desde que residía en la Habana y
ejecutaba actos terroristas causantes de decenas de muertos y heridos,
unido a cuantiosas pérdidas materiales que según los documentos
desclasificados perseguían el objetivo de “promover la fragmentación del
régimen y posiblemente un golpe interno para desalojar a Castro del
poder y la terminación de su vida económica”. Como
miembro de número de la mafia terrorista anticubana miamense, integrada
por hijos y familiares de esbirros del régimen del tirano Fulgencio
Batista, Montaner no acepta que el Santo Padre haya recibido al
presidente cubano Raúl Castro.
Sin embargo, nunca se opuso a que Ronald
Reagan o George W. Bush se entrevistaran con Juan Pablo II, a pesar de
tener el primero responsabilidad en los planes de subversión que dieron
al traste con el sistema socialista europeo, donde hubo muertos
inocentes en las revueltas provocadas por los Programas de Acción
Encubierta y la aprobación de planes de asesinato contra el líder cubano
Fidel Castro, y el segundo por ordenar guerras de conquista en el medio
oriente bajo argumentos falsos, causante de la pérdidas de miles de
vidas inocentes y la ejecución de inhumanas torturas.
No se puede tirar piedras al techo ajeno
cuando el suyo es de fino cristal. La Iglesia Católica ha cometido y aun
comete graves errores pero los de Carlos Alberto Montaner con sus actos
de terrorismo son de similar magnitud.
Nadie tiene derecho a privarles la vida a
personas inocentes, solo por el interés de causar pánico entre la
población civil, algo en lo que él participó de forma consciente y por
ese motivo se asiló en una embajada latinoamericana huyéndole a la
justicia.
La manipulación festinada de su imagen ha
dado lugar que recientemente fuera elegido presidente del
“Interamerican Institute for Democracy” (IID), organización no
gubernamental con sede principal en Miami, que supuestamente trabaja por
la promoción, afianzamiento y defensa de la libertad, la democracia y
la institucionalidad en las Américas.
Seguramente cuando dieron lectura a la
biografía de Montaner ante los miembros de dicha ONG, omitieron que es
un prófugo de la justicia de Cuba por hacer estallar artefactos
explosivos en lugares públicos, pues de conocerse su historial es
difícil que hubiese sido elegido, ya que la lucha contra el terrorismo
en Estados Unidos constituye una cruzada nacional, después de los
trágicos sucesos del 11 de septiembre.
Los miles de cubanos que han perdido la
vida por actos terrorista ejecutados por agentes de la CIA como
Montaner, no son menos que los norteamericanos y latinos que murieron en
el derrumbe de las Torres Gemelas.
Otro de los que se sumaron a las críticas
severas contra el Papa Francisco es Armando Valladares, quien al igual
que Montaner sirvió a la CIA y ejecutó actos contra el Estado cubano.
Por orientaciones desde Miami, Valladares
dentro de la prisión inició una especie de performance en el cual se
hizo pasar por invalido, con el propósito de acusar al gobierno de
torturarlo, campaña que tuvo una amplia repercusión internacional e
incluso logró engañar a la primera dama de Francia, Madame Mitterrand,
quien pidió su excarcelación al presidente Fidel Castro, teniendo en
cuenta su invalidez.
El gobierno cubano aceptó su solicitud y
para bochorno de la francesa, tuvo que soportar la humillación de haber
sido engañada vulgarmente al ver al supuesto paralitico bajar las
escalerillas del avión con sus piernas en perfecto estado de salud y
elegantemente vestido, sin ningún vestigio de torturas.
Esos personajes son los ahora defensores de la democracia, la libertad y los derechos humanos que acusan al Papa Francisco.
La vida se encarga poco a poco de
descorrer el telón que oculta muchas verdades sobre la realidad de Cuba y
que para satanizarla durante más de medio siglo le han hecho creer al
mundo situaciones falsas diseñadas por especialistas estadounidenses en
programas de guerra sicológica.
Ante situaciones análogas José Martí aseguró:“Contra la verdad nada dura; ni contra la Naturaleza”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario