Guayacán es el nombre común con el que se conoce a varias especies de árboles nativos de América, pertenecientes a los géneros Tabebuia, Caesalpinia, Guaiacum y Porlieria. Todas las especies de guayacán se caracterizan por poseer una madera muy dura. Es justamente por esa característica que reciben el nombre de guayacán, aun cuando no guarden relación de parentesco entre sí.

martes, 8 de septiembre de 2015

Los sueños de Vilma en la casa de todos

Los cursos para formarse como peluqueras son de los más demandados. Foto: del autor
VILLA CLARA.—Este 8 de septiembre se cumplen cinco lustros de la fundación de la primera Casa de Orientación a la Mujer y la Familia en Santa Clara, una idea de la legendaria Vilma Espín Guillois, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, concretada por iniciativa de la dirección de la organización femenina en la provincia de Villa Clara, quienes propusieron a la dirigente crear la primera institución de su tipo en el país.
El hecho tuvo lugar en la ciudad de Marta Abreu y el Che, donde existían todas las condiciones para engendrar esos hogares, que ten-drían como misión contribuir a la incorporación de las mujeres a la sociedad, y a su vez ayudar al mejor desenvolvimiento de la familia cubana, a cuyas tareas Vilma consagró su existencia.
Iris Menéndez Pérez, entonces segunda secretaria de la FMC en la provincia, recuerda la pasión con que la combatiente de la Sierra y el Llano impulsó aquella tarea y sus frecuentes visitas al territorio para orientar y controlar la marcha del proyecto.
Señala Iris que el hecho de existir desde 1989 la Cátedra Mujer y Desarrollo en lo que fuera el Instituto Superior Pedagógico Félix Va­rela, dirigida entonces por la doctora Mercedes Pi­ñón Jareño, resultó determinante para establecer aquí el referido experimento.
Entre las líneas básicas de trabajo estaban el impulso de temas concernientes a la mujer, la niñez, la juventud y la familia desde el punto de vista docente e investigativo, los cuales, en la medida en que se consolidaba el proyecto, fueron creciendo y adaptándose a las condiciones del momento.

LA CASA QUE CAMBIÓ MI VIDA
Aquella joven, que prefirió el anonimato, llegó a la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia ubicada en el reparto Vigía, de Santa Clara, una fría mañana del mes de diciembre del 2013. Ella venía, según contó a Granma, agobiada por los conflictos familiares en su hogar.
“Tenía problemas con todo el mundo. Mi esposo no me dejaba trabajar, mamá discutía conmigo sin razón alguna, el dinero no alcanzaba, en fin que mi vida era un calvario”, dijo la joven, quien por una amiga conoció de la existencia de un lugar en la ciudad donde daban consejos, orientaciones y hasta ayudaban a encontrar trabajo.
Fue así como un día, sin pedir permiso a nadie, salió casi al amanecer de su hogar y fue hasta el lugar indicado, donde contó su historia a un grupo de avezados especialistas, un paso que según ella, cambió el destino de su vida.
Hoy la muchacha está incorporada al trabajo y ha transitado por siete cursos de adiestramiento en los que se ha capacitado en diferentes oficios, una labor que agradece a la Federación de Mujeres Cubanas, y en es­pecial a la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia de Santa Clara, institución que se­gún ella, la devolvió a la vida.

UNA CASA RENOVADA
Mayelín Díaz Rodríguez, integrante del Secretariado Provincial de la FMC en Villa Clara, es quien ha dirigido en los últimos 20 años la labor de las Casas de Orientación a la Mujer y la Familia en el territorio, razón que la convierten en una testigo excepcional de esta historia.
“Yo creo que la mayor virtud de esas instalaciones es que han sabido renovarse y atemperarse a las circunstancias que ha vivido el país en los últimos 25 años”, señala la directiva, quien recuerda algunas de las misiones cumplidas por las 15 casas existentes en la provincia, entre ellas las orientaciones ante conflictos familiares, problemáticas jurídicas y laborales, asuntos matrimoniales o afectaciones psicológicas.
De igual modo, menciona la capacitación a instituciones y personas sobre temas afines a la familia, a la vez que propicia adiestramientos en diversos oficios como corte y costura, peluquería, masajes, idiomas, tránsito, dulcería y barbería, por solo citar los más solicitados, refiere Mayelín.
Explica, asimismo, que ante la aparición de la figura del trabajador por cuenta propia, la FMC se pronunció por incorporar su preparación al trabajo de las Casas, de ahí la existencia de cursos de Administración de negocios, Secretariado y Gerencia empresarial, además de algunas técnicas para el cuidado de niños y ancianos.
Refiere, además, que lo que nació para ayudar a la mujer, se ha convertido al pasar el tiempo en la casa de todos, porque allí asisten hombres, parejas con dificultades, jóvenes desorientados, adictos a las drogas, en fin un amplio abanico de personas que necesitan ser atendidas, ante los cuales la institución abre sus puertas como lo soñó Vilma.

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