Incrementar la capacidad de respuesta del sistema, y perfeccionar e incorporar técnicas quirúrgicas más efectivas y seguras en el proceder de los especialistas de ginecobstetricia, es uno de los propósitos del I Curso Nacional Teórico-Práctico de Cirugía Conservadora ante Hemorragias Obstétricas, que concluye este viernes en el hospital Eusebio Hernández (Maternidad Obrera) de la capital.
“Justamente, la hemorragia sigue siendo en el mundo y en los países en vías de desarrollo una de las primeras causas de morbilidad y mortalidad materna”, explicó a Granma la doctora Mercedes Piloto Padrón, especialista en ginecobstetricia del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública.
Es por ello, dijo la también máster en atención integral a la mujer, que el gremio está enfocado fundamentalmente en cómo hacerle frente a esta emergencia obstétrica.
“Las dos terceras partes de las mujeres que van a parir no tienen factores de riesgo que las predispongan a una hemorragia, por lo que no puede predecirse de antemano. De ahí la necesidad de que todo el personal que esté en contacto con las pacientes en las instituciones de salud conozca, esté diestro y organizado ante este evento”, señaló Piloto Padrón.
La especialista comentó que en Cuba la atención a la emergencia obstétrica está protocolizada; y este encuentro constituye un espacio para perfeccionarla con entrenamiento y capacitación sobre otras opciones terapéuticas que existen. Se trata, explicó, de que si bien ante una hemorragia siempre existe un análisis puntual del caso, pues todas las pacientes no requieren las mismas conductas, existen procederes más conservadores que pueden lograr preservar el útero y la fertilidad.
El doctor y profesor argentino Ricardo Savransky, miembro de honor de la Sociedad Cubana de Ginecología y Obstetricia, quien imparte este curso, conversó con este rotativo sobre el alto costo social, humano y económico que trae aparejado el aumento cada vez mayor en el mundo de la hemorragia postparto: “Ha aumentado la incidencia ante, por ejemplo, el mayor número de cesáreas y de infecciones. Las consecuencias suelen ser dramáticas, de altísimo costo, en donde hay un compromiso de la vida tremendamente severo”.
Muchos países se han estado reorganizando para poder tener mejor resolución de estos casos —refirió el experto— que no impliquen necesariamente tener que sacar el útero mediante técnicas no complejas, que en algunos casos se pueden utilizar y terminan siendo más conservadoras. “Pero no siempre, porque hay situaciones muy graves de placentas tremendamente adheridas, donde inevitablemente se tiene que sacar el útero y realizar la histerectomía”.
El concepto primario que se tiene que tener, dijo, es salvar primero a la mujer. “Cuba muestra excelentes indicadores de mortalidad materna cuando se realiza el análisis en comparación con el resto de los países, lo que indica que se está actuando bien. Los médicos cubanos tienen muy buena capacitación, entrenamiento, concepto intelectual y práctica quirúrgica”.
El entrevistado se refirió además a otro problema de la salud pública en el campo de la ginecobstetricia. “En el mundo hay también una incidencia cada vez mayor de la prematuridad, con los gastos económicos que genera y los riesgos que implica el tener a un bebé muchos días, o meses en incubadora, por el temor de la lesión que pueda quedarle en el futuro.
“Todo lo que pueda hacerse para reducir este índice es ya un desafío de la medicina obstétrica, para lo cual es importantísimo detectar las mujeres embarazadas que tienen mayor probabilidad de tener un hijo prematuro y a esas dedicarse enteramente con el propósito de prolongar el embarazo. Es ahí donde hay que gastar todo, porque el otro precio es mucho más alto”.
Al curso, auspiciado por la Organización Panamericana de la Salud, asisten especialistas y profesores en representación de todas las provincias del país y el municipio especial Isla de la Juventud, muchos de los cuales integran las comisiones de atención a la paciente obstétrica grave, equipo multidisciplinario que se activa ante una emergencia de este tipo.
El hospital Eusebio Hernández (Maternidad Obrera), sede de la cita, es una de las instituciones de salud que mayor número de nacimientos atiende en la capital y acumula ya dos décadas sin muerte materna debido a hemorragia postparto.
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