El canciller cubano ya está en Naciones Unidas para la votación
La comunidad internacional se pronunciará mañana sobre el bloqueo por primera vez desde el 17 de diciembre pasado, cuando Cuba y Estados Unidos abrieron un nuevo capítulo de su historia bilateral que permitió el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en La Habana y Washington.
A pesar de algunas medidas ejecutivas del presidente Barack Obama, el grueso de la política de cerco económico, financiero y comercial se mantiene en pie. De ahí la necesidad de llevar una vez más este tema a la ONU, donde Cuba acumula más de dos décadas de sólido apoyo global.
El informe anual titulado Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba cifra las pérdidas acumuladas durante más de medio siglo de agresiones en 833 755 millones de dólares, teniendo en cuenta las fluctuaciones del valor del oro.
Según los especialistas, ese número es conservador y en la práctica podría ser mucho mayor, ya que el bloqueo no solo implica sobrecostos por tener que recurrir a mercados lejanos, sino que incluye millones de dólares en pérdidas por negocios en el mundo entero que no se concretan por el temor a sanciones, así como la imposibilidad de Cuba de vender sus productos en el que es el mayor mercado global.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, está desde ayer en Nueva York para asistir a esta nueva votación y hablar ante el foro de 193 naciones.
Se espera que este martes se repita el rechazo masivo a esta política de agresión, que se mantiene a pesar de que ambas naciones cuentan con nexos diplomáticos y que el propio presidente Obama ha llamado al Congreso de su país a que trabaje para su derogación.
La agencia Prensa Latina recuerda que el mismo foro que acogerá la nueva votación fue testigo hace menos de un mes del reclamo de jefes de Estado, de Gobierno y cancilleres de eliminar el bloqueo.
Casi 50 mandatarios de los cinco continentes se refirieron a este tema durante el debate anual de la 70 Asamblea General, celebrado entre el 28 de septiembre y el 3 de octubre. Allí se escucharon calificativos de anacronismo, injusticia, obstáculo al desarrollo, acto sin sentido, reliquia de la guerra fría y asfixia para el pueblo de la isla.
La prensa internacional se ha hecho eco de diferentes teorías respecto a cómo votaría la delegación estadounidense en esta ocasión, dado que la orden para presionar uno u otro botón vendrá del Departamento de Estado (supeditado al poder Ejecutivo) y no del Congreso.
El documento presentado por Cuba incluye una valoración de los pasos que se han dado a partir del 17 de diciembre pasado y menciona el reconocimiento hecho por el presidente Obama de que su política hacia Cuba, incluido el bloqueo, es obsoleta y debe eliminarse.
Pero enfatiza en que a pesar del nuevo escenario, “en el periodo se ha mantenido el recrudecimiento del bloqueo en su dimensión financiera y extraterritorial, lo cual se evidencia en la imposición de multas millonarias contra bancos e instituciones financieras, como resultado de la persecución de las transacciones internacionales cubanas”.
Recientemente el banco francés Crédit Agricole aceptó pagar más de mil millones de dólares a diferentes entidades reguladoras estadounidenses para zanjar un proceso en su contra por supuestas violaciones a las leyes de ese país contra Sudán, Irán, Myanmar y Cuba.
De cualquier manera, las autoridades cubanas han sido claras respecto a que la marcha del proceso de normalización entre los dos países dependerá de los pasos que se den para acabar con el bloqueo.
Asimismo, señalan que el presidente norteamericano conserva amplias facultades para cambiar la aplicación práctica de esa política que daña al pueblo cubano, aísla a Washington y genera el rechazo masivo de las naciones del orbe, lo cual se evidenciará una vez más este martes en la ONU.
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