domingo, 20 de marzo de 2016
Este domingo la prensa extranjera tuvo la oportunidad de conocer a la verdadera sociedad civil de Cuba |
Por
M.H.Lagarde
Unas pocas horas antes de que el presidente de Estados Unidos Barack Obama pisara tierra cubana, las llamadas Damas de Blanco volvieron a hacer público su rechazo a la visita de mandatario norteamericano a Cuba.
Unas pocas horas antes de que el presidente de Estados Unidos Barack Obama pisara tierra cubana, las llamadas Damas de Blanco volvieron a hacer público su rechazo a la visita de mandatario norteamericano a Cuba.
Como ya es
habitual, la manifestación en contra tuvo como escenario el parque Mahatma
Ghandi aledaño a la iglesia de Santa Rita en el capitalino barrio de Miramar.
Esta vez las
llamadas Damas trataban de cumplir, al pie de la letra, las instrucciones de
sus financistas en Miami de sabotear la visita del presidente Obama.
En un
reciente viaje a Miami la líder del grupo Berta Soler recibió orientaciones de
connotados terroristas, con los que se reunió en esa ciudad del sur de la
Florida, de alargar la marcha que se le autoriza todos los domingos por el
separador de la 5ta avenida, hasta la sede de la embajada de Estados Unidos en
La Habana.
La acción buscaba
aprovechar la cobertura mediática generada por la presencia en la Isla del
mandatario estadounidense. De hecho varias decenas de periodistas acreditados
en la Habana asistieron este domingo al show semanal de las mercenarias.
El mensaje
que las Damas de Blanco intentan dar a conocer en el mundo a través de sus
provocaciones es el de que la reanudación de la buena vecindad entre los
gobiernos y los pueblos de Estados Unidos y Cuba y el fin del bloqueo ayuda a
la dictadura que presuntamente las reprime.
Dicho
mensaje redactado con puntos y comas en Miami, es una de las columnas
principales que justifica el funcionamiento de la industria anticastrista de la
Florida.
Durante
medio siglo la contrarrevolución cubana en esa ciudad ha inflado sus bolsillos
con dinero del gobierno norteamericano en nombre de una supuesta lucha por la
libertad de Cuba.
Curiosamente
las llamadas Damas han establecido, dinero mediante, una extraña relación
clasista con sus financistas de la Florida. Mientras ellas proceden de los
sectores más marginados de la sociedad en la Cuba de antes de 1959; sus
financistas son descendientes de elementos asociados a la burguesía que
sostenía a la criminal dictadura de Batista.
Las “heroicas”
Damas de hoy, descendientes de los estratos más pobres de la sociedad son la encarnación
de la “chusma” popular de la que muchos de los representantes de la mafia
anticubana salieron huyendo rumbo a Estados Unidos.
Hoy sin
embargo esos antisociales, que no supieron o no pudieron aprovechar las
ventajas que les ofreció la revolución, sirven de mellada punta de lanza a los herederos
de aquella burguesía prerevolucionaria.
De escaso
intelecto y presionadas muchas veces por la situación económica generada por el
desgastante bloqueo genocida -que ellas, por cierto, prefieren perpetuar-, le sirven
de instrumento a los millonarios de la industria anticubana de Miami por 30
miserables dólares al mes.
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