Por: Raúl Capote
A los revolucionarios nadie tiene que convocarlos al combate, a los revolucionarios nadie tiene que decirles lo que hay que hacer, el revolucionario que se siente excluido porque no es convocado, es porque su convicción no es lo suficientemente firme.
De Fidel lo aprendimos. El verdadero revolucionario tiene que estar preparado para combatir en las peores condiciones, para enfrentar la traición, tiene que estar listo para combatir en soledad si es necesario, lo aprendimos de Fidel, recordar el Moncada, Alegría de Pio, Cinco Palmas, porque para un revolucionario no existe la derrota, ni la falta de fe.
A los revolucionarios nadie tiene que convocarlos al combate, a los revolucionarios nadie tiene que decirles lo que hay que hacer, el revolucionario que se siente excluido porque no es convocado, es porque su convicción no es lo suficientemente firme.
De Fidel lo aprendimos. El verdadero revolucionario tiene que estar preparado para combatir en las peores condiciones, para enfrentar la traición, tiene que estar listo para combatir en soledad si es necesario, lo aprendimos de Fidel, recordar el Moncada, Alegría de Pio, Cinco Palmas, porque para un revolucionario no existe la derrota, ni la falta de fe.
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