Por Arthur González/El Heraldo Cubano
Ilusos, soñaron verse retratados con el Santo Padre, lo que les daría legitimidad como “oposición”.
Durante las visitas anteriores de Juan Pablo II y Benedicto XVI, tampoco gozaron del favor de ser atendidos, por más que presionaron al Nuncio Apostólico en La Habana.
Siguiendo instrucciones desde Miami, se han dado a la tarea de dibujar un panorama de represión y cuantas fantasías han podido crear, pero la verdad es que caminan libremente, hablan lo que les parece, y continúan visitando diariamente la Embajada de Estados Unidos para transmitir y recibir informaciones.
La supuesta represión que dicen padecer, no se asemeja ni de lejos a la que sufren millones de personas en este mundo por solo decir lo que piensan. Basta comparar la desaparición de los 43 estudiantes en México.
Los asalariados de Washington en su ceguera política, no se percatan de cuál es la verdadera estrategia de la iglesia católica respecto a Cuba y ahí sus ataques contra el Papa Francisco.
José Daniel Ferrer, de la titulada Unión Patriótica de Cuba, grupúsculo que más altas sumas de dólares recibe mensualmente, declaró: “Este Papa ha sido excesivamente tibio, ambiguo, poco directo en los mejores momentos… su visita se va a olvidar, se va a diluir pronto”.
Otros contrarrevolucionarios, quizás Yoani Sánchez o su esposo Reinaldo Escobar, escribieron en “14yMedio”, libelo digital creado desde Estados Unidos, que:
“El mayor éxito del Vaticano ha sido la adopción de su estrategia con la administración Obama, que también ha restaurado las relaciones con los Castro, mientras excluye a la oposición política”.
“Francisco puede creer que con sólo recorrer el país va a inspirar a los cubanos a ser más activos y logrará presionar al régimen para el cambio. Dos visitas papales anteriores, en 1998 y 2012, no tuvieron ese efecto. A estas alturas, está claro que los Castro no cambiarán con discreta diplomacia o consejos indirectos […] se necesita más firmeza para desafiar a una dictadura que a una democracia”.
Esos ataques confirman que no entienden nada y que para el Vaticano los “disidentes” no pintan ni dan color en Cuba, como aseguró en uno de los cables confidenciales el ex Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, divulgados por WikiLeaks.
La visita de Francisco dejó en los cubanos una buena impresión y pudiera crear un ambiente favorable para incrementar la feligresía, propósito permanente de la institución religiosa.
Además, le posibilitó una presencia en los medios de comunicación estatal como nunca antes, legitimó la actividad del centro Loyola de los jesuitas en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, visitada brevemente por el Sumo Pontífice, centro que realiza una labor a nivel social, e intenta sutilmente sustituir las tareas de organizaciones estatales cubanas, acercando a la iglesia a niños, jóvenes y sus padres, que al ocuparle su tiempo libre los aleja del cumplimiento de otras, ofreciéndoles actividades más atractivas y con mayores recursos materiales.
Otra meta de la iglesia es lograr su participación en el sistema educacional, que desde 1961 se convirtió en laico.
Actualmente la institución religiosa tiene varios centros dentro de las casas sacerdotales, dedicadas a enseñar idiomas, impartir repasos para ingresar en las universidades, clases de música, computación y otras asignaturas, en locales muy seductores para los jóvenes debido a los recursos materiales que poseen.
Esas actividades, aunque no están legalizadas, son toleradas por el estado, a pesar de conocer que profesores universitarios y personalidades de la cultura, imparten clases y conferencias por las que perciben una remuneración en divisas.
Las visitas papales a Cuba han posibilitado la apertura de templos, la construcción de un nuevo seminario formador de sacerdotes, ampliar el acceso a Internet y la creación de las casas culto en aquellas zonas carentes de iglesias.
Esos son algunos motivos por los cuales el Vaticano no aceptó mezclarse con los “disidentes”, pues el costo sería mucho mayor que el beneficio ya acumulado.
La contrarrevolución asalariada no ve más allá de sus pies y por eso no tiene respaldo popular alguno.
De la iglesia hay que aprender, pues a pesar de los horrores y crímenes cometidos a lo largo de la historia, con maniobras inteligentes y hábiles han logrado mantenerse desde hace 2015 años.
No por gusto Cuba recibió con delicadeza a los tres Papas, porque como dijera José Martí:
“Las causas no solo necesitan de razón; necesitan cortesía, derecho y mesura”
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