
Con un llamado a estudiar cabalmente la Historia de nuestro país, y a defender y divulgar los valores sociales y espirituales de la Revolución Cubana, concluyó este jueves el Primer Simposio Internacional La Revolución Cubana: génesis y desarrollo histórico, que sesionó desde el pasado día 13 en el Palacio de Convenciones de La Habana.
René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, señaló que este evento ha permitido radiografiar la Revolución, “y enriquecer nuestras miradas con los criterios expresados durante las distintas ponencias”. Ese análisis crítico es lo más importante para construir un futuro seguro, para diseñar un país sólido, saludable y próspero, manifestó durante las palabras de clausura.
“Diferentes generaciones de cubanos y amigos de otras naciones, protagonistas o estudiosos de este proceso, han explicado aquí sus experiencias y analizado con total transparencia y objetividad los temas tratados”, dijo, asimismo, el también presidente del comité organizador del evento.
Agregó que este Simposio fue emprendido desde la ciencia histórica, sin triunfalismos ni vanaglorias, a pesar de que tiene nuestro pueblo motivos suficientes para sentirse orgulloso de su Revolución.
Es primera vez que los historiadores cubanos nos reunimos en un evento que tenga por principal sentido el análisis de la Revolución en el poder, expresó luego a la prensa. Ya llevamos 57 años inmersos en este proyecto, y creo que es importante estudiar la obra que hemos construido, que quizá no es perfecta, pero está llena de compromiso con la mejoría social, y que ha sido una obra ejemplar para todos los países del mundo, añadió González Barrios.
En medio de la crisis cultural, económica, política y moral en que se halla el sistema capitalista, pensar en Cuba y su papel global resulta de vital importancia, expresó, por otra parte, Pablo González Casanova, destacado sociólogo de la Universidad Autónoma de México. Añadió que de Cuba y de quienes siguen caminos parecidos de emancipación humana, dependerá el triunfo de una revolución armada de ideas, moral y fuerzas de cooperación, disciplina y dignidad.
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