Los
familiares de las víctimas de Barbados esperan aún una respuesta a la
carta que enviaron al presidente Barack Obama en el 2010
El pasado 17 de marzo llegaba a Cuba un vuelo procedente de la ciudad
de Miami, en Estados Unidos, con el que quedaba restablecido tras casi
50 años el correo postal directo entre ambas naciones.
En esa primera carga se encontraba la respuesta del presidente estadounidense Barack Obama a la carta de la cubana Ileana Yarza, quien le había escrito tras el anuncio de su visita a la Isla.
Yarza les extendía una invitación al mandatario y a su esposa Michelle para que visitara su casa, ubicada en el Vedado; “dele a esta cubana de 76 años el regalo de conocerle personalmente”.
En su respuesta, el Presidente estadounidense agradecía su apoyo y expresaba su deseo de poder disfrutar durante su estancia aquí de una taza de café cubano.
Pero hay otras misivas que aún esperan una respuesta.
Una de ellas tiene fecha del 5 de octubre del 2010 y fue enviada por el Comité de Familiares de las víctimas de la voladura del avión cubano en Barbados a Obama, quien por ese entonces cumplía su primer mandato.
Los familiares le exigían justicia al presidente por ese atroz hecho, que el 6 de octubre de 1976 y con la autoría intelectual de Luis Posada Carriles y el ya fallecido Orlando Bosch, dejó un saldo de 73 personas muertas, entre las que se encontraban 57 ciudadanos cubanos.
La misiva decía: “Señor Presidente, usted fue acreedor del Premio Nobel de la Paz, favorezca con sus acciones que la paz toque a las almas de las nobles familias de cubanos que un día vieron masacrados a sus seres queridos”.
Una de las firmantes, Odalys Pérez, cuenta a Granma que fue ella la encargada de llevar la misiva a la entonces Sección de Intereses de Washington en La Habana.
La hija del capitán Wilfredo Pérez, piloto del avión de Barbados, comenta que casi seis años después del envío de la carta, y en el año en que se cumple el aniversario 40 de ese crimen, Posada Carriles sigue vivo y amparado por las autoridades estadounidenses.
Odalys se mantuvo al tanto de la visita de Obama a Cuba, y sobre todo prestó especial atención al discurso del mandatario este martes en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, cuando se dirigió a la verdadera sociedad civil cubana.
En la primera parte de la alocución —dice— el presidente de Estados Unidos hizo referencia a los atentados terroristas en Bruselas y eso le pareció muy bien.
Sin embargo, no hizo mención alguna durante su discurso a los actos terroristas contra Cuba, que han ocasionado 3 478 muertos y 2 099 incapacitados.
Es una contradicción enorme que el martes Obama dijera que “tenemos que trabajar juntos (…) Tenemos que luchar contra el terrorismo”.
“¿De qué terrorismo estaba hablando el presidente?”, se cuestiona Odalys, porque del terrorismo contra nosotros no hizo mención.
La hija del piloto del avión de Barbados cree que todavía Obama esté a tiempo de llevar ante la justicia a Luis Posada Carriles y a otros mercenarios que están libres en territorio estadounidense por los actos cometidos contra la Isla, pues esa sería una de las formas en que ambos países pueden colaborar en el enfrentamiento a este flagelo internacional.
“Nosotros, los familiares, seguimos esperando respuesta de esa carta del 2010”, concluye.
En esa primera carga se encontraba la respuesta del presidente estadounidense Barack Obama a la carta de la cubana Ileana Yarza, quien le había escrito tras el anuncio de su visita a la Isla.
Yarza les extendía una invitación al mandatario y a su esposa Michelle para que visitara su casa, ubicada en el Vedado; “dele a esta cubana de 76 años el regalo de conocerle personalmente”.
En su respuesta, el Presidente estadounidense agradecía su apoyo y expresaba su deseo de poder disfrutar durante su estancia aquí de una taza de café cubano.
Pero hay otras misivas que aún esperan una respuesta.
Una de ellas tiene fecha del 5 de octubre del 2010 y fue enviada por el Comité de Familiares de las víctimas de la voladura del avión cubano en Barbados a Obama, quien por ese entonces cumplía su primer mandato.
Los familiares le exigían justicia al presidente por ese atroz hecho, que el 6 de octubre de 1976 y con la autoría intelectual de Luis Posada Carriles y el ya fallecido Orlando Bosch, dejó un saldo de 73 personas muertas, entre las que se encontraban 57 ciudadanos cubanos.
La misiva decía: “Señor Presidente, usted fue acreedor del Premio Nobel de la Paz, favorezca con sus acciones que la paz toque a las almas de las nobles familias de cubanos que un día vieron masacrados a sus seres queridos”.
Una de las firmantes, Odalys Pérez, cuenta a Granma que fue ella la encargada de llevar la misiva a la entonces Sección de Intereses de Washington en La Habana.
La hija del capitán Wilfredo Pérez, piloto del avión de Barbados, comenta que casi seis años después del envío de la carta, y en el año en que se cumple el aniversario 40 de ese crimen, Posada Carriles sigue vivo y amparado por las autoridades estadounidenses.
Odalys se mantuvo al tanto de la visita de Obama a Cuba, y sobre todo prestó especial atención al discurso del mandatario este martes en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, cuando se dirigió a la verdadera sociedad civil cubana.
En la primera parte de la alocución —dice— el presidente de Estados Unidos hizo referencia a los atentados terroristas en Bruselas y eso le pareció muy bien.
Sin embargo, no hizo mención alguna durante su discurso a los actos terroristas contra Cuba, que han ocasionado 3 478 muertos y 2 099 incapacitados.
Es una contradicción enorme que el martes Obama dijera que “tenemos que trabajar juntos (…) Tenemos que luchar contra el terrorismo”.
“¿De qué terrorismo estaba hablando el presidente?”, se cuestiona Odalys, porque del terrorismo contra nosotros no hizo mención.
La hija del piloto del avión de Barbados cree que todavía Obama esté a tiempo de llevar ante la justicia a Luis Posada Carriles y a otros mercenarios que están libres en territorio estadounidense por los actos cometidos contra la Isla, pues esa sería una de las formas en que ambos países pueden colaborar en el enfrentamiento a este flagelo internacional.
“Nosotros, los familiares, seguimos esperando respuesta de esa carta del 2010”, concluye.
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