2015.06.01 - 09:52:21 / web@radiorebelde.icrt.cu / Diego Méndez Calero
La pasada semana estuvo marcada, en el ámbito mundial del deporte, por el Congreso de la FIFA en Zurich, Suiza, y el escándalo por la detención de altos funcionarios de la entidad, pero fundamentalmente de la Confederación Norte Centroamericana y del Caribe de Fútbol.
Una investigación de Estados Unidos fue el detonante del suceso, cuando el Buró Federal de Investigaciones pidió la detención de los directivos en Zurich, por corrupción y acciones ilegales relacionadas con el otorgamiento de las sedes para los campeonatos mundiales de Fútbol; en esencia, los del 2018 en Rusia y del 2022 en Catar.
Joseph Blatter, el reelecto presidente de la FIFA, declaró que la campaña contra su entidad estaba determinada por el otorgamiento de la Copa del Mundo del 2018 a Rusia y no a Estados Unidos, y por la asignación a Catar de la siguiente, y no a Inglaterra.
Además, ¿por qué aprovecharon el momento del Congreso de elección y no lo hicieron antes? Nos parece que el titular de la FIFA tiene toda la razón, que todo se corresponde con una clara intención de perjudicar al máximo rector del Fútbol y a su titular por no plegarse a sus solicitudes.
La FIFA no complació los intereses deportivos y económicos de Estados Unidos e Inglaterra y han querido castigarla. Incluso, han llegado a plantear que se le debe quitar la sede a Rusia y también a Catar.
En los años 90 del siglo pasado, los miembros del Comité Olímpico Internacional no actuaron bien cuando no le otorgaron a Atenas, Grecia, la sede de la cita bajo los cinco aros de 1996: los Juegos del Centenario.
La capital griega rescató los Juegos Olímpicos en 1896 y todo hacía indicar que era la sede más indicada al cumplirse cien años de la primera convocatoria en esta era moderna; pero no, se la dieron a la ciudad de Atlanta, Estados Unidos, que fue una sede que dejó mucho que desear en algunos aspectos.
En aquel momento no hubo protestas, por el contrario, estuvieron muy felices porque se les complació; sin embargo, ahora están molestos, se sienten ofendidos por no recibir las sedes de las Copa del Mundo.
Más allá de aciertos y errores de la FIFA y de Joseph Blatter, consideramos que fueron los intereses de las entidades deportivas y hasta políticos de Estados Unidos e Inglaterra, los que determinaron los acontecimientos en contra de la entidad.
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