Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Modificación en la próxima temporada

Foto: Ricardo López Hevia
Comienzo por ponderar las luces del estadio Latinoamericano, hacía tiempo no teníamos una iluminación de esa calidad. Y seguimos con Cie­go de Ávila, Industriales y Gran­ma, la manera en que esos elencos le han entrado a la Serie, ya no solo la apuntalan como favoritos, sino que con su desempeño están haciendo que la afición regrese al estadio, pese a la juventud de la campaña.
Siete equipos juegan para más de 500 de average y entre ellos ya está Ma­tanzas, un inquilino habitual de la sa­la del cuarteto vanguardista en las últimas cuatro series.
Mientras eso ocurre, la Dirección Nacional de Béisbol (DNB) ha analizado más de 70 propuestas de calendario para la siguiente temporada. Di­go calendario, porque las variaciones no deben ceñirse al vocablo es­tructura, pues al béisbol y a sus cer­támenes hay que verlos como un sistema, en el cual habiten diferentes competiciones. Por supuesto, la más mediática, la de la categoría élite co­pa la atención. Sin embargo, si en los niveles inferiores no se juega sería im­posible aspirar a la calidad en el es­calón superior.
¿Por qué formato nuevo? La campaña nacional está urgida de mayor nivel, más rivalidad y en consecuencia de un mejor espectáculo. Pero el propósito enfrenta un poderoso in­con­veniente: en este minuto nadie sa­be cuál será el futuro de los procesos de contrataciones de los pelo­teros cubanos en ligas foráneas, ni cuántas de ellas, además de la in­de­pendien­te de Canadá y la japonesa, acogerían a los hombres de la Mayor de las Antillas.
Esa causa dejó a tres variantes de modelos competitivos para la próxima contienda en calidad de finalistas, por decirlo de alguna manera. El primero: provinciales de abril a junio (30 desafíos); la Sub-23, de junio a agosto (36 choques); Serie Nacional, de octubre a diciembre con 16 escuadras y el mismo esquema de 45 partidos en una vuelta de todos contra todos y ocho clasificados a la segunda fase con semifinales y finales en enero, y el campeón acudiría a la Serie del Caribe. Torneo élite en abril y mayo, con seis planteles a dos vueltas todos contra todos (40 duelos en subseries de cuatro) y final en junio.
El segundo: provinciales de abril a junio (30 juegos); Serie Nacional de 16 conjuntos, integrados por 15 jugadores Sub-23 y 17 por encima de esa edad y un round robin, con subseries de cuatro porfías, para 60 desafíos; esa etapa clasificatoria sería de junio a agosto, con semifinal y final en ese mismo mes y parte de septiembre. Una segunda lid, de élite, de octubre a diciembre a dos vueltas todos contra todos, 40 choques y entre di­ciembre y enero semifinal y final. El campeón iría a la Serie del Caribe.
El tercero: provinciales de abril a junio (30 encuentros); Sub-23, en ju­nio y julio (36 cotejos con 16 equipos) y Serie Nacional de 16 planti­llas, del 14 de agosto al 14 de octubre para su primera vuelta, igual a la que tiene lugar hoy, pero en lugar de clasificar ocho solo lo harían seis, que también se reforzarían y entrarían del 29 de octubre al 28 de diciembre en una segunda etapa de tres vueltas todos contra todos en subseries de tres encuentros, que sumarían 45 de­­safíos. Antes habría juegos de las es­trellas (22 y 23 de octubre). Con­clui­­ría con semifinal y final en enero y el campeón iría a la Serie del Caribe.
Quienes siguen a Tirándole, sa­ben que somos partidarios de la se­gunda variante, pues con un solo certamen de 16 podrían ahorrarse re­­cursos en pos de destinarlos a dos lides de mayor envergadura. Mas, no dejamos de reconocer el hándicap que representa el actual estado de indefiniciones en cuanto a la in­serción de los beisbolistas en torneos extrafronteras.
La tercera proposición, que la DNB comenzará a analizar con las provincias para su implementación, logra en un espacio de tiempo similar al de ahora que asistamos a la Se­rie del Caribe con un equipo recién titulado y en caso de Clásico Mun­dial aportaría a la preparación, pues terminaría muy pegado al inicio de este. La exigencia se incrementaría aún más, porque si en 45 juegos para ocho clasificados ya era alta, buscando seis es trepidante: equipo que arranque mal no se recupera y eso demanda calidad y entrega total des­de el mis­mo primer desafío. A ella se adicionaría que los clasificados estrenen nuevos uniformes. Ejemplos: si Industriales entra en el sexteto, en sus franelas se leería Leones, si se in­cluye Villa Clara, pues Azuca­re­ros… también la DNB buscaría incentivos de mayor remuneración para ese seg­mento.
Un sexteto con buena selección de refuerzos, enfrentando nueve ve­ces a cada adversario, presupone ma­yor concentración del talento. Al ser una modificación dentro de una mis­ma competencia posibilitaría, pa­ra cuando se alcance las definiciones mencionadas, incluir otra lid a la tem­­­porada, como reza la segunda propuesta. En mi opinión se avanza, no todo lo que necesitamos, pero sí rum­bo a una elevación del nivel del sistema competitivo de la pelota cubana.
Nota: El segundo juego LTU-MAY fue suspendido a causa de la lluvia y se jugará este jueves, como parte de un doble programa desde las 10:00 a.m., en el estadio Nelson Fer­nández. Al cierre se enfrentaban IND-SCU, en un juego demorado a causa de fallas en el alumbrado del estadio Guillermón Moncada.

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