2015-10-16 08:38:35 / web@radiorebelde.icrt.cu
Un par de espejuelos es mucho más que un objeto utilitario, pues resulta no solamente una necesidad de salud, sino que también es indispensable en muchos casos para el estudio y el trabajo, o cualquier actividad cotidiana, además de lo que aporta en el sentido estético a quienes los usamos.
Tenerlos a tiempo, con calidad, cómodos y bonitos, es lo que casi toda persona quiere cuando va a una óptica en busca de sus espejuelos, comenta para Haciendo Radio, el periodista Francisco Rodríguez Cruz.
Otra cosa es que consigamos todo eso de una vez, a precios asequibles y sin mayores contratiempos.
El programa de mejoramiento del servicio de ópticas es desde hace varios años uno de los que reciben prioridad en el sistema de salud pública.
Y en honor a la verdad, las experiencias que conozco a partir de experiencias propias y de personas muy cercanas, son mucho menos conflictivas ahora que hace varios años atrás.
La disponibilidad de armaduras de diversos diseños y precios, la reducción del tiempo de espera, y el suministro de los cristales con los aumentos requeridos, son asuntos en los cuales se percibe mejoría, sin que todos los problemas estén resueltos ni mucho menos.
Es cierto también que no siempre es pareja la distribución ni las opciones que las personas hayan en las ópticas, y que todavía hay graduaciones y tipos de lentes difíciles de hallar, o que demoran en su confección.
Hay que seguir trabajando también, como en toda nuestra actividad comercial, en la gestión de venta y la calidad del servicio que ofrecen estos establecimientos.
Conozco de buenas iniciativas de llevar incluso el servicio de optometría para la medición de la vista y la confección posterior de los espejuelos a centros de trabajo donde hay muchas personas con esas necesidades, lo cual sin dudas es una facilidad que demuestra también un cambio positivo en la concepción comercial del servicio de ópticas.
Hay que seguir cerrándole el paso, por supuesto, a las posibles actuaciones delictivas que alimentan también un mercado negro emergente de espejuelos, incluso por encargo, que con alguna frecuencia se empiezan a escuchar en la calle como ofertas gritadas a viva voz por voceadores y vendedores ambulantes.
Las ópticas ofrecen definitivamente una garantía en la exactitud y calidad del servicio que no la puede ofertar ningún merolico itinerante con medios de dudosa procedencia.
Pero además, no hay necesidad. El servicio de las ópticas ha demostrado en estos últimos tiempos que puede mejorar y satisfacer las necesidades de nuestra población.
Y seguramente continuarán en ese camino para tratar de solucionar las dificultades que todavía pueden existir, de modo que se pueda estabilizar sus ofertas, para que podamos apreciar con nuestros propios ojos, espejuelos incluidos, una mejor óptica sobre nuestras ópticas.
Tenerlos a tiempo, con calidad, cómodos y bonitos, es lo que casi toda persona quiere cuando va a una óptica en busca de sus espejuelos, comenta para Haciendo Radio, el periodista Francisco Rodríguez Cruz.
Otra cosa es que consigamos todo eso de una vez, a precios asequibles y sin mayores contratiempos.
El programa de mejoramiento del servicio de ópticas es desde hace varios años uno de los que reciben prioridad en el sistema de salud pública.
Y en honor a la verdad, las experiencias que conozco a partir de experiencias propias y de personas muy cercanas, son mucho menos conflictivas ahora que hace varios años atrás.
La disponibilidad de armaduras de diversos diseños y precios, la reducción del tiempo de espera, y el suministro de los cristales con los aumentos requeridos, son asuntos en los cuales se percibe mejoría, sin que todos los problemas estén resueltos ni mucho menos.
Es cierto también que no siempre es pareja la distribución ni las opciones que las personas hayan en las ópticas, y que todavía hay graduaciones y tipos de lentes difíciles de hallar, o que demoran en su confección.
Hay que seguir trabajando también, como en toda nuestra actividad comercial, en la gestión de venta y la calidad del servicio que ofrecen estos establecimientos.
Conozco de buenas iniciativas de llevar incluso el servicio de optometría para la medición de la vista y la confección posterior de los espejuelos a centros de trabajo donde hay muchas personas con esas necesidades, lo cual sin dudas es una facilidad que demuestra también un cambio positivo en la concepción comercial del servicio de ópticas.
Hay que seguir cerrándole el paso, por supuesto, a las posibles actuaciones delictivas que alimentan también un mercado negro emergente de espejuelos, incluso por encargo, que con alguna frecuencia se empiezan a escuchar en la calle como ofertas gritadas a viva voz por voceadores y vendedores ambulantes.
Las ópticas ofrecen definitivamente una garantía en la exactitud y calidad del servicio que no la puede ofertar ningún merolico itinerante con medios de dudosa procedencia.
Pero además, no hay necesidad. El servicio de las ópticas ha demostrado en estos últimos tiempos que puede mejorar y satisfacer las necesidades de nuestra población.
Y seguramente continuarán en ese camino para tratar de solucionar las dificultades que todavía pueden existir, de modo que se pueda estabilizar sus ofertas, para que podamos apreciar con nuestros propios ojos, espejuelos incluidos, una mejor óptica sobre nuestras ópticas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario