El
primer homenaje estuvo dedicado a la memoria del Titán de Bronce con la
colocación, por una representación de estudiantes, trabajadores y
combatientes de las FAR, de la ofrenda floral que le dedicara el pueblo
de Cuba
SANTIAGO DE CUBA.— La trascendencia en nuestras
luchas libertadoras, de la Invasión de Oriente a Occidente protagonizada
por tropas del Ejército Libertador, fue resaltada en Mangos de Baraguá
al cumplirse este 22 de octubre el aniversario 120 del inicio de la
histórica marcha, emprendida desde ese sagrado sitio de la patria por
el Mayor General Antonio Maceo.
Por ello a la salida de los rayos del sol, el primer homenaje estuvo dedicado a su memoria con la colocación, por una representación de estudiantes, trabajadores y combatientes de las FAR, de la ofrenda floral que le dedicara el pueblo de Cuba, al pie del obelisco que perpetua esa hazaña, y la gloriosa protesta escenificada igualmente aquí por el Titán de Bronce.
En nombre de la más joven generación, Beatriz Ramos Ramírez, estudiante de la escuela secundaria básica Antonio Maceo, del Consejo Popular Mangos de Baraguá, afirmó que su valentía e intransigencia nos ha acompañado en la defensa de la Revolución, ante hechos tan repudiables como el cruel bloqueo impuesto por Estados Unidos a lo largo de más de 50 años.
Al evocar la proeza, el doctor Reynaldo Suárez Suárez, profesor de la Universidad de Oriente y miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, destacó en las palabras centrales la intensa campaña militar desplegada previamente por Maceo en Oriente, para articular un contingente invasor de algo más de mil fogueados mambises.
Más adelante, esbozó el victorioso avance hasta el centro del país, donde ya en unión del Generalísimo Máximo Gómez y sus hombres, la em-presa por extender la guerra por la independencia nacional a todos los confines de la Isla avanzaría impetuosamente hasta completar la llegada de Maceo a Mantua el 22 de enero de 1896.
Si bien, como es conocido, con la mayor proeza militar de la guerra de independencia no fue posible el triunfo, Suárez precisó que este se lograría cuando enarbolando el mismo espíritu rebelde de Baraguá, en el mediodía del siglo XX otras columnas invasoras (Camilo y Che) llevaran la guerra de guerrilla al centro de Cuba, para contribuir decisivamente al colapso de la tiranía de Batista.
El miembro del Buró Político del Partido y viceministro de las FAR, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa; el integrante del Secretariado del Comité Central, José Ramón Balaguer; y el primer secretario en la provincia, Lázaro Expósito, presidieron el acto junto al jefe del Ejército Oriental, general de división Rafael Hernández, y el presidente del gobierno en la provincia, Reinaldo García.
Por ello a la salida de los rayos del sol, el primer homenaje estuvo dedicado a su memoria con la colocación, por una representación de estudiantes, trabajadores y combatientes de las FAR, de la ofrenda floral que le dedicara el pueblo de Cuba, al pie del obelisco que perpetua esa hazaña, y la gloriosa protesta escenificada igualmente aquí por el Titán de Bronce.
En nombre de la más joven generación, Beatriz Ramos Ramírez, estudiante de la escuela secundaria básica Antonio Maceo, del Consejo Popular Mangos de Baraguá, afirmó que su valentía e intransigencia nos ha acompañado en la defensa de la Revolución, ante hechos tan repudiables como el cruel bloqueo impuesto por Estados Unidos a lo largo de más de 50 años.
Al evocar la proeza, el doctor Reynaldo Suárez Suárez, profesor de la Universidad de Oriente y miembro de la Unión Nacional de Historiadores de Cuba, destacó en las palabras centrales la intensa campaña militar desplegada previamente por Maceo en Oriente, para articular un contingente invasor de algo más de mil fogueados mambises.
Más adelante, esbozó el victorioso avance hasta el centro del país, donde ya en unión del Generalísimo Máximo Gómez y sus hombres, la em-presa por extender la guerra por la independencia nacional a todos los confines de la Isla avanzaría impetuosamente hasta completar la llegada de Maceo a Mantua el 22 de enero de 1896.
Si bien, como es conocido, con la mayor proeza militar de la guerra de independencia no fue posible el triunfo, Suárez precisó que este se lograría cuando enarbolando el mismo espíritu rebelde de Baraguá, en el mediodía del siglo XX otras columnas invasoras (Camilo y Che) llevaran la guerra de guerrilla al centro de Cuba, para contribuir decisivamente al colapso de la tiranía de Batista.
El miembro del Buró Político del Partido y viceministro de las FAR, general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa; el integrante del Secretariado del Comité Central, José Ramón Balaguer; y el primer secretario en la provincia, Lázaro Expósito, presidieron el acto junto al jefe del Ejército Oriental, general de división Rafael Hernández, y el presidente del gobierno en la provincia, Reinaldo García.
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