En el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón, en La Habana, fueron expuestas este martes las cenizas de José Ramón Fernández Álvarez, uno de los más audaces y tenaces combatientes de la Revolución cubana.
Frente a la pequeña urna para un hombre inmenso, arropada por la bandera cubana, se ubicó una foto del Gallego con su uniforme militar de General de División de la Reserva. A ambos lados las ofrendas florales a nombre del General de Ejército Raúl Castro Ruz y del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
Y allí estaban situadas también las numerosas condecoraciones, medallas y reconocimientos, a este Héroe de la República de Cuba.
Familiares, amigos y compañeros de múltiples batallas acompañaron en medio de tanto dolor a una Heroína de Cuba que compartió con él el amor en la vida sentimental y en la construcción de la obra monumental que ayudaron a edificar desde el cumplimiento de diversas tareas y misiones.
Asela de los Santos, su esposa, estuvo allí, en la dolorosa despedida, con la entereza de una mujer que ha entregado toda su vida a las revoluciones cotidianas que hacen la Revolución misma.
La solemnidad en el Panteón es sobrecogedora. Presenciamos los varios cambios de la Guardia de Honor protagonizada por dirigentes del Estado y el Gobierno, de las organizaciones políticas y de masas, por los familiares, por los compañeros de lucha que pierden a un amigo leal.
Y finalmente, en una guardia que dura minutos, pero simboliza el eterno respeto y cariño por el Gallego Fernández, están custodiando la urna que guarda sus cenizas, cuatro hombres de generaciones distintas, pero estrechamente ligados a la historia, el presente y el futuro de Cuba.
Allí estuvieron de pie, honrando al Héroe de la Patria, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; el Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, José Ramón Machado Ventura, el Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez; y el Presidente del Parlamento Esteban Lazo Hernández.
Luego, en una íntima y breve ceremonia familiar, fueron depositadas en un nicho del Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón, las cenizas de José Ramón Fernández, sitio donde permanecerán hasta que sean trasladadas al Mausoleo del II Frente Oriental Frank País, en Santiago de Cuba.
Al pronunciar las palabras no de despedida, sino de hasta siempre para el Gallego Fernández; otro de los cubanos imprescindibles de la generación histórica que nos trajo hasta aquí, José Ramón Machado Ventura, emocionó a los presentes al recorrer la trayectoria valerosa de un hombre sincero y transparente, en quien siempre pudo confiar la Revolución.
Habló de la amistad entrañable que lo unió a Fidel y a Raúl, por eso, subrayó Machado Ventura que al conocerse la noticia del fallecimiento del Gallego, el pasado domingo, el General de Ejército fue el primero en transmitir sus condolencias desde Santiago de Cuba.
Mientras haya vida estaré en función de la Revolución, dijo siempre el Gallego y así fue hasta su último minuto de vida, a la edad de 95 años, dejándonos para siempre una huella imborrable de honor, fidelidad y valor.
Tomado de Radio Rebelde