El
periódico Granma conversa con Rafael Santiesteban Pozo, presidente de
la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), en ocasión del
Día del Campesino en Cuba
Hace hoy 58 años, en una casa de un campesino humilde de La Plata, en
la Sierra Maestra, el Comandante en Jefe Fidel Castro firmó la primera
Ley de Reforma Agraria. A pocos meses del triunfo revolucionario, las
tierras del país se redistribuyeron en beneficio de más de 100 000
familias campesinas y los grandes latifundios se convirtieron en las
granjas del pueblo. Desde entonces, cada 17 de mayo, Cuba celebra el Día
del Campesino.
El 17 de mayo de 1946, el campesino Niceto Pérez fue asesinado por un terrateniente que intentaba echarlo de su pequeña finca María Luisa, en Guantánamo, para apropiarse del terreno. El crimen no era el único drama en el campo. Según la revista Carteles, con edición del 13 de abril de 1959, la familia campesina cubana se alimentaba básicamente de arroz y frijoles. Por sus bajos ingresos solo el 11 % de los campesinos tomaba leche; el 4 % comía carne; y el 2 %, huevos. Por su parte, el investigador Ernesto Limia, en un artículo publicado en Cubadebate, refiere que los latifundios estadounidenses dominaban el 55 % de la superficie total de Cuba.
Con la firma de Fidel en aquel bohío de La Plata, terminaron el desalojo, el tiempo muerto, el hambre y la muerte, hasta entonces inseparables compañeros del campo.
En 1961, también el 17 de mayo, se crea la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), organización que en los últimos 56 años «ha acompañado y apoyado al campesinado cubano en la noble faena de producir los alimentos del pueblo», comenta al periódico Granma Rafael Santiesteban Pozo, miembro del Consejo de Estado y presidente de la ANAP.
Hoy más de 2 millones 400 000 hectáreas de la tierra cultivable del país están en manos de campesinos y cooperativistas, agrupados en 3 322 organizaciones de base de la ANAP, con 378 000 asociados al proceso productivo. Más del 50 % de los productos que se venden en los mercados agropecuarios estatales de oferta y demanda son tributados por los trabajadores de las tierras de Cuba.
Estas cifras continúan en ascenso, asegura Santiesteban. Por eso, «podemos afirmar que la Asociación arriba hoy a su aniversario 56 llena de fuerza, con aportes importantes en los principales renglones productivos, además de significativas mejoras en el funcionamiento de las cooperativas», añade.
Bajo la consigna Continuidad, historia y compromiso, la ANAP «mantiene en este nuevo aniversario los principios fundacionales que nos encomendara el Comandante en Jefe y la dirección de la Revolución, y que tanto nos enorgullecen: atender, representar, orientar y aglutinar al campesinado cubano».
TRABAJAR EN CONJUNTO ES LA PRIORIDAD
La vinculación con la base de la organización es fundamental para alcanzar mejores resultados. «Para avanzar es necesaria la participación activa de todos. También, el trabajo conjunto entre quienes integran la dirección y el campesinado. Por ello, nos hemos propuesto atender directamente a los productores y conocer cómo desarrollan su trabajo y bajo cuáles condiciones», asegura el presidente de la organización.
Para ello la dirección de la ANAP realizará controles integrales y visitas especializadas a lo largo de todo el año, y dará más responsabilidades y tareas dirigidas a los miembros que integran los comités provinciales y municipales de la organización.
Intentará lograr un mejor funcionamiento de la dirección en las organizaciones de base, a través de intercambios sistemáticos y la socialización de las mejores experiencias.
Santiesteban añade otra prioridad en este aniversario 56 de la organización: la alianza con organismos, organizaciones e instituciones que tienen influencia en las comunidades campesinas.
«Queremos destacar el trabajo de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que ha tenido una vinculación intensa con el campesinado en los últimos meses, como parte de las actividades previstas por el aniversario 55 de esa organización», comenta.
Gracias a la UJC se han fortalecido las brigadas juveniles de campesinos, debido a la atención y seguimiento que dan al trabajo de las nuevas generaciones que laboran en los campos de Cuba. «En los meses de febrero y marzo se desarrollaron activos integrales de jóvenes campesinos que reunieron a muchos y lograron un mayor apego a las principales ramas productivas», comenta.
Por otro lado, se han ampliado los círculos de interés para los pioneros con temas afines al desarrollo agropecuario. Estos espacios son parte de la formación vocacional que la ANAP está promoviendo desde edades tempranas, coordinadas con el Ministerio de Educación y la Organización de Pioneros José Martí. Es otra de las vías para seguir estimulando la formación de las nuevas generaciones.
Uno de los logros de la ANAP en este aniversario 56 ha sido el incremento de la presencia de jóvenes en las filas de la organización, cuya cifra ascendió a 29 000 afiliados, la mayor de los últimos años.
Es también significativa la incorporación femenina a la actividad agrícola en las más de 3 000 organizaciones de base pertenecientes al movimiento, las que tienen el privilegio de contar entre sus miembros con más de 68 000 mujeres, lo cual constituye una fortaleza de cara a las tareas presentes y futuras de los anapistas, asegura el dirigente campesino. «En ello ha influido significativamente nuestro vínculo con la Federación de Mujeres Cubanas», agrega.
El vínculo con el Ministerio de Cultura ha permitido organizar concursos de repentismo como Yo soy el punto cubano, que busca identificar personas de todas las edades con talento en las distintas manifestaciones de la cultura campesina. Además, la ANAP se ha propuesto el perfeccionamiento del afamado programa dominical de la Televisión Cubana, Palmas y Cañas, que cumple 55 años de creado.
Con el Inder y la dirección del Gobierno, «celebramos una Copa Especial de béisbol por el aniversario 56 de la ANAP, y pudimos organizar más de 800 equipos integrados por campesinos, cooperativistas y familiares, iniciativa que permitió recuperar más de 500 áreas deportivas a lo largo del país».
MEJORAR LAS CONDICIONES EN LAS ZONAS CAMPESINAS
La ANAP ha fomentado un grupo de acciones para mejorar los bienes comunes de las zonas campesinas. «Por ejemplo, la reparación de bodegas, escuelas, consultorios, hogares maternos y centros comerciales. Estos establecimientos necesitan tener óptimas condiciones para que el campesino pueda realizar el trabajo y cuidado de la tierra», asegura.
También, se ha atendido la infraestructura interna de las cooperativas. Se han mejorado las condiciones de 780 oficinas, 600 talleres y más de 300 almacenes, una prioridad pues tienen un impacto directo en el control interno de las cooperativas.
«Continuamos potenciando los adelantos de la ciencia y la técnica en nuestros campos, a pesar del reto que nos impone el bloqueo económico de Estados Unidos a nuestro país, que afecta considerablemente el desarrollo de esta rama, impactada además por los efectos del cambio climático», dice el dirigente campesino.
La sequía está afectando duramente a Cuba y las altas temperaturas exigen el completamiento de la fuerza técnica calificada en las cooperativas, para enfrentar estas situaciones y lograr resultados superiores en las producciones agropecuarias.
«Aún queda mucho por hacer, pero el principal reto está en llevar a la práctica el uso eficiente de las tecnologías agropecuarias y del fondo de tierra, la rotación de los cultivos, y lograr una mayor calidad en el uso de la semilla. Igual de importante es seguir demostrando los valores que siempre han caracterizado a nuestros campesinos: la solidaridad, el compromiso, el deseo de mantener las conquistas alcanzadas por el país», valora Santiesteban.
AVANCES EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Para el líder campesino, Cuba sigue fomentando la cultura del autoabastecimiento.
«Estamos protegiendo las necesidades de la población desde el punto de vista alimenticio. Priorizamos lo que necesita la industria, lo que impacta de una manera más directa al programa de sustitución de importaciones y buscamos el incremento de los renglones exportables. En estos momentos hay un amplio movimiento de siembra, enfocado en el uso más eficiente del fondo de tierra», afirma.
Hay conciencia de que no se satisfacen todas las necesidades de la sociedad, reconoce. No obstante, la organización campesina continúa buscando las potencialidades productivas de la tierra cubana y considera que existe un impacto superior en la comercialización de las producciones en materia de viandas, granos, hortalizas, vegetales, carne, que le llegan a la población de forma directa.
«Si se evalúan los resultados del año 2016 y primer trimestre del 2017, y los contrastamos con los 15 meses anteriores (año 2015 y primer trimestre del 2016) nos percatamos de que en las ventas agropecuarias del Estado se evidencia un crecimiento de los productos», informa el presidente de la ANAP.
Creció un 29 % la venta de viandas con respecto al año 2015 y primeros meses del 2016; los granos y hortalizas en un 15 %; la leche un 20 % (60 millones de litros más que en el periodo anterior), la miel un 35 %; la carne de cerdo, 12 %.
Para Santiesteban esto es resultado de un mejor trabajo, acompañado de mayor respaldo de los insumos y los aseguramientos logísticos del Gobierno.
«La participación individual y colectiva de todas las estructuras ha ayudado en ese crecimiento. Estamos trabajando para alcanzar niveles adecuados de satisfacción de las necesidades alimenticias de la sociedad. Las propias medidas organizativas que se han venido implementando así lo demuestran», explica.
No falta voluntad para mejorar la producción de alimentos, reafirma Rafael Santiesteban. «La deuda de los campesinos con la Revolución es eterna. La ANAP honrará la voluntad del Comandante en Jefe. No olvidará que él definió la estirpe de nuestro pueblo con palabras que parecen de hoy: “Somos un pueblo pequeño, pero lleno de dignidad; un pueblo pequeño, pero lleno de honor; un pueblo pequeño, pero lleno de vergüenza; un pueblo pequeño, pero lleno de razones [… ].” El derecho a la tierra es una de esas razones, y es irrenunciable».
El 17 de mayo de 1946, el campesino Niceto Pérez fue asesinado por un terrateniente que intentaba echarlo de su pequeña finca María Luisa, en Guantánamo, para apropiarse del terreno. El crimen no era el único drama en el campo. Según la revista Carteles, con edición del 13 de abril de 1959, la familia campesina cubana se alimentaba básicamente de arroz y frijoles. Por sus bajos ingresos solo el 11 % de los campesinos tomaba leche; el 4 % comía carne; y el 2 %, huevos. Por su parte, el investigador Ernesto Limia, en un artículo publicado en Cubadebate, refiere que los latifundios estadounidenses dominaban el 55 % de la superficie total de Cuba.
Con la firma de Fidel en aquel bohío de La Plata, terminaron el desalojo, el tiempo muerto, el hambre y la muerte, hasta entonces inseparables compañeros del campo.
En 1961, también el 17 de mayo, se crea la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), organización que en los últimos 56 años «ha acompañado y apoyado al campesinado cubano en la noble faena de producir los alimentos del pueblo», comenta al periódico Granma Rafael Santiesteban Pozo, miembro del Consejo de Estado y presidente de la ANAP.
Hoy más de 2 millones 400 000 hectáreas de la tierra cultivable del país están en manos de campesinos y cooperativistas, agrupados en 3 322 organizaciones de base de la ANAP, con 378 000 asociados al proceso productivo. Más del 50 % de los productos que se venden en los mercados agropecuarios estatales de oferta y demanda son tributados por los trabajadores de las tierras de Cuba.
Estas cifras continúan en ascenso, asegura Santiesteban. Por eso, «podemos afirmar que la Asociación arriba hoy a su aniversario 56 llena de fuerza, con aportes importantes en los principales renglones productivos, además de significativas mejoras en el funcionamiento de las cooperativas», añade.
Bajo la consigna Continuidad, historia y compromiso, la ANAP «mantiene en este nuevo aniversario los principios fundacionales que nos encomendara el Comandante en Jefe y la dirección de la Revolución, y que tanto nos enorgullecen: atender, representar, orientar y aglutinar al campesinado cubano».
TRABAJAR EN CONJUNTO ES LA PRIORIDAD
La vinculación con la base de la organización es fundamental para alcanzar mejores resultados. «Para avanzar es necesaria la participación activa de todos. También, el trabajo conjunto entre quienes integran la dirección y el campesinado. Por ello, nos hemos propuesto atender directamente a los productores y conocer cómo desarrollan su trabajo y bajo cuáles condiciones», asegura el presidente de la organización.
Para ello la dirección de la ANAP realizará controles integrales y visitas especializadas a lo largo de todo el año, y dará más responsabilidades y tareas dirigidas a los miembros que integran los comités provinciales y municipales de la organización.
Intentará lograr un mejor funcionamiento de la dirección en las organizaciones de base, a través de intercambios sistemáticos y la socialización de las mejores experiencias.
Santiesteban añade otra prioridad en este aniversario 56 de la organización: la alianza con organismos, organizaciones e instituciones que tienen influencia en las comunidades campesinas.
«Queremos destacar el trabajo de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que ha tenido una vinculación intensa con el campesinado en los últimos meses, como parte de las actividades previstas por el aniversario 55 de esa organización», comenta.
Gracias a la UJC se han fortalecido las brigadas juveniles de campesinos, debido a la atención y seguimiento que dan al trabajo de las nuevas generaciones que laboran en los campos de Cuba. «En los meses de febrero y marzo se desarrollaron activos integrales de jóvenes campesinos que reunieron a muchos y lograron un mayor apego a las principales ramas productivas», comenta.
Por otro lado, se han ampliado los círculos de interés para los pioneros con temas afines al desarrollo agropecuario. Estos espacios son parte de la formación vocacional que la ANAP está promoviendo desde edades tempranas, coordinadas con el Ministerio de Educación y la Organización de Pioneros José Martí. Es otra de las vías para seguir estimulando la formación de las nuevas generaciones.
Uno de los logros de la ANAP en este aniversario 56 ha sido el incremento de la presencia de jóvenes en las filas de la organización, cuya cifra ascendió a 29 000 afiliados, la mayor de los últimos años.
Es también significativa la incorporación femenina a la actividad agrícola en las más de 3 000 organizaciones de base pertenecientes al movimiento, las que tienen el privilegio de contar entre sus miembros con más de 68 000 mujeres, lo cual constituye una fortaleza de cara a las tareas presentes y futuras de los anapistas, asegura el dirigente campesino. «En ello ha influido significativamente nuestro vínculo con la Federación de Mujeres Cubanas», agrega.
El vínculo con el Ministerio de Cultura ha permitido organizar concursos de repentismo como Yo soy el punto cubano, que busca identificar personas de todas las edades con talento en las distintas manifestaciones de la cultura campesina. Además, la ANAP se ha propuesto el perfeccionamiento del afamado programa dominical de la Televisión Cubana, Palmas y Cañas, que cumple 55 años de creado.
Con el Inder y la dirección del Gobierno, «celebramos una Copa Especial de béisbol por el aniversario 56 de la ANAP, y pudimos organizar más de 800 equipos integrados por campesinos, cooperativistas y familiares, iniciativa que permitió recuperar más de 500 áreas deportivas a lo largo del país».
MEJORAR LAS CONDICIONES EN LAS ZONAS CAMPESINAS
La ANAP ha fomentado un grupo de acciones para mejorar los bienes comunes de las zonas campesinas. «Por ejemplo, la reparación de bodegas, escuelas, consultorios, hogares maternos y centros comerciales. Estos establecimientos necesitan tener óptimas condiciones para que el campesino pueda realizar el trabajo y cuidado de la tierra», asegura.
También, se ha atendido la infraestructura interna de las cooperativas. Se han mejorado las condiciones de 780 oficinas, 600 talleres y más de 300 almacenes, una prioridad pues tienen un impacto directo en el control interno de las cooperativas.
«Continuamos potenciando los adelantos de la ciencia y la técnica en nuestros campos, a pesar del reto que nos impone el bloqueo económico de Estados Unidos a nuestro país, que afecta considerablemente el desarrollo de esta rama, impactada además por los efectos del cambio climático», dice el dirigente campesino.
La sequía está afectando duramente a Cuba y las altas temperaturas exigen el completamiento de la fuerza técnica calificada en las cooperativas, para enfrentar estas situaciones y lograr resultados superiores en las producciones agropecuarias.
«Aún queda mucho por hacer, pero el principal reto está en llevar a la práctica el uso eficiente de las tecnologías agropecuarias y del fondo de tierra, la rotación de los cultivos, y lograr una mayor calidad en el uso de la semilla. Igual de importante es seguir demostrando los valores que siempre han caracterizado a nuestros campesinos: la solidaridad, el compromiso, el deseo de mantener las conquistas alcanzadas por el país», valora Santiesteban.
AVANCES EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS
Para el líder campesino, Cuba sigue fomentando la cultura del autoabastecimiento.
«Estamos protegiendo las necesidades de la población desde el punto de vista alimenticio. Priorizamos lo que necesita la industria, lo que impacta de una manera más directa al programa de sustitución de importaciones y buscamos el incremento de los renglones exportables. En estos momentos hay un amplio movimiento de siembra, enfocado en el uso más eficiente del fondo de tierra», afirma.
Hay conciencia de que no se satisfacen todas las necesidades de la sociedad, reconoce. No obstante, la organización campesina continúa buscando las potencialidades productivas de la tierra cubana y considera que existe un impacto superior en la comercialización de las producciones en materia de viandas, granos, hortalizas, vegetales, carne, que le llegan a la población de forma directa.
«Si se evalúan los resultados del año 2016 y primer trimestre del 2017, y los contrastamos con los 15 meses anteriores (año 2015 y primer trimestre del 2016) nos percatamos de que en las ventas agropecuarias del Estado se evidencia un crecimiento de los productos», informa el presidente de la ANAP.
Creció un 29 % la venta de viandas con respecto al año 2015 y primeros meses del 2016; los granos y hortalizas en un 15 %; la leche un 20 % (60 millones de litros más que en el periodo anterior), la miel un 35 %; la carne de cerdo, 12 %.
Para Santiesteban esto es resultado de un mejor trabajo, acompañado de mayor respaldo de los insumos y los aseguramientos logísticos del Gobierno.
«La participación individual y colectiva de todas las estructuras ha ayudado en ese crecimiento. Estamos trabajando para alcanzar niveles adecuados de satisfacción de las necesidades alimenticias de la sociedad. Las propias medidas organizativas que se han venido implementando así lo demuestran», explica.
No falta voluntad para mejorar la producción de alimentos, reafirma Rafael Santiesteban. «La deuda de los campesinos con la Revolución es eterna. La ANAP honrará la voluntad del Comandante en Jefe. No olvidará que él definió la estirpe de nuestro pueblo con palabras que parecen de hoy: “Somos un pueblo pequeño, pero lleno de dignidad; un pueblo pequeño, pero lleno de honor; un pueblo pequeño, pero lleno de vergüenza; un pueblo pequeño, pero lleno de razones [… ].” El derecho a la tierra es una de esas razones, y es irrenunciable».
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