SANTIAGO DE CUBA.—La tímida lluvia de la tarde, lejos de refrescar, solo calentó más el suelo indómito. En el parque Guillermón Moncada la temperatura subió todavía más, porque en la grama estaban dos de los equipos con mayor historia en el mapa beisbolero nacional, Industriales y Santiago de Cuba, probablemente los más seguidos en toda la nación.
Miles de seguidores acudieron al estadio, y la confluencia de criterios y pronósticos se percibe en cada esquina. “Aquí no hay barrida, una división para cualquiera de los dos debe ser el resultado. Se enfrentan los dos que más batean, con un pitcheo muy joven, y llega por fin el choque que todos esperamos con ansias, entre el equipo insignia del béisbol cubano y nuestras Avispas, que siempre dan guerra”, afirmó Wilber González, vicepresidente de la Peña Deportiva Plaza de Marte.
Parciales de los Leones también se avistaron en las tribunas, entusiastas miembros de la Peña Armandito El Tintorero que viajaron desde La Habana por sus propios medios para no perderse el Clásico. Entre ellos los jóvenes Karen Kollar (16 años) y Rancel Molés coincidieron en que ambas selecciones levantan su juego cuando se enfrentan, “como Real Madrid y Barcelona, se paraliza Cuba para seguir el desenlace”.
En el terreno, experimentados y novatos sintieron por igual el fervor de la grada. Lionar Kindelán, por ejemplo, hijo del máximo jonronero de la pelota cubana, Orestes Kindelán, expresó a Granma que es muy diferente ser protagonista de choques tan calientes.
“Es mi primera experiencia contra Industriales, antes lo he vivido como muchacho, pero ahora puedo asegurar que no hay nada como salir a la grama e integrarme a una historia repleta de pasión y de entrega. El consejo de mi padre para enfrentar estos juegos ha sido mantener la concentración, seguir los movimientos de los contrarios desde el banco y ponerle muchas ganas”, sostuvo el hijo del Tambor Mayor.
Por su parte, Alexander Malleta, inicialista de los Azules, dijo que en estos duelos históricamente se nota como los jugadores dan el extra. “La afición quiere ver el Clásico y por eso hay que salir a entregarse a más del 100 %. En el Guillermón es complicado jugar, porque el equipo local tiene un plus a su favor, pero a mí en lo particular me encanta venir, me divierto con el ambiente, la conga siempre suena, el público es muy exigente y apoya mucho a los suyos, de uno u otro bando”, sentenció el zurdo.
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